Capítulo 15.

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Al abrir la puerta lo primero que vi fue a Sherlock durmiendo con papeles en la cara y un cigarro apagado. No pude evitar sonreír al ver eso y fui por una manta para taparlo, le quité las hojas y el cigarro y los puse en su escritorio

Me puse a leer un poco hasta que comencé a escuchar ruido proviniente de donde estaba Sherlock. Soltaba quejidos y se retorcía de un lado a otro mientras parecía sufrir. Me acerqué e intenté despertarlo, pero no conseguí nada, fue entonces que escuché algo que me dejó paralizada.

— Alder... — susurró —. ¡Adler! ¡ADLER!

Me alejé de él con una expresión de horror. ¿Por qué la mencionaba?

Sherlock se despertó de golpe y casi pego un grito por el susto que me dio. Estaba sudado, agitado y nervioso, ni siquiera se percató de que estaba ahí. Pasó su mano por su cabello y respiró profundamente intentando calmarse. Me miró de reojo y volvió a ver al frente, aunque dos segundos después soltó un grito y se cayó del sillón.

— Sherlock — dije sobresaltada por lo sucedido.

Se puso de pie con torpeza y corrió a abrazarme con fuerza. Quedé tiesa.

— Estás bien — dijo con alivio.

Se separó de mí y besó mis labios con dulzura y cariño. Yo no hice nada. Estaba en una especie de shock.

Sherlock se separó de mí y me miró extrañado.

— ¿Está todo bien? — preguntó curioso.
— ¿Qué estabas soñando? — pregunté preocupada.

La expresión de Sherlock cambió de alivio a una apagada y triste. Sentí un nudo en la garganta.

— Nada importante — mintió con la mano en la nuca.
— Dijiste el nombre de Alder... ¿Soñabas... Con ella? — pregunté insegura y nerviosa.
— E-Eh... Yo... Bueno... — dejo salir un suspiro al ver mi preocupado rostro —. No puedo mentirte, sí, soñé con Alder y otras cosas.
— Creí que su tema ya había pasado — dije cabizbaja.

Sherlock sonrió y me dio la espalda con una mano en su cintura y la otra con la palma hacia arriba, parecía una tetera. Una pose que sólo significa que un momento arrogante se acerca.

— Veo que mi preciosa novia está celosa — dijo burlón —. Pero no tienes qué temer, dama mía, porque no hay mujer que logre equipararte.
— No estoy celosa, sólo preocupada — me defendí.

Sherlock rio a carcajadas y se giró para abrazar mi cintura y darme vueltas por los aires. Solté un gritillo gracias a eso y casi le arrancó la piel de los hombros de lo fuerte que me aferraba a ellos.

— ¡Ba-Bajame, Holmes! — le ordené nerviosa.
— Como ordene la dama — dijo con malicia.

Mis ojos se ampliaron y el me lanzó por los aires para atraparme al estilo nupcial. Mi corazón latía a mil y mi respiración igual. Sherlock no paraba de reír. Lo volteé a ver con el ceño fruncido y le di una palmada en el pecho en forma de reclamo, aunque a él no pareció importarle, ya que me besó con cariño y dulzura. Esta vez correspondí el beso y rodeé su cabeza con mis brazos. El beso se intensificó y Sherlock lo profundizó, solté un quejido al momento en que lo hizo y después reí junto con él.

— Oye, Sherlock, creo que encontré al... — escuchamos la voz de Watson.

Sherlock básicamente me dejó caer gracias al susto que se llevó por la repentina llegada de Watson. Me quejé por el golpe y lo miré mal.

— Veo que... Ya no necesitas mi ayuda para encontrarla — dijo Watson con una sonrisa cómplice.
— E-Eh... John, veo que... Ya te enteraste... — dijo nervioso rascando si nuca.
— ¿De qué exactamente? — preguntó cruzado de brazos y una sonrisa burlona y retadora.

Amor Criminal (Edición) || Sherlock Holmes x T/NDonde viven las historias. Descúbrelo ahora