Capítulo 5

249 30 0
                                    

Camille

Ya había pasado una semana desde que me quedé a dormir con William. El chico Thomas se había estado sentando con nosotras esa semana, no hablaba mucho, supongo que no tenía nada que decir ante las ocurrencias de las tres.

No me había acercado mucho a él, no había entablado ninguna conversación estable con aquel chico de ojos hipnotizantes.

Nunca encontraban el momento adecuado para poder dirigirle una palabra, no sé por qué me resultaba demasiado difícil poder decir siquiera "hola"

Parecía misterioso, sentía que tenía un secreto que ocultar, sentía que tenía mucho que decir pero solo se limitaba a asentir con la cabeza o a dar pequeñas respuestas.

Me sobresalto al escuchar mi lápiz caer, al parecer estaba divagando en mis pensamientos y no estaba poniendo atención a la clase de orientación del profesor Harry.

- Bien chicos, esta es nuestra segunda clase, así que supongo que aún no se integran bien algunas personas, es por eso que hoy tengo una actividad para ustedes. Iremos a la cancha para poder acomodarnos mejor. Bien, vámonos.

Todos nos levantamos de nuestro lugar y nos dirigimos hacía esa cancha verde y grande que había.

- ¿Y ahora qué querrá que hagamos?- preguntó Alyssa que iba a mi lado tomada de mi brazo.

- No sé, alguna actividad de acercamiento, o algo por el estilo.

Nos pusimos en circulo como nos los había ordenado el profesor.

- Bien, quiero a la mitad del grupo a mi lado izquierdo y la otra mitad a mi derecha.

Nos numeró para poder dividirnos, por suerte me había tocado con Alyssa en el mismo equipo.

- Bien, harán ahora un círculo el equipo A, y el equipo B igual, pero el segundo estará adentro, y quedarán frente a alguien. Y así empezamos este maravilloso juego, tendrán solo cinco minutos para poder entablar una conversación con la otra persona, y cuando acaben, escribirán que fue lo que más les llamó la atención de ese alguien. ¿De acuerdo?

Todos dijeron un "sí" al sonoro, así que empezamos esa actividad cuando el profesor nos indicó que podríamos iniciar.

Me tocó con una chica alta, tenía cabello corto, por los hombros, ojos azules de un color fuerte. Tenía que admitir que me daba un poco de miedo.

- ¿Qué te gusta hacer?- hable.

- Patinar, y ver películas de terror. ¿Y tú?

- Leer y escribir.

- Tienes la pinta.- fruncí el ceño ya que no había entendido esa referencia.

- Bien. ¿Generó de música favorita?

- Rock.

- Tienes la pinta.

- ¿Qué?

- Nada.

- ¿Y la tuya?

- Música de antes.

- ¿Te gusta la música vieja?

- Sí.

- ¡Tiempo!- gritó el profesor.

Anote lo que me pareció más importante en esa chica con apariencia de odiar la vida y a todos.

"Dice las cosas que piensa, sin filtros y da un poco de miedo"

Así pase por casi todo el salón, anotando qué era lo que más me gustaba de aquellos. Algunos tenían cosas positivas como que eran muy alegres, graciosos, ingeniosos o cosas así.

Y otros, pues no tenían algo que me llamará tanto la atención, así que solo anotaba que eran buenas personas.

La siguiente persona que me tocó entrevistar fue él, ese chico de ojos verdes, cabello desarreglado, pantalón bien planchado pero con la camisa hecha un desastre.

Me miró con curiosidad, con miedo, pena y vergüenza, todo junto.

- Bien.- hable rompiendo el silencio.- ¿Qué te gusta hacer?

- Fotografiar.

- ¿Por qué?

- Me gusta capturar el momento y contemplarlo, me gusta tomar fotos distraídas a las personas para que puedan verse a través de mis ojos, que no finjan cuando tienen una cámara en frente. Me gusta capturar cada instante que paso.- eso era demasiado profundo, eran frases llenas de verdad.

- Que bien.- fue lo único que salió de mi boca, porque no podía expresar qué era lo que me habían ocasionado esas simples palabras, no podía formular una respuesta lógica.

- ¿Y tú?

- Me gusta leer y escribir.

- ¿Por qué?

- Siento que la lectura es un mundo lleno de aventuras, amores, amistades que no podemos tener en esta realidad, así que viajamos a otra, nos transportamos y dejamos que las palabras nos envuelvan la mente, la imaginación; abriendo paso a todo eso que anhelas, pero que no puedes tener.- dije lo que realmente pensaba sobre la lectura.

- Profundo.- me dedicó una sonrisa de lado.

Y así nos quedamos un buen tiempo, o al menos yo lo sentí así, ya que puede que solo hayan sido segundos pero para mí fue una eternidad ver que sus ojos no abandonaban los míos y de vez en cuando me recorría con la mirada por todo el cuerpo.

No faltaron las palabras para poder entendernos, no falto decir nada para poder saber qué era lo que estábamos pensando.

"Mirada penetrante, ojos hermosos como dos diamantes, una voz que hace un cosquilleo en mi interior y una mente llena de ideas y emociones acumuladas jamás dichas"

En otra vida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora