Capítulo extra

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Camille

Faltaba solo una hora para que llegara el momento que había estado esperando desde que Nathan se arrodillo aquel día en el restaurante frente a toda esa gente que me veía con alegría sin siquiera conocerme.

Estaba en mi departamento tratando de cerrar el vestido, pero no podía ya que mis brazos no eran lo suficientemente largos como para poder subirlo por completo.

Y mis dos damas de honor que estaban ahí conmigo estaban buscando los anillos que habían perdido por hacer chistes horribles que no quedaban con la situación y solo me ponían más nerviosa de lo que ya estaba.

Que eran prácticamente que saliera corriendo y nos fuéramos a Las Vegas y nos consiguiéramos un hombre con dinero, o que me manchara el vestido con algo antes de aparecerme por ahí. Eran suposiciones que me daban terror.

- ¡Ayúdame a buscarlo Amelia!- grito la pelinegra.

- ¿Y que crees que estoy haciendo idiota?

- Perder el tiempo.

Estaba en mi habitación sin embargo hasta donde estaba se podían escuchar los gritos perfectamente. Fue por eso que decidí poner orden.

Salí del lugar y me fui con pasos rápidos mientras sujetaba el vestido que lo arrastraba fácilmente si no lo hacía.

- ¡Dejen de gritar como dos locas me ponen más nerviosa joder!

Las dos se quedaron calladas para luego echarse a reír como si fuera un payaso gritando.

- ¿De qué se ríen?

- Te pusiste roja como tomate.- dijo Amelia.

- Seras idiota.

- ¡Los encontre!- hablo Alyssa.

- Genial, debemos de irnos ya si no queremos llegar tarde. Adiós Camille, te vemos allá.

Las dos depositaron un beso en mi cachete para después marcarse por donde vinieron. Dejándome sola esperando a que llegaran por mi.

No me dio tiempo de protestar porque se fueron como si las persiguiera el diablo.

Maldije en voz baja ya que aún no cerraba ese maldito cierre.

En pocos minutos escuche como llamaron al timbre, y supuse que ya habían llegado por mi, por la novia que aún no estaba lista y que tenía ganas de vomitar. Si, esa soy yo; siempre un desastre.

Abrí la puerta y lo vi, con su traje negro y bien planchado, su cabello del mismo color y bien peinado, pero con la corbata hecha un desastre.

- Siempre debe de haber una parte de ti que no este bien arreglada.- me reí para después dejarlo pasar.

- Es solo que no se como se amarra esto.- se quejo mientras entraba al lugar.

- Ven Thomas, déjame ayudarte.

Me acerque a él y deshice esos nudos que le quedaban horrible y lo arregle mucho mejor. Mientras hacía eso pude sentir su vista clavada en mi.

- Te ves hermosa.- levante la mirada y me encontré con esas dos esmeraldas color verde que tanto amaba.

- Tú te ves igual de guapo. Ven, es tu turno de ayudarme.- dije mientras me volteaba para que cerrara de una vez por todas el cierre que me había estado molestando desde que me puse el vestido.

Él se acerco a mi y con sus yemas cálidas toco mi espalda desnuda, mientras que con cuidado lo subía.

Quisiera decir que no me afecto su contacto, pero no fue así, sentí como una ráfaga de electricidad me recorrió la espina dorsal. Solo el podía hacerme sentir eso.

En otra vida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora