Maratón 2/2
Mario tomó mi muñeca suavemente, girándome hacia él. Jadeé por las punzadas que se extendieron en mi muñeca y Mario pareció notarlo ya que rápidamente sacó su mano de ahí, susurrando un leve ''Lo siento'', asentí despreocupada. Mi mirada se fijó en su brazo, específicamente en su tatuaje, eran unas letras japonesas, de tamaño mediano.
—¿Te puedo preguntar qué es tu tatuaje? —pregunté.
—Es algo personal y... privado, si no te molesta. —respondió inseguro e incómodo.
—Mhmm... ok. —murmuré. —¿Y para qué me detuviste?
—Uhm, feliz cumpleaños, ________. Por poco lo olvido. —respondió, tendiéndome un regalo.
—Wow, no me lo esperaba. Y no te preocupes, la mayoría se olvida. —le guiñé un ojo y recibí su regalo. —Muchas gracias. —Le sonreí.
—No es nada, te lo mereces, eso y mucho más. —Me devolvió la sonrisa, abrazándome.
—Nuevamente, gracias. —dije al separarme de él. —Tengo que irme, uhm, adiós... —reí levemente.
—¡Adiós! —exclamó, felizmente.
Me volví a adentrar en el salón, buscando con la mirada a Sebastián, finalmente lo encontré con uno de sus amigos que también eran jugadores y compañeros de práctica. Di unos pasos, empujando a la gente que bailaba y no me dejaba avanzar, ganándome algunos gruñidos de parte de ellos. Hasta el momento, los alumnos se lograban controlar, aunque no faltaban los que se besaban sin importarle los demás, haciendo sonidos embarazosos.
Retrocedí a unos centímetros de Sebastián, para escuchar lo que su amigo le decía.
—Será tu destrucción. Ella no es saludable.
—Entonces deja que me destruya. —silenció Sebastián, cortante como el demonio.
Desvié mi mirada a algún punto invisible, queriendo llorar. El chico tenía toda la jodida razón, y debía alejar a Sebastián de mí. Debía alejarlos a todos.
Parpadeé, volviendo a la realidad. Deseé que esto fuera un sueño, pero seguía siendo la realidad, que siempre lograba atormentarme. Sin más, toqué el hombro de Sebastián, haciendo que se girara y tragara en seco, con miedo de que haya escuchado. Sonreí levemente y hablé.
—Quiero irme, no me siento bien. —susurré, fingiendo que mi cabeza dolía.
—Volveré después, man —avisó y me guiñó un ojo, cogiendo mi mano. Sentí una calidez en mi interior y mis mejillas arder.
Caminamos hasta su auto y él me abrió la puerta del copiloto, haciendo un gesto para que me subiera. Le agradecí y me subí, colocándome el cinturón. Sebastián subió, colocándose el cinturón igualmente. Cerró la puerta y el motor empezó a andar.
El camino fue bastante silencioso, pero cómodo, nada de tensiones. Quedaba una cuadra para llegar a mi casa, y mis ojos se empezaron a humedecer con lágrimas que amenazaban con salir. Sebastián lo notó, pero siguió conduciendo.
—¿Qué pasa, ______? —preguntó preocupado. Tragué en seco y con temor respondí.
—Debes alejarte de mí, Sebas. —suspiré— Tu amigo tiene toda la razón, no quiero ser tu destrucción.
—¡Vaya mierda lo que él diga! —Golpeó el manubrio fuertemente— Aquí lo importante es nuestra relación, nuestra amistad. ¡¿Tanto te afecta lo qué piensen o digan los demás?!
—¡Sí, Sebastián! maldita sea, sí. —respondí tristemente.
—No me hagas esto, _____... no ahora que nos estamos arreglando. —insistió, haciendo que la culpa llenara mi interior.
—No me interesa tu amistad ni la de nadie, he estado sola mucho tiempo, ya hasta me acostumbré a estarlo. —susurré, llena de dolor. Sebastián me miró incrédulo y sorprendido.
—Mírame a los ojos y júralo. —murmuró.
No me atreví a hacerlo y sólo susurré un ''Lo siento'' antes de abrir la puerta y correr a mi casa, abriendo la puerta principal. Escuché un grito desesperado de Sebastián, lo ignoré y cerré la puerta, subiendo rápidamente a mi habitación, tirándome a la cama, a llorar, llorar, llorar y finalmente, llorar.
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Dejaré el maratón aquí porque me pareció interesante x3 ya que no saben que es lo que va hacer sebas después... bueno nos leemos el miércoles :3 jeje-jeje xD
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Las quiere, Vianey♥
¡DIGAN NO A LAS LECTORAS FANTASMAS!
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"Depression"||All over again||S.V y tu. 2° temporada.
Fanfic¿Conoces ese sentimiento? Cuando sólo estas esperando... esperando a llegar a tu casa y encerrarte en tu cuarto y quedarte dormido y dejar salir todo lo que contuviste a lo largo del día, el sentimiento de desesperación? Nada esta mal, pero nada est...