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No podré acompañarte a la fiesta, la señora Park me ordenó quedarme, según ella Jimin tiene algo muy importante que anunciar, ugh, que molesto— La voz de Yoongi sonaba cansada y Somin formó una mueca.

—No te preocupes, iré con Hoseok pero si algo sucede llámame, iré corriendo por ti—Pidió mientras buscaba la ropa adecuada.

Lo mismo digo, escuché que Jisoo invitó a media universidad.

—En efecto, solo estaré un rato y volveré a casa, debo terminar de empacar—Comentó.—¿Estás seguro de que no quieres venir conmigo?—Cuestionó mirando los boletos de avión que su padre le entregó.

Aun no lo sé, para tu tranquilidad hice el trámite en caso de que haya un cambio de planes—Informó y Somin sonrió un poquito.

—Ahora estoy más tranquila, tengo tiempo para convencerte de venir conmigo—Expresó contenta mientras devolvía los boletos al segundo cajón de su mesa de noche y dirigió su atención a su maleta a medio empacar.

—¿Crees poder hacerlo?

—Por supuesto.

—¡Min Yoongi ven aquí en este maldito instante!—Una voz femenina se escuchó al otro lado de la línea y Somin viró los ojos al reconocerla.

—Te dejo, la bruja me necesita...

¡¿A quién llamas bruja?!

¡A usted, ¿o ve alguna otra bruja por aquí?, porque yo no!

¡Min Yoongi!—Y la llamada se cortó.

Somin dejó escapar un suspiro y tomó el vestido que había elegido para esa ocasión y el par de tacones que Jisoo le recomendó usar, a fin de cuentas era el cumpleaños de su amiga y le daría gusto en eso.

Cuando terminó de arreglarse miró a su alrededor encontrándose con el libro de poemas que Yoongi le regaló, lo tomó entre sus manos y lo observó con una dulce sonrisa para después guardarlo en su maleta y buscó la carpeta donde guardaba sus documentos; pasaporte, identificación, visa y su acta de nacimiento fue lo que encontró allí, cerró de nueva cuenta dicha carpeta y la metió en su maleta para después cerrarla.

—¡Señorita Somin, ya es hora de irnos!—La exclamación de Yeji se hizo oír, por lo que la pelirroja se limitó a tomar un bolso y salió de su habitación, encontrándose con Hoseok, quien aun permanecía con ese semblante triste, ugh, ¿Por qué su hermano mayor no quería contarle lo que estaba sucediendo?

Ella quería ser de ayuda para volver a ver la bonita y brillante sonrisa del joven, la cual hace unos días había desaparecido, dejando en su lugar tristeza y un poco de amargura.

—¿Nos vamos?—Preguntó Hoseok al verla y ella asintió con tranquilidad avanzando en su dirección.

—¿No había a caso un vestido más corto?—La voz de su madre se hizo oír y Somin detuvo sus pasos para voltear, observándola en la baranda con una sonrisa burlona.—Dios Somin, tienes tan mal gusto, ni siquiera el color es bonito.

—Mamá, deja de decir cosas sin sentido, Somin se ve muy bien—Se metió Hoseok y la mujer río.

—No le mientas Hoseok, sentir lástima no te obliga a hacerlo.

—Mamá—Advirtió Hoseok muy molesto.—Solo vámonos—Tomó la mano de su menor, arrastrándola consigo fuera del sitio y la ayudo a subir al auto después de que Yeji abordará.—No le hagas caso, solo está molesta, luces muy bien Somin.—Después de esas palabras el recorrido fue en silencio.

Sodio [Junghope]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora