A la mañana siguiente desperté por el delicioso aroma a hot cakes. Bajé y encontré a mis papás cocinando.
-"Hola, buenos días", les dije con una sonrisa.
-"Buenos días princesa", me dijo mi papá dándome un beso en la frente.
Él es alto, ojos grandes y oscuros, pestañas largas y rizadas, piel morena, cabello corto y oscuro, no hace mucho ejercicio pero no esta del todo descuidado. Su nombre es Francisco, tiene 42 años.
-"Y Dylan?", les pregunte tomando una manzana de la mesa.
-"Aún no baja, puedes ir a despertarlo? Ya no tarda en estar el almuerzo", me dice mi mamá.
Subí a la habitación de Dylan y estaba acostado con el celular.
-"Buenos días feo", le digo dándole un golpe en el brazo.
-"Hey, que buena forma de saludar", me dijo pero seguía viendo el celular.
-"Oye! Tan siquiera hazme caso!", le dije quitándole el celular de las manos y sali corriendo hacia el baño.
-"Abreme! Sophia, dámelo!!", me grita desesperado golpeando la puerta.
-"Uuuuuuuy, quien es Peyton?", le pregunte en tono burlón.
-"Dámelo!!", me contesto sin responder mi pregunta.
-"Primero contestame y después te lo doy!", le grito
-"Es...una amiga! Ahora ya dámelo!", me grita.
Salgo del baño y le doy el celular.
-"Tendrás que contarme todo después", le digo sonriendo. -"Ah, ya esta el almuerzo".
Bajamos y la mesa ya estaba puesta. Comenzamos a almorzar y a platicar.
-"Amm...no es por ser entrometida, pero escuche su platica anoche", les digo a mis papás mientras me como un trozo de hot cake.
-"Sobre que platicamos?", me pregunto mi papá.
-"Bueno, amm, sobre los genios...", contesto un poco tímida.
-"Sabes que ese es un tema muy importante para ti ahora mismo", me contesta mi mamá.
-"Lose..."
Nos quedamos callados un momento.
-"Y...que desearías?", pregunta por fin Dylan.
-"Conocer a Roman", contesto e inmediatamente sonrio.
-"Enserio eso es lo que quieres?", me pregunta mi hermano.
-"Obvio", mantengo mi sonrisa.
-"Pero creceras y puedes sentir que desperdiciaste tú deseo", dice mi papá.
-"No lo creo y, para empezar, nose si llegue a ser más grande, talvez muera mañana..."
-"Hija.. ", me interrumpe mi mamá.
-"No mamá, dejame terminar", le digo en voz alta.
-"Y no quiero morir sabiendo que tuve la oportunidad de conocer a mi superman y no lo hice", digo con lágrimas callendo por mi mejilla. "Además, eso no es ningún desperdicio!"
Todos se quedaron viéndome sin decir ninguna palabra.
-"Amm ya no tengo hambre", dice Dylan limpiándose la boca con una servilleta y levantándose de la mesa.
-"Yo tampoco", digo y subo a mi habitación.
Cerré la puerta, me puse los audífonos y puse en reproducción la canción "All i ever need" de Austin Mahone (Esa canción me recuerda tanto a Roman:') escuchenla)
Y comencé a llorar. La verdad, conocerlo sería lo mejor que me podría pasar en la vida.
Escuche que tocaban la puerta, me quite los audífonos pero sin contestar nada, entonces escuche la voz de Dylan
-"Sophia, podemos hablar?", me dice con tono de preocupación.
-"No estoy de humor para eso", le contesto aún entre lágrimas.
-"Está bien" y escuche sus pasos al marcharse.
Continúe sin hablarle a mi familia por una semana. Solo contestaba con un simple si, no o nose.
En la noche, después de cenar, fui a lavarme los dientes y a ponerme la pijama.
Ya acostada, me quede viendo Los Juegos del Hambre en la televisión. Escuche un ruido, lo cuál se me hizo muy extraño por que se supone que estaban todos dormidos. Me levante y abrí la puerta y mire el pasillo, no vi nada. Baje la cabeza y vi un sobre en el piso, lo recogí y entre en mi habitación de nuevo. Prendí la lampara y me senté en la cama.
Abrí el sobre... Y simplemente quede congelada.