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Al llegar a Westchester buscaron la casa en la cual Peter había entrado, ignorando el hecho de que me habían dicho seriamente que no entrara.
La noche había llegado y la casa se veía mucho mas aterradora que la última vez que fueron. Fueron hacia la entrada de la casa, Erik tenía agarrado el brazo de Peter con sumo cuidado.
Apenas adelanto la silla de ruedas cerró sus ojos, sintiendo una leve brisa
— esperen — murmuro frenandolos.
— ¿Charles? — voltearon a verlo
Llevo su mano a su cien al sentir un muy fuerte dolor de cabeza
— ¿Charles? — repitió Erik — no me asustes—
— está ca- —Solto un grito de dolor moviendo su silla de ruedas rápidamente del césped de la casa
Lehnsherr soltó el brazo de su hijo y corrió hacia su novio.
— ¡¿Que pasa, charles?! —
Este levanto la mirada hacia su pareja
— Está casa conecta 2 universos — su voz sonaba débil
Erik miro al platinado
— ¡Peter deja el buzo y vámonos! — grito Erik
Peter asintió y empezó a caminar hacia la casa con cuidado.
Subió los dos escalones y siguió caminando hasta llegar a la puerta. Dudo si abrirla
— vamos peter, tu puedes — susurro para si mismo
Abrió la puerta con cuidado pero haciendo un poco de fuerza. Al abrirla pudo sentir un olor que hizo que su estómago se revolviera. Las ganas de vomitar surgieron, pero se contuvo a no vomitar en la puerta de esa casa.
Giro su cabeza y dio unos pasos hacia tras cayendo sobre una columna, su respiración se apresuró levemente.
— ¡Peter! — su padre grito hacia el.
Con la mirada un poco pérdida y borrosa volteo a ver a su padre.
— ¡Cuidado!—
A los segundos luego de escuchar cómo su padre lo llamaba, volteo nuevamente hacia la puerta, viendose a si mismo. Como un espejo. Pero su aspecto era diferente.
Su pelo era levemente rubio, era un poco mas alto que el, eso hizo que el platinado frunciera su ceño
— ¿Por qué eres mas alto que yo? — pregunto — ¡Eso no es justo! — chillo
