Colette: Bueno, ¿Me acompañas a un lugar? :3
La pregunta era por lo aburrido del día. Maxine en su sillón bebiendo Vodka, Amber sentada leyendo Orgullo y Prejuicio y Colette robando pequeños mechones a ambas féminas.
Amber: ¿A donde?
Colette: Es un secreto UwU
Ella, emocionada, subió a su cuarto y se vistió de manera especial. Tenía una franela con una imagen de Tracer, un pantalón negro con el símbolo de Overwatch en un lado.
La peli-naranja se sorprendió más de lo que debería. La heroína, en cambio, le soltó un cumplido y siguió con lo suyo.
La peli-blanca la guio hacía un lugar en el bosque. Era una especie de cueva. Gracias a la antorcha de Amber se pudieron guiar fácilmente. Llegaron a un árbol enorme en una zona oculta de la cueva. Habían luciérnagas al rededor, bellotas doradas y pasto en el suelo.
Colette: Encontré esto buscando algo que me pidió Carl.
Amber abrazó a la peli-blanca, y le susurró al oído que el lugar era hermoso.
Colette: Vengo aquí generalmente a pensar. Sobre las cosas que suceden a mi alrededor. Y sobre ti— susurró eso último para sí—
Amber: Pues, faltan 12 horas para la fiesta de fin de año. Debemos prepararnos.
La peli-blanca, un tanto decepcionada, se dirigió a la salida. La peli-naranja vio que el propio Carl estaba allí, contemplando las extrañas piedras. Una de ellas desprendía rayos de un color fucsia. ¿Qué podrían significar?
Ambas féminas estaban dispuestas a ir a aquella fiesta con trajes formales, aunque al ver que Max Novikova ni se había planteado ir, decidieron desistir (o mejor dicho, Colette decidió quedarse).
Cosas de chicas.
Edgar: ¿Recuerdas cuando te dije paranoico?
Recibió un golpe en el abdomen por parte del alquimista. Posteriormente, él débilmente intentó apoyarse sobre su escritorio. Al ver su enorme debilidad física, decidió sentarse.
Byron: Debí suponerlo. Era imposible que en meses no hayamos encontrado nada.
Edgar: Me parece comprensible que no quieran ser vigilados, pero ni idea de cómo se enteraron.
Byron: Contacta a los demás. Esto es... Importante.
Pero nadie vino.
Unos eran totalmente comprensibles, pero otros...
Edgar: ¿Crees que ya llegaron a ellos?
Byron: ¡Olvídalos joder! ¡Los daremos por muertos hasta que se planten frente a mí! ¡Ahora sólo somos tú y yo!
Le pidió de malas formas que abandonara la estancia.
Ya estaba harto de juegos. El hecho de que hayan saboteado sus cámaras significaba una cosa: realmente alguien intentaba encubrir sus huellas. Salvo Edgar y Amber, todos estaban bien vigilados. Bueno, no del todo. Ya no. Alguien de alguna forma tuvo que averiguar la existencia de las cámaras. De una forma u otra alguien sabía. O fue una casualidad que quien lo haya descubierto vio la pequeña cámara y la saboteó mostrando cosas que no eran.
O había un topo entre ellos.
El gran problema estaba en que solo dos personas conocían ese detalle, él y Edgar.
