F de Finn

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El día antes de nochebuena, tras acostarme con Dylan, intenté dejar la lista, de verdad que lo intenté, pero Finn no ponía de su parte.

Por la mañana, Emma y Dylan se fueron a ver a sus padres, Beca y Katy se fueron a comprar los últimos regalos de navidad y Lucy, Nicky, Finn y yo nos quedamos en la casa desayunando los restos de la cena de la noche anterior.

Finn se sentó a mi lado y empezó a preguntarme sobre mis gustos musicales, cinematográficos, y demás. Sin duda alguna, Finn era un chico muy atento y dulce, pero seguía siendo demasiado joven, ni siquiera había cumplido los dieciocho por aquel entonces.

Después del desayuno, Finn me pidió consejo sobre algunos de sus trabajos para el instituto y me pidió que le acompañase hasta su habitación para verlos.

Una vez allí, él sacó varias carpetas de su maleta y me enseñó algunos de sus cuadros y poemas, tenía mucho talento. De un momento a otro, Finn se abalanzó sobre mí y comenzó a besarme, no me aparté y me sentí muy culpable por seguirle el rollo sabiendo que aquello no acabaría bien para ninguno.

Finn me pidió un consejo más allá que sobre el instituto, me pidió ser su primera vez y no supe cómo contestarle.

- Yo..., Finn, no sé qué decir la verdad. –dije con sinceridad.

- No pasa nada Melody, de verdad, lo siento mucho, no debí haberte metido en este follón... – dijo apenado.

- Vale, lo haré. – accedí sin pensármelo dos veces, de todas formas, no sería la primera vez que me acostaba con el hermano de una de mis amigas, más no la podía cagar...

- ¿Qué?, ¿Qué vas a hacer? – preguntó bastante confuso.

- Seré tu primera vez, pero como amigos, y como mentora de alguna forma.

- Muchas gracias Melody, de verdad.

Nos encontrábamos en ropa interior sobre las sábanas de la cama de Finn. Él me miraba bastante confuso y yo intentaba pensar un poco en lo que estaba a punto de hacer.

Primero le expliqué a Finn como debía ponerse el condón y aunque al principio fue demasiado incómodo, al final resultó bastante educativo. Después le expliqué que debía hacer para que la chica se sintiese cómoda, sobre todo si se trataba de su primera vez, podía ver como Finn intentaba memorizar todo lo que le decía, parecía estar haciendo un nuevo archivo en su cerebro solo con toda la información que le iba diciendo. Finalmente llegó el momento, me quité la ropa interior y me puse sobre sus delgaduchas piernas.

- Tranquilo, no tienes que hacerlo si no quieres, ¿Estás seguro? – le pregunté antes de colocarme sobre su miembro. Él asintió y yo empecé a moverme lentamente sobre él.

Notaba como él comenzaba a llegar al clímax en apenas segundos, lo que pasa en las primeras veces... Cuando llegó, le indiqué como debía salir lentamente asegurándose de no perder el condón en el interior de la vagina de la chica o cometer algún error que pudiese derivar en enfermedades de transmisión sexual o algún embarazo. – quizás debería hacer más caso a mis consejos...

La verdad es que aquella situación había sido incómoda, pero no tanto como me imaginaba y me sentía orgullosa de Finn, ahora estaría completamente preparado para su verdadera primera vez, al menos con alguien que realmente le viese de un modo romántico y sexual, no como el hermano pequeño de una de sus mejores amigas, o como una letra que tachar en una absurda lista.

Finn y yo quedamos como amigos, pero él era incapaz de verme solo como a una amiga, siempre me recordaría como la chica con la que perdió la virginidad en una especie de cursillo exprés sobre educación sexual...

***


Al igual que con Dylan, solo esperaba no convertir a una de mis mejores amigas en tía, con Finn fue más complicado de contactar, no podía decirle de la nada que quería verle sin montar un escándalo en la casa de las Alphas, así que averigüé donde estudiaba y me presenté en uno de sus entrenamientos de vóleibol con una botella de agua para nada sospechosa..., aquella botella serviría como muestra de ADN sin levantar sospechas.

Me acerqué a las gradas y cuando le divisé entre el resto de chicos, él no tardó en percatarse de mi presencia y acercarse a saludar.

- Melody, joder, no tenía ni idea de que supieses donde estudiaba. – dijo mientras me abrazaba.

- Estaba por la zona y he pensado en pasar y saludar, y tu hermana me dijo que hoy entrenabas y pues te he comprado una botella de agua en la máquina. —dije mientras le ofrecía la botella.

- Muchas gracias Mel, te apetece hablar luego un rato. – dijo mientras cogía la botella para darle un sorbo con el que se bebió prácticamente la mitad de la botella.

- Lo siento mucho, solo tenía un par de minutos. – mentí, por poder podría haberle esperado, pero, no tenía tiempo que perder, me quedaban muchos chicos y muestras que recoger...

- Bueno, nos vemos pronto y gracias por el agua. – dijo antes de tirar la botella a un cubo de basura cercano y dirigirse de nuevo hacia sus compañeros.

Recogíla botella y la metí en una bolsa rezando para que aquel chico de instituto no se convirtiese en el padre de mi bebé.

De la A a la ZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora