EPÍLOGO

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5 AÑOS DESPUÉS...

La casa de Malibú donde solíamos residir fue uno de los regalos más bonitos que jamás me habían hecho.

Aquel verano, Patrick solo me estaba enseñando la casa en la que tenía pensado vivir junto a nuestra pequeña, cuando la casa fue oficialmente nuestra, se convirtió rápidamente en nuestro hogar, Ellie dijo su primera palabra en el jardín una noche mientras veíamos las estrellas, o las "erstellas" como las había llamado ella, dio sus primeros pasos en el salón mientras veíamos una película de dibujos animados junto a su colección de osos de peluche, y ahora cinco años después, apenas pisábamos esa preciosa casa...

Tras graduarme en la universidad, di a luz a nuestro pequeño caos, o mejor dicho a Luke, que tenía el pelo oscuro como yo pero la nariz de su padre y que no se parecía mucho a su hermana mayor, la cual tenía su melenita rubia y mis mofletes. Un par de meses después de que Luke llegase a nuestras vidas, acepté una oportunidad como miembro de un equipo de antropólogos en Machu Picchu, a donde nos mudamos los cuatro, ya que Patrick había cedido varias de sus acciones de la empresa familiar a unos viejos amigos y ahora solo se ocupaba de algún pequeño dato de la empresa. Tras los tres meses en Machu Picchu, nos mudamos a Egipto y después a la India, donde nos enteramos del tercer milagro de nuestra vida, por el que decidimos volver a Malibú una temporada.

Ahora somos una familia muy feliz y creo que nunca me había sentido tan bien. Hace años jamás me hubiese imaginado así, pero para ser sincera, no cambiaría mi vida actual por nada en el mundo.

Aunque, como todo ser humano, si suelo preguntarme que hubiese pasado si Patrick no hubiese sido el padre de mi bebé...

De la A a la ZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora