Darla Lynn
1 de octubre
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Golpeé una y otra vez la puerta del casillero, pero esta no abría, simplemente no quería ceder, es tan fastidioso, nunca antes me había pasado y justo ahora que más necesito mis libros el maldito locker no abre.
—Tonto casillero de mier… coles —hice puño mi mano volviendo a golpear la puerta—. ¡Mi vida está arruinada y sólo tengo diecisiete años! —chillé.
Justo en ese instante la chicharra comenzó a timbrar para hacer el momento aún más perfecto, noten el sarcasmo.
—No, no no, llegaré tarde al examen —dediqué una rápida mirada a las personas que pasaban.
Exactamente estaba esperando a que Gásper pasara, pero nunca lo hizo, me las pagarás chico, aunque no tiene la culpa de nada, pero de todos modos, es su deber de amigo estar conmigo en las buenas y en las mal…
—¡Saimon! —grité cuando vi al rubio pasar—, ¡Saimon ayúdame! —él no tenía intenciones de detenerse así que mejor opté por tomarlo de la orilla de su saco.
No me importó que apenas y lo conocía del día anterior, sólo estaba interesada en salvarme, seguramente esto después traería sus respectivas consecuencias.
—¿Qué? —me respondió, cortante, con su usual rostro de sin emoción.
—Yo… ¿Podrías ayudarme a abrir mi casillero? —jugué con mis manos, nerviosa.
—Tengo examen y ya voy tarde, lo lamento —volvió a girar, ignorándome olímpicamente.
—¡Por favor Saimon! ¡Somos compañeros, anda! Siiiiii —rogué, mientras daba patadas al piso a modo de berrinche.
Muy maduro de mi parte, lo sé.
—Agh —se detuvo—. ¿Qué gano yo a cambio de ayudarte? —me miró con una ceja levantada.
¿Que le puedo ofrecer? No tengo nada que pueda servirle.
—Yo, puedo, puedo ayudarte con… con… ¡Te invito una rebanada de pizza!
¿¡Que rayos fue eso!? Nadie hace algo a cambio de una rebanada de pizza ¿o si? Además es lo único que se me ocurrió, estoy alterada y no pienso claro.
—Acepto —se encogió de hombros y vino nuevamente hacia mí—. ¿Qué número tiene tu locker?
Vaya, después de todo la pizza si lo pudo convencer ¡viva la pizza!
—Treinta y cinco B —le dije confundida—. ¿Eso como podría ayudar? No entiendo porqué no abre —crucé mis brazos, volviendo a mi puchero.
Saimon ladeó su cabeza como un cachorrito confundido, rodó los ojos y me vio con una cara que me hizo sentir incómoda.
—En mucho, esta es treinta y cuatro B, te equivocaste —me dirigió una mirada, bromista—. A la salida quiero esa rebanada —y se fue nuevamente.
Bueno, eso responde a mi pregunta de porqué no abría, pero por otro lado… ¡Llegaré tarde al examen!
Dejé de intentar con el casillero ajeno y fui al mío, como era de esperarse; este abrió muy rápido, saqué mis libros, lápices y corrí al salón como si de una carrera se tratase.
Quítense que no respondo chipote con sangre, sea chico o sea grande.
Abrí la puerta de golpe como en las películas donde hay un sheriff y un bandido los cuales siempre se les puede encontrar en la cantina del pueblo. Puaj, mis comparaciones siguen dando asco.
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Corazones de papel [Pausada]
Teen FictionDarla Lynn ha estado enamorada de Josh su compañero de clase. Un buen día ella acepta darle tutorías para que mejore sus notas. Darla creía que eso sería perfecto para lograr que él se enamorara de ella. Lo que no tenía en cuenta es que llegaría un...