Corazones de papel [Pausada]

13 | Salir de mi zona de confort

Saimon Connor

03 De noviembre

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Había estado observando a Darla Lynn desde hace tiempo.

Le gusta tocar su ukelele mientras canta, suele hacer bromas, en especial a las que no les entiendo, comer golosinas y de vez en cuando comida basura, le gusta charlar de cosas sin sentido, bailar mientras hace cualquier actividad, leer, le teme a la oscuridad, ama los abrazos o cualquier muestra de afecto, y se pone nerviosa cuando le hablan de amor.

Es hermosa.
Es divertida.
Es genial.

Tiene el cabello negro como una noche estrellada, los ojos como el mar, unos pequeños lunares esparcidos por sus brazos y sus mejillas, su voz es dulce y soy más alto que ella.

Pero, a ella le gusta mi primo y su amor es mutuo. Aunque yo podría ser un mejor novio.

Subió una foto a instagram lo que me llevó a estar stalkeando su perfil. Todos alguna vez lo hemos hecho, eso me hace sentir menos extraño.

Había una foto de ella; en un lago, estaba con su familia en una lancha, ella sonreía y se veía muy tierna usando una manga larga grande con sus shorts de mezclilla.

Tenía algunas historias donde tocaba su ukelele y cantaba, o algunos vídeos con su gato Capitán Pelusa.

Fotos donde sonreía, fotografías usando diferentes tipos de ropa, de vestidos a chaquetas negras, usando sombreros o simplemente siendo ella misma.

Con cada foto que veía me gustaba más y más, instagram después de todo no es una aplicación inútil como creía.

Me coloqué los audífonos e hice que el vídeo comenzara, la voz de Darla se estaba volviendo mi melodía favorita.

—¿Es tu novia? —Mi hermano llegó a mi lado.

Me sobresalté y apagué el celular tan rápido como pude, me apenaba que supiera de ella, no es la primera ocasión que me atrapa con las manos en la masa. Ja, Darla me pegó sus palabras.

—Ese no es asunto tuyo Dante. —Lo miré mal.

—Está bonita, como mi amiga.

—¡Dante eres un niño! No pienses en esas cosas. —Lo tomé de los hombros—. Al fin y al cabo ellas se va a ir con otro. —Después lo senté en mis piernas.

—Ella se fue con Marquitos a comer cereal y me dejó solo en el salón.

Dante y yo no servimos para el amor.

—Iré a jugar con Lizzy. —Se bajó de mis muslos y salió de la habitación.

Lizzy es su niñera, se lleva muy bien con ella, a mí en particular no me agrada, vaya sorpresa.

Me levanté y fui por hojas blancas.

Le escribiría una carta a Darla Lynn, no soy tan bueno expresándome eso es más que evidente, prefiero escribir lo que siento, así me evito la pena de avergonzarme frente a ella.