Capítulo 7

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-¿Qué demonios les sucede a ambos?- Gabriel Simons nos tenía en su oficina sentados frente a él. -Señorita Bellemore estoy esperando una respuesta.-

¿Nunca les ha pasado que tienen una edad adulta, pero en estas situaciones se sienten como niños de 8 años siendo regañados por sus padres?. 

-Morgan...-

Iba a responder cuando Matt me ganó. -Fue mi culpa.- Levante la mirada para observar a mi compañero. 

-¿En serio señor Ortega?- Simons me miró directo a los ojos. 

-Fue... culpa mía.- Respondí finalmente. 

-Está claro que toda acción tiene una reacción.-

-Yo la ofendí. Así que soy el único que debe ser reprendido.-

-Señorita Bellemore ¿es eso verdad?- Una parte de mi quería defender a Matt y la otra quería que pagara por lo que me acababa de decir, pero soy una buena persona y haré lo correcto.

-Sí, me ofendió, pero yo actúe mal, así que el castigo debe ser para ambos.-

-Muy bien, me gusta que sean sinceros.- Simons se levantó de su silla y caminó para colocarse detrás nuestra. -En esta semana ambos trabajarán horas extras, sin goce de salario.- Matt y yo íbamos a protestar. -Es eso ó van a recursos humanos con Cassidy.- Ambos callamos. 

Gabriel regresó a su asiento. -Ahora ambos regresen al trabajo y no hagan un alboroto más.- Nos levantamos y lo dejamos solo. 

Al regresar a nuestros lugares continuamos sin dirigirnos la palabra, de vez en cuando escuchaba a Matt suspirar fuertemente o maldecir en susurros. Yo por otra parte estaba algo desesperada, quería golpear a alguien, realmente seguía ofendida por sus palabras. 

(Es como si en un año de amistad fuera una completa desconocida para él. ¿Ese es el tipo de mujer que demuestro ser?. No, al diablo... al diablo todo, al diablo Matt y mi estúpido enamoramiento). 

Después de un tiempo no aguante, necesitaba salir y patear algo. Me levanté, de reojo pude ver a Matt mirarme, pero lo ignoré. 

Al dirigirme al elevador presione el botón para bajar al sótano, quería hacer mi rabieta a solas. Pero como soy una mujer inmadura, estalle en el elevador. 

-¡Eres un idiota Ortega, maldigo el día en que te conocí, maldigo el día en que me enamore de ti y maldigo toda tu existencia!- Con esas palabras patee la puerta de la caja metálica.

-¡Ow! En estos momento me alegro no ser el idiota Ortega.- 

Furiosa voltee a ver al hombre, y cuando lo vi, se me fue el alma del cuerpo. 

-Señor Carter...- El ratón se comió mi lengua. 

-Así es, soy el dueño del elevador que está atacando.-

-¡Disculpe!, no sucederá de nuevo.- De la pura vergüenza bajé la mirada. Lentamente un par de zapatos caros se vieron en mi panorama. 

-Si desea golpear al señor Ortega, deberá buscar otra estrategia. Como por ejemplo un hombre, alguien atractivo y que esté dispuesto arriesgarse por usted.- Rápidamente levanté la mirada. Él estaba a escasos centímetros de mi cara. -Que tenga buen día señorita.- El elevador se detuvo y abrió su puerta, el señor Carter salió de él...



-¿Sabes qué quiso decir con eso?- Lisa trataba de no ahogarse con su almuerzo. Le conté la historia de lo sucedido esta mañana. 

-No, obvio no.- Me mordí un labio. 

<Is It Love? Mark> El EJECUTIVO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora