Capítulo 7

287 24 9
                                    

Estaba a punto de dormir cuando recordé que nunca le agradecí a Mayte el que se hubiera preocupado por mí, fue tan linda, ella tenía planes con ese hombre y dejó todo a un lado por mí, necesito agradecerle pero ya se había marchado a descansar, de igual manera, no pierdo nada con intentarlo, no podría dormir sin antes hacerlo...

Me dirigía a su casa cuándo vi aquel coche estacionado en su Jardín. ¿Qué?, ¿Otra vez? ¿A qué regresó? ¡Por Dios!, lo estaba empezando a detestar. Caminé unos cuántos pasos para llegar, me paré delante de su puerta y justo cuándo estaba a punto de tocar el timbre escuché aquello.

Sebastián: Dios Mayte, te ves tan sexy enojada, me excitas tanto, mujer, si no te quito todo lo que traes puesto te juro que moriré...

Mayte: ¡Pero, hombre! ¡Que no estoy jugando contigo, caray! No me gustan estas absurdas escenas de celos, ¡Lo sabes perfectamente! Hazte a un lado, por favor.

Sebastián: No me hago para ningún lado hasta hacerte todo lo que quiero, te voy a arrancar la ropa interior con los dientes.

Mayte: No, tu no entiend... Sebas, no —musitó—

Sebastián: Di que mis caricias te vuelven loca, di que necesitas sentirme dentro de tí, dímelo...

Mayte: ¡Que no! Por favor... no he terminado de hablar contigo.

Sebastián: Pero no hay nada que hablar, y mucho por hacer.

Mayte: Aquí no... Vamos arriba.

Manuel: ¿Y por qué no lo hacemos aquí chaparrita? Me vuelves loco, no importa el lugar, quiero hacerte mía.

Mayte: Mmhh —Gimió—

Corrí a mi casa lo más rápido que pude, sin duda el que busca encuentra, ¡Por chismosa me pasan estas cosas!

Al entrar a casa, enseguida llamé a mi novio, le dije que mañana mismo quería mudarme con él, que no pidiera explicaciones sólo quería hacerlo y ya.

Al día siguiente salí muy temprano de mi casa con una maleta, no llevaba toda mi ropa, solo la necesaria, dentro de mí sabía que estaba afectada y se me pasaría en unas cuantas semanas. Llegó mi novio y entró para ayudarme con mi maleta... Al salir ví hacia casa de aquella mujer por la que tanto sentía, ella estaba volteando hacia mí, hicimos contacto visual y alzó su brazo saludándome a lo que la ignoré, al voltearme para no verla más, escuché su vocecita gritar: ¡Valentina, hola, mi vida! Sonaba inmensamente contenta y claro, ¿Cómo no iba a estarlo?
Quería llorar, sentía un enorme vacío en el pecho al ignorarla pero ya no quería sufrir, ya no más, y este amor era lo único que me causaba, sufrimiento.
Olvidarme de ella era lo que tenía que hacer... De una buena vez se iba de mi corazón, que si no se iba, yo la sacaba de ahí. Realmente no sabía si estaba haciendo lo correcto, ya no quería pensar, hacerlo me dolía hasta el fondo de mi alma...

Al salir de mi casa con algunas cosas sobre mis manos, encontré a mi novio ¡CHARLANDO CON MAYTE! Dios mío, ¿Y AHORA QUÉ HAGO?

—Hola mi amor —Dije pegándome a su cuerpo y entregándole un beso, uno que no le correspondía, uno que quería darle a Mayte—

Para esto, el rostro de confusión de Mayte era algo tan notorio, no disimuló un solo gesto de su rostro confundido y sin tener idea de que pasaba me volteaba a ver, pidiendo una explicación de mi comportamiento, ni siquiera le dí los  buenos días.

—Señora Mayte, tenemos prisa, compermiso —Dije seco y bastante cortante—

—No, de hecho no tenemos pri...— ¡SÍ TENEMOS PRISA, AMOR! —Le dije a mi novio antes de que terminara de hablar—

Mayte: ¡Caray! ¿Pero por qué estás actuando así? Ni siquiera me saludaste.

—Nos vemos, que tenga buen día... Señora.

¡Hasta luego, mucho gusto conocerla! —Dijo mi novio—

Mayte: ¡El gusto fue mío!

Sí, sí, ya, como sea... Adiós —Dije queriendo huir de ahí—

Mayte: Pe, pero... ¿A dónde vas, Valentina?, ¿Y esa maleta?

Eso a usted no le importa, apenas y nos conocemos ¿Por qué habría de importarle, eh? —Dije con un rostro pálido por lo que me había atrevido a decir—

Mayte: Tienes razón, no soy nadie para cuestionarte, solo espero que pronto me digas que pasa y por qué me tratas así. Te deseo suerte mi corazón, te agarré un cariño muy especial.

Gracias —dije seco— Vámonos, Alan.

Mientras íbamos en el coche, mi novio me contaba algo sobre hacer una vida juntos. No podía soportar más el escucharlo y saber que nada de eso pasaría, con el tiempo solo lo lastimaría y vivir con ese cargo en mi conciencia, no gracias.

Decidí contarle todo.

—Alan, para, por favor... escúchame.

Dime mi amor —Dijo aún emocionado por sus planes—

—Mmm no, dime Valentina. Tengo algo que confesarte.

Estoy enamorada de Mayte, no sé en qué momento pasó, pero ella está dentro de mí, arañando mi interior cada segundo, cada minuto, cada día que pasa, cada mirada, cada sonrisa, cada gesto, cada palabra... Yo amo cada parte de ella, es la dueña de mis sueños, de mis pensamientos, de mis fantasías, es la dueña de mi vida, no quiero seguir lastimándote, no quiero seguirte mintiendo, no te amo como tú a mí. Te quiero, pero no mereces a alguien que no esté dispuesta a llevar a cabo todos esos planes tan bonitos que tienes en mente.

Te voy a llevar a tu casa —Dijo completamente serio y sin voltear a mirar mi rostro—

Está bien —Mencioné mientras me llenaba de arrepentimiento—

Llegamos a mi hogar, bajó mis cosas y estaba ella en frente, regando sus plantas, estaba distraída así que no se dió cuenta que yo había regresado pero yo, no podía dejar de mirarla, era arte...

Llegamos a mi hogar, bajó mis cosas y estaba ella en frente, regando sus plantas, estaba distraída así que no se dió cuenta que yo había regresado pero yo, no podía dejar de mirarla, era arte

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Cuándo de la nada escuché gitar a mi ahora ex novio.

Creo que tienes cosas pendientes con tu vecina, así que; ¡SEÑORA MAYTE! ¿PODRÍA VENIR UN MOMENTO?, QUE VALENTINA TIENE ALGO IMPORTANTE QUE DECIRLE...

Yo no tengo nada más que hacer aquí, hasta luego "Mi princesa" cuídate...

—Alan, de verdad, perdón...

Mayte se acercó con apuro ¿Que pasa, Valentina?, ¿Qué son esos gritos?, ¿No te irías con él?

Emm, no.. yo, decidí quedarme —Mis manos estaban temblando, no sabía qué hacer—

May: Bien, y qué quieres decirme?

Eh, no, yo, no... nada...

Mayte: ¿Pero cómo? Si tu novio se fué hecho una furia, gritando que tenías algo que decirme, ¿A qué estás jugando, Valentina?

A nada Mayte y sí, efectivamente tengo algo que decirle pero no es el momento.

Siempre TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora