Capítulo 1

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Mayte Lascurain, 51 años, rubia, rasgos faciales delicados, un rostro hermoso, estatura de 1.50, tan tierna y sexy al mismo tiempo, acababa de llegar al vecindario en busca de un nuevo comienzo, después de una ruptura amorosa de la que acaba de recuperarse luego de 3 años, estaba lista para comenzar una nueva vida. Aunque esto traería consigo una serie de cambios, nuevos sentimientos, miedos, experiencias y sensaciones.

Valentina, una jóven de 18 años, dulce que no busca más que su independencia, acostumbrada a la soledad ya que sus padres por asuntos laborales vivían fuera de la ciudad estaba a punto de conocer un sentimiento que jamás había experimentado; el amar desmedida e irracionalmente.

Los años de diferencia entre ambas, el miedo y la situación actual de cada una les jugaría una mala pasada. ¿Podrá el amor vencer todos y cada uno de los obstáculos? Está por verse.

7:00am, la luz del sol no me dejaba seguir durmiendo, cómo era costumbre debía levantarme para asistir a mis estudios.
Cursaba mi último semestre de bachiller, 10 minutos después de despertar, recibí un mensaje de mi actual novio.

— ¿Cómo amaneció el amor de mi vida? — decía aquel mensaje.

— Bien, amor ¿cómo amaneciste tú? — contesté.

— Bien, mi niña. En un rato más nos vemos— leí.

—Te espero —respondí.

No soy feliz, lo aprecio de verdad, y aunque no logro sentir algún tipo de atracción por él, es lindo conmigo. Él me procura, busca mi bien a toda costa, somos los mejores amigos y eso debería ser suficiente ¿No es así? No lo era para mí, aunque supongo que ni uno de los dos sabe en realidad lo que quiere.

— 8:00am, salí de mi casa para no llegar tarde y la ví ahí, saliendo de su hogar y subiendo a su auto, rubia, muy baja estatura, rondaba el 1.50 - 1.52 a lo mucho, me sorprendí de lo hermosa que era, parecía una obra de arte, no podía creer lo que mis ojos veían, al parecer de lo mucho que admiraba su belleza, logró sentir mis ojos sobre ella a lo que volteó a verme y sonrió, esa sonrisa deslumbrante que era capaz de mover todos y cada uno de mis sentimientos... quedé paralizada y solo pude devolverle una pequeña sonrisa.

Mi novio llegó y subí a su auto, aún paralizada por lo que había pasado.

— Amor, ¿estás bien? — preguntó.

— Sí, todo bien. ¿Tú estás bien? —Pregunté sarcásticamente.

— rió — Vamos ya, que no queremos llegar tarde — me besó, a lo que yo me sentí algo incómoda como cada vez que lo hacía.

— ¿Y quién es la señora a la que sonreíste? — Preguntó curioseando.

— Mi vecina, nunca la había visto, es nueva en la calle, supongo. — contesté queriendo evadir su pregunta — repetía en mi mente una y otra vez la sonrisa que se adentró como dardo en mi corazón —

Siempre TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora