Capítulo 9

310 25 2
                                    

Mayte siguió masajeando mi interior sin intenciones de parar, iba lento, mientras besaba mi cuello y me sostenía con la otra mano -¡Así... más! -musité- cada uno de sus movimientos me demostraba más y más el amor y la pasión que había dentro de ella. Esa que escondía detrás de la ternura en sus ojos, una mujer llena de deseos, y muchísima experiencia.
Fué cuestión algunos de minutos más, cuando sentí un escalofrío nacer de mi vientre y recorrer por mis piernas, las flexioné y Mayte aceleró el movimiento de sus dedos, paró de besarme para mirarme disfrutar, solté un fuerte gemido, mis piernas temblaban y sentí líquido fluir por las mismas, la mujer de mis sueños me había hecho venir.
Sacó sus dedos de mi interior, yo seguía con los ojos cerrados e intentando recuperarme del increíble orgasmo que la mujer que se había recostado sobre mí, me había regalado.

Cuando por fin abrí los ojos, la encontré a ella, estaban sus piernas y las mías entrelazadas, sonreía mientras acariciaba mi rostro.

- ¿Estás bien? -me preguntó a lo que no pude responder, las palabras no podían describir por lo que estaba pasando, así que solo asentí y sonreí-

- ¿No te gustó? -Se preocupó-

-Tomé sus labios en un beso lento y pausado- Me encantó, May, gracias por hacer de mi primera vez, algo inolvidable.

-Me besó de manera fugaz- ¡Amor! Me asustaste, creí que no te había gustado -Hizo un puchero-

-¿Estás jugando? Me tenías empapada desde que me pusiste un dedo encima.

-¿Ah, sí? -sonrió, se acostó a un lado mío posicionando su mejilla en mi pecho y cerró los ojos, la abracé- Ahora tendremos que cambiar las sábanas- Dijo en voz baja.

Después de cambiarlas, nos recostamos de nuevo de la misma manera en la que estábamos previamente, pero ahora con ropa interior puesta. Cubrí nuestros cuerpos con una cobija- Oye, May..

-Dime, mi amor..

-Me diste la mejor primera vez, muchas gracias.

-Se levantó un poco y sonrió sobre mi mejilla, dejó un beso y se recostó nuevamente- Gracias a ti por hacerme la personas más afortunada y tener el honor, me alegra saber que lo disfrutaste-

-May...

Mayte: Dime, mi amor...

-Te quiero.

Mayte: Yo también te quiero... descansa mi princesa.

Dormimos.

Al siguiente día.

Mañana lluviosa y nublada, mis favoritas, Mayte y yo despertamos una juntita de la otra, fué maravilloso lo que había pasado una noche antes, fue como tener fuegos artificiales por todo el lugar que había sido testigo de la entrega de dos cuerpos al placer, el amor, ternura, la inmedible pasión y el erotismo, todo en una misma noche.
Lo que pasaría después era lo que más me intrigaba, no quería pensar más en eso, así que decidí dejar fluir la situación.

Mayte: Buenos días, mi hermosa. ¿Cómo amaneciste?

-Con ganas de ti, ¿Y tú?

Mayte: Amor, apenas lo hicimos anoche -rió.

- ¡Está bien! Entonces, supongo que me voy a vestir- Me senté sobre sus piernas mientras ella seguía acostada-

Mayte: -sonrió y me acarició las piernas- No hagas que me guste y no me quiera ir de aquí, Valentina.

-¿Qué? Yo solo estoy buscando mi ropa, May. Solo que no la encuentro por aquí.

Mayte: Ajá, ¿Encima de mí? No creo que la encuentres...

Siempre TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora