Parte 14

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Haru escucho mucho ruido. Vio con tristeza su vasito azul vacío y suspirando se paró para ver que era los que pasaba con sus hermanos.

—¿A dónde vas tonto? –pregunto Sayuri viéndolo de reojo.

—A ver porque están gritando mis hermanos. Además le voy a quitar su juguito de uva a Satsuki dado que derramó el mío –Haru entro a la casa con su vaso vació, dispuesto a quitarle el jugo a su hermana menor.
Al estar cerca del pasillo de la entrada, escucho las risas de los tres más otra más ronca.
Pensando que se trataba del mejor amigo de Hotaru que venía de visita, él salió con una sonrisa que enseguida desapareció al cruzar el umbral de la puerta.

—Ho-Ho-... –intentó decir él cuando vio al hombre sentado con las piernas cruzadas con Satsuki entre ellas, Sarada tomándole la mano y hablándole con lágrimas en sus ojos mientras que Hideki no paraba de abrazarlo.

—Estas más alto Haru –dijo Hotaru —¿Cómo has estado? Escuche que han sido unos 5 meses muy duros –le sonrió —buen trabajo no dejando que estos dos incendiaran la casa.
Y nada fue lo que le tomó a Haru para llegar hasta el mayor y abrazarlo —también te extrañé palomita.

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Itori había estado como loca en el hospital donde estaba anteriormente internada y ahora, se suponía, estaba su novio. Había gritado a todo el personal cuando fue al baño y la cama de Hotaru la encontró vacía.

—¡Dime ahora mismo en donde se encuentra Uchiha Hotaru o juro ante todos los dioses que nos ven que incendio este hospital ahora mismo!

—¡Ya le dijimos señorita Yamanaka! –el doctor se soltó del agarre de la rubia —¡El joven Uchiha debe estar en su habitación! ¡Nadie ha dado órdenes de traslado ni mucho menos!

—¡¿ENTONCES DÓNDE ESTA?!

—¿Itori? –llamó desde la distancia Gin que junto con Renji, iban de visita a ver al Uchiha antes de irse a Suna.

—¡ENCUENTRENLO! –ignoró el llamado del albino, cosa que preocupó a Renji.

—¿Itori? ¿Ocurre algo malo?

—Es Taru –dijo ella cuando ambos se acercaron a ella. Con lágrimas en sus ojos, explicó —no esta...

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—¿Cuánto tardará Hinata? –preguntó Sasuke viendo a Sai.

—Mis mensajes son los más rápidos de todo el mundo. Seguro viene el camino, pero te recuerdo que ella está a dos días a pie de distancia.

—Por eso te pedimos que le enviaras una de tus Bestias para que llegara más rápido.

Un silencio sepulcral se hizo en la oficina —¿Cómo fue posible que mi hijo desapareciera? –le preguntó con un tono venenoso a Sakura, acercándose a ella peligrosamente.

—¡Hey, hey, hey! –lo detuvo Naruto luego de haber brincando su escritorio llegando en medio de su esposa y su mejor amigo —¡no es su culpa!

—¡¿Y DE QUIÉN LO ES?! –le gritó Sasuke —¿Qué clase de seguridad de mierda tienen en ese puto hospital? ¡¿Y cómo es que nisiquiera los putos ANBU vieron a nadie salir con su él?!

—¡Ya te lo dijimos, dios santo! –Sakura estaba igual o peor que Sasuke. Para una doctora como ella que haya perdido un paciente bajo su guardia era una vergüenza total y aún más sabiendo que este era el hijo de Sasuke y de su mejor amiga. Se sentía tan mal que podía morir —¡Nadie vio nada! ¡las cámaras de seguridad han sido revisadas dos veces! No hay nada, ¡absolutamente nada! –gritó ya dejando salir una lágrima.

Far from home; una historia de Luz de Luciérnaga.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora