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"No seas como una presa, sé lisa como una serpiente" 

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Viernes 10 de septiembre

Era otro aburrido día de clases para Sunghoon, pero afortunadamente, era el último de la semana.

Aunque el fin de semana no era significativamente mejor que el resto de la semana. Sólo se trataba de estar el menor tiempo posible en casa e inventarse excusas para poder salir a cualquier otro lado, incluso si no siempre se tomaba la molestia y simplemente se escapaba.

Park Sunghoon se asemejaba a un lobo solitario, con un solo amigo, tolerando a algunos cuantos, y repudiando al resto.

Ese único y mejor amigo se trataba de Park Jongseong, mejor conocido como Jay, quien cursaba su cuarto semestre en la carrera de gastronomía, siendo un año mayor que Sunghoon. Era la única persona en todo el mundo en quien confiaba plenamente desde los 7 años.

Luego de haber tenido las primeras clases, el receso llegó y se marchó a comer con Jay en la mesa más alejada del comedor exterior, como de costumbre.

Cuando el receso estaba a punto de llegar a su fin, se despidió de su amigo y se dirigió a al salón de clases.
Tomó asiento en su lugar y abrió su mochila para guardar el contenedor de comida ya vacío. Sin embargo, no contaba con que su mochila estaría llena de tomates podridos.

Tomates con moho, arrugados y con manchas marrones adornaban el interior de su mochila, haciéndolo sentir inevitablemente asqueado.

Su rostró se desfiguró, claramente se trataba de una broma sin gracia propiciada por alguno de sus imbéciles compañeros.

Los chicos que se encontraban en el salón -quienes claramente fueron los culpables- se echaron a reir a carcajadas al ver la reacción de su víctima.

—Malditos idiotas, ¿¡Creen que esa estúpida broma infantil es graciosa!? —Se levantó de su silla y se acercó hacia aquel grupo con pasos duros.

—Vamos, Sunghoon, pero si a ti te encantan los tomates, ¿por qué no intentas comerte uno? —soltó con un claro tono burlesco el que parecía ser el líder de esa manada de imbéciles.

Sunghoon se acercó peligrosa e intimidantemente al chico. Sus fosas nasales se hicieron amplias mostrando su desprecio y molestia, tenía tantas ganas de molerlo a golpes.

Pero un pequeño y malvado foquito se encendió dentro de la cabeza de Park.

—Está bien, los conservaré —Una sonrisa ladina y un poco macabra se formó en su rostro.

Y sin añadir más, se alejó de esos chicos y volvió a sentarse en su lugar, dejándolos perplejos, unos con el ceño fruncido y otros con la boca abierta.

—Qué podíamos esperar, está demente —Mencionó Taehyuk, la mente responsable de la supuesta broma.

Sunghoon se dedicó a guardar cada uno de los tomates podridos en una bolsa de plástico que llevaba en su mochila, los usaría más tarde.


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Las clases habían concluido, pero antes de irse a su casa, se dirigió a los sanitarios.

Él sabía que Taehyuk estaba ahí, sólo. Entonces cerró la puerta con seguro.

Insanity ♚ JakeHoonWhere stories live. Discover now