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Hoseok caminaba apresurado para encontrarse con su amigo Jimin, habían quedado en reunirse después del mediodía y justo ahora llegaba un poco atrasado. El abrigo que llevaba puesto le ayudaba a apaciguar el frío. La lluvia avisaba que pronto caería, por lo que debía apurar el paso.

Pensó que tuvo una alucinación, cuando percibió la fragancia que usaba Yoongi, pero al escuchar que era llamado en susurro, su piel se puso de gallina. Continuó caminando, queriendo imaginar que su cerebro estaba jugándole una broma, porque aún lo extrañaba.

La lluvia cayó más fuerte y Hoseok se vioempapado, terminando por correr al llegar a la acera, girando su rostro paraafirmar que todo era parte de su imaginación, pero lo encontró de espaldas,parado en medio del paso cebra y los carros pitando. Con el corazón de pollo que posee, regresó paratomarlo de la muñeca llevándolo lejos de los carros y cubriéndose de la lluvia enun pequeño techo de la parada de buses.

Yoongi estaba en un estado de shock que no paraba de mirar a Hoseok, el tiempo distanciado no le resultó tan fácil como pensaba. Las palabras que había ensayado se quedaron en la punta de su lengua, pero ninguna fue pronunciada. 

Ni siquiera había escuchado las bocinasinsistentes de los automóviles para llamar su atención. 

Sintió como fue tomado y llevado lejos de la carretera, alzó su rostro húmedo por la lluvia y observó a un Hoseok nervioso que actuaba apresuradamente. Por eso antes de que la oportunidad se le fuera de las manos, agarró de la muñeca de Hoseok para detenerlo y poder hablar.

—Necesito hablar contigo —rogó con esperanza —. Escúchame, por favor.

Con la voz rota y llena de miedo vocalizó lo más seguro que pudo. 

—No tengo nada que escucharte —respondió con nerviosismo y evitando mirar el rostro del pálido.

—Por fa-favor —insistió con desesperación. Las lágrimas que corrían por el rostro de Yoongi se mezclaban con la lluvia.

Más de un minuto esperó el rubio, temiendo ser ignorado y dejado ahí solo.

Hoseok vio una chispa de sinceridad en esa mirada, por lo que terminó cediendo ante los encantos del rubio.

—Vamos al hotel —propuso Yoongi, notando que su propuesta pudo ser tomada con otro sentido —. Para conversar, me estoy hospedando en el mismo hotel que tú —aclaró.

Las alarmas de Hoseok se prendieron, aquello no era solo una coincidencia. Una cosa es que lo encuentre y otra muy distinta es que, de tantos hoteles, se hospedara en el mismo que él.

—Vamos —dijo Yoongi desesperado por hablar con el menor.

Hoseok observó como el pequeño aguacero empezó a menguar y recordó que tenía un compromiso.

—Ahora no puedo —contestó—. Tengo algunos asuntos que atender en este momento, es más, ya estoy llegando tarde.

Con una no tan sutil sacudida de brazo logró desaparecer el agarre ajeno en su muñeca. Esto alertó al mayor, que desesperado habló. 

—Te acompaño, prometo no interrumpir tus labores o asuntos —rogó —. Solo quiero hablar.

Hoseok no quería hablar aún con el rubio, no estaba del todo preparado. Una excusa válida y creíble debía de maquinar en ese preciso momento.

—Hoseok, al fin te encuentro —habló Jimin llegando de sorpresa —. Llevo esperando por casi una hora y sabía que te habías retrasado por la lluvia.

Su salvación. 

Miró al joven rubio empapado a lado de Hoseok y luego a su amigo. No lo conoce, pero jura que ese rostro lo había visto en otro lado. 

Begin Again • [YoonSeok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora