Polvo Gran Reserva

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#anal #cachos #infidelidad #pandemia

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En el ámbito de los vinos, sobre todo el tinto se habla de algunas clasificaciones según su tiempo de maduración o envejecimiento: joven menos de 24 meses, crianza al menos 24 meses, reserva al menos 36 meses y gran reserva al menos 60 meses.

Esta historia trata sobre un polvo con un tiempo de maduración de 12 años, un poco más del doble de un vino Gran Reserva. Así que sírvanse una copa de su mejor vino y disfruten de este relato.

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Mi nombre es Daniel, ya paso de los 40 años y en el cabello ya se me dibujan algunas canas sobre todo a los lados, encima de las orejas. No sé porque, pero he notado que a algunas mujeres eso les parece muy sexy. La verdad soy bastante tímido y aún no me acostumbro a que me hagan comentarios entre risas, tratando de ocultar su coqueteo. El típico:

- Los hombres son como los vinos, entre más añejos más deliciosos.

Igual siempre trato de evitar meterme en problemas porque estoy casado hace más de 10 años con una maravillosa mujer que desde que la conocí me enamoró y me hizo reevaluar muchas cosas de mi vida, pero esta historia no se trata sobre ella.

Se trata sobre la pandemia, de los estragos que puede causar trabajar desde casa, completamente aislado y solo tener contacto físico con la misma persona las 24 horas del día, 7 días a la semana y por más de 12 meses. Si algo quiero dejar claro, es que ni una pandemia de 100 años me haría sentir cansado de mi esposa, pero si hay que aceptar que en ese estado es más fácil que las cosas se pongan difíciles y cada vez tengamos más discusiones.

El problema fue cuando en medio de esas discusiones recibí un correo de Kate y tan solo verlo en la bandeja de entrada hizo que mi ritmo cardíaco se fuera a las nubes. En mi juventud cometí muchas locuras y una gran mayoría fueron con ella, una de las ex-novias que siempre recuerdo con mucho cariño pero que también trato de mantener alejada porque sé que es una tentación demasiado irresistible.

Durante tantos años de matrimonio, mi esposa y yo hemos llegado a tener la confianza para permitir de vez en cuando ciertas libertades o escapes, por así decirlo, que siempre acordamos con antelación, pero sé que Kate es un NO rotundo para ella.

No quería engañarla y no me voy a excusar en la culpa de nadie más. El error lo cometí yo, pero sinceramente necesitaba una salida, un respiro, algo diferente. Me prometí que solo iba ser un escape a la rutina, que solo iba ser algo virtual y que de ahí no iba a pasar.

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Kate y yo nunca le dimos una palabra formal a nuestra relación, pero era más que obvio y todos nuestros amigos sabían que estábamos juntos. Éramos novios sin título.

Contarles cada detalle, sería imposible, pero un resumen muy escueto es que si algo nos unía era el sexo. Lo hicimos en todo tipo de lugares, en público, en privado, en sano juicio, completamente borrachos y nuestro favorito trabados hasta las nubes. Nos besamos, chupamos, lamimos y tocamos literalmente cada centímetro del cuerpo, cada orificio, inclusive los más cuestionables a la hombría.

No nos juzgamos, teníamos confianza para hablar de lo que fuera, lo que nos gustaba y de lo que nos gustaría probar. Así fue como de conversación en conversación empezamos a romper límites, barreras, tabúes y prejuicios. Una noche me confesó que le llamaban la atención las mujeres. Ahí comenzó una etapa diferente de nuestra relación porque lo mejor de todo era salir juntos a ver nenas y soñar con que algún día compartiríamos una.

También fuimos autodestructivos porque como supuestamente no éramos nada muchas veces sin querer y otras queriendo buscábamos llamar la atención del otro provocando celos. Ninguno le podía hacer reclamos, pero igual nos hacíamos daño.

Entre Fantasía & Realidad (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora