¿Quién es ella?

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#furtivo #trio #mhm #urofilia

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Por allá cuando apenas estaba saliendo con mi novio, estábamos en el café de una amiga que siempre cerraba y terminaban tremendas farras puertas para adentro.

Recuerdo una noche en especial en la que no habíamos bebido mucho, pero a él le habían pegado bastante fuerte.

Había tenido un día de mierda en el trabajo y ni siquiera le había dado tiempo de almorzar. Yo solo escuchaba dejando que se desahogara. Lo vi tan deprimido que empecé a pensar formas de animarlo «tal vez una buena mamada furtiva en el baño» pensé para mis adentros.

Si definitivamente eso era lo que necesitaba, algo que lo llenara de adrenalina para sacudirle todas esas malas vibras.

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Le empecé a dar besitos de esos calentadorcitos coquetos y al fin le saqué una buena risa, le coloqué la mano apretando su muslo.

- ¿Me acompañas al baño? --arqueando una ceja--

- ¿Al baño? --dijo extrañado-- ahhh ahhh al baño --se rio cuando al fin entendió--

Me levanté, lo tomé de la mano y me lo llevé a toda prisa, pero las ilusiones de inmediatez se nos cayeron cuando vimos que estaba ocupado y había varias personas esperando.

Para que no se nos fuera a calmar el impulso, aproveché una esquinita poco iluminada, me le colgué con los brazos en el cuello, lo empecé a besar refregándome su muslo contra mi sexo.

Un ruido de un sorbete cuando se queda sin liquido me distrajo un poco. Volteé a mirar y una de las mujeres que estaba haciendo la fila se nos había quedado mirando fijamente, tanto que ni se dio cuenta que se le había acabado la Coca~Cola que se estaba tomando.

Estaba tan concentrada en nosotros que cuando voltee a verla, no alcanzó a disimular para ver a otro lado, estaba enfocada viendo como mi novio me agarraba las nalgas.

- Ay, que pena, yo no...

- Fresca

La nena era un postrecito casi angelical fuera de lugar, con un vestidito casi hasta las rodillas color negro, estampado de flores, una cinta blanca en la cintura y otra igual en su cabello recogido con una trenza.

Estaba casi bailando en su sitio, apretando las piernas, me supongo que por eso estaba haciendo fila para el baño, o tal vez porque se calentó demasiado al vernos.

Paso la dueña del café, nos vio esperando, se regresó caminando de espaldas haciendo una mueca de desacuerdo y se nos acercó a hablar casi en secreto.

- Oíste, par de güevas ¿ustedes están esperando el baño? --dijo algo enojada-- creo que ya saben que no me tiene que pedir permiso para ir al de arriba ¿cierto?

Giró la cabeza, tirando el cabello en la cara en tono de broma y nos soltamos a reír. Siguió su camino a la cocina con una bandeja en las manos llena de paltos para lavar.

El segundo piso del café, es la casa donde vive, un lugar que obviamente no está disponible para el público.

Tomé a mi novio de la mano y de paso a ella también, que se me quedó mirando extrañada sin entender. Me le acerqué al oído y le dije sin que los otros de la fila se enteraran.

- Nos prestaron el baño de arriba, ¿vienes o quieres seguir esperando?

Con una cara de alivio tremenda, dejo su sitio en la fila, pasamos por el mostrador dónde dejo el envase, una de las meseras levantó el broche para que pudieramos pasar. Mientras subíamos por las escalas, ni se porque, pero no pude resistirme en decirle.

Entre Fantasía & Realidad (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora