¡El día más feliz!

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#lesbico #cachos #secreto #pillada #hetero

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Después de 8 años de noviazgo, pensé que mi novio me iba a dejar con la ilusión eterna de casarnos. Vaya sorpresa, me llevé cuando el día de mis grados en plena celebración me dio el mejor regalo de mi vida: hizo la propuesta lo más romantitonto y especial, delante de todos y los planes para un viaje por Europa para la luna de miel.

No lo podía creer, me rodaban las lágrimas por la cara y obviamente acepté. Esa noche bailamos hasta que se nos entumieron los pies, bebimos casi hasta perder la conciencia y terminamos tan borrachos que al otro día despertamos el uno al lado del otro con toda la ropa puesta.

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Samantha, mi mejor amiga desde el colegio, estaba igual o más emocionada que yo por mi matrimonio. Ella sabía cuanta ilusión tenía por formar una familia. Obviamente, fue en la primera y única persona en la que pensé como madrina de bodas y dama de honor para que estuviera a mi lado durante la ceremonia.

Sin embargo, también era un poco difícil tenerla ahí tan cerca en ese mar de emociones, sabiendo que antes de Federico nosotras habíamos pasado, por decirlo así, por una faceta lésbica.

Si nos llegamos a entender muy bien en el tema sexual, nunca nadie en la vida ha sido capaz de sacarme tantos orgasmos seguidos como ella, pero el problema es que habíamos dejado a un lado la amistad y los celos terminaron por matar todo. Tanto así que terminamos peleadas y sin hablar por varios años y ahí es cuando conocí a Fede.

Un tiempo después nos encontramos en un bar y con solo mirarnos y vernos la cara, no pudimos contener las ganas de darnos un abrazo y sin mediar palabras reconciliarnos. Ella trató de disimular muy bien cuando le presenté a "mi novio" y en ese momento no dijo nada, pero luego en el baño hasta se le salían las lágrimas al saber que la había reemplazado.

La calmé un poco, le sequé las lágrimas con mis dedos con cuidado de que no se le fuera a correr el maquillaje y ella confundiendo todo me dio un beso. No lo evité, lo permití como si se tratara de una despedida, ella lo sabía. Me sonrió y tomo de ambas manos.

- Lo que sea, pero no dejemos de ser amigas

- Así será, mi princesa hermosa

Salimos del baño renovadas y sonriendo, bebimos muchísimo y la pasamos delicioso rumbeando con el resto de nuestros amigos, que estaban felices por no tener que dividirse más para no ir a incomodar a alguna de las dos.

De ahí en adelante, por los siguientes 5 años más nunca volvimos a tocar el tema, era como si lo hubiéramos borrado de nuestras mentes, hasta...

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El día de mi matrimonio, la única persona que admití entrar al cuarto al lado de la casa cural para hacerme compañía, fue a ella. Estaba hecha un manojo de nervios, no paraba de sudar y las manos me temblaban.

Mi mamá, mi suegra y mi hermana que me estaban ayudando a terminar de arreglar, terminaron saliendo casi enojadas por mi temperamento y lo mal que las había tratado. Samantha, que me conocía bien, se encargó de sacarlas y decirles que era mejor que la dejáramos sola para que me calmara un poco, odio sentirme atrapada entre varias personas.

- Cata que cosita pues con vos, tampoco es para que las trates así

- Ay Sam, hoy no estoy para cargarle agua a nadie

- Parce, pero es que no entiendo por qué estás así, si se supone que es el día más feliz de tu vida

- ¿Más feliz? --hummm-- ¿será?

Empecé a caminar de un lado para otro, desesperada, jugando con los dedos inquieta y sin darme cuenta hasta estaba arruinando la manicura. Se paró, frente a mí y me tomo de los brazos.

Entre Fantasía & Realidad (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora