Un cliente peculiar

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#millonario #fetiche #pegging

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A mí todavía me parece gracioso que traten de ponerle otros nombres para adornar lo que hacemos: prepago, acompañante, escort. Desde que empecé a hacerlo sé muy claramente lo que soy: una puta. Eso sí una puta exclusiva, de las que se dan el lujo de cobrar caro y elegir sus clientes.

Me he construido una muy buena "reputación" entre las personas de alta alcurnia por mi discreción y porque se pueden encontrar conmigo en cualquier lugar sin que los delate con una pinta bien loba que grita con luces de neón: ES UNA PUTA. Al contrario, soy educada, tengo encima una carrera de administración de empresas, sé hablar 3 idiomas: español, inglés y alemán. Además, me visto bien, elegante. Inclusive tengo clientes con los que me he reunido estando con sus esposas en el club para cerrar el trato y se quedan con la idea de que soy una ejecutiva y empresaria. Algo no muy alejado de la realidad.

No sigo el estereotipo repetido de moda, me gusta llevar la contraria, no verme igual a todas y eso les encanta a mis clientes, que ni de cerca me vean parecido a sus esposas ni mucho menos a sus mozas. Soy trigueña, de esas que con 5 minutos al sol adquiere un hermoso color canela. Mido 1.78 y el señor me ha regalado un cuerpazo con cintura pequeña, caderas amplias, un culazo grande y unas piernas gruesas para poderlo sostener. No soy muy voluptuosa y no aspiro a hacerme cirugía para tener las mismas tetas de todas, a mí me gustan las que tengo, un tamaño perfecto para lucir un buen escote, que cuando me desnude no se vean colgadas y se deleiten con mis deliciosos pezones color chocolate.

Dicen que todo eso es un extra, porque lo que más les encanta a mis clientes es mi rostro. Si, debo aceptarlo, tengo una cara hermosa con ojos grandes y negros, cejas gruesas, nariz perfilada, boca grande, sonrisa amplia y un lunar coqueto justo en el medio del mentón. Me gusta llevar el cabello corto, peinado de lado y patillas en punta porque me hace ver más alta y que mi cuello se vea estilizado. Una "sexy muñeca con poder" es como me han llamado.

Nunca me encuentro con desconocidos, si alguna vez llegas a mi es porque alguien con quien ya he estado varias veces te ha recomendado. La gran suma que pido, siempre la solicitó por adelantado con una semana de anticipación porque me gusta invertir parte de ese dinero en mis clientes. No me interesa solo satisfacerlos sexualmente, les preparo y entregó una experiencia completa.

Las sumas son elevadas, precisamente lo hago para garantizar la exclusividad, si no son capaces de cumplirlas es porque no tienen el dinero suficiente para contratar mis servicios. Además, porque a veces te pueden pasar cosas que no te imaginas... como la que estoy a punto de contarles con un cliente bastante peculiar.

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Una tarde de Agosto estaba de vacaciones en Miami, acostada en la playa privada del hotel, aprovechando el sol para broncearme boca abajo y quitarme la parte de arriba para que no quedaran marcas. Recibí un mensaje en mi "número privado".

Mr. Smith un cliente de Estados Unidos se enteró que estaba de visita y me envió como recomendado a un empresario alemán que iba a estar en New York con el que estaba haciendo negocios. Estaba dispuesto a enviarme su jet privado, pagar todos los gastos de mis traslados, ropa, accesorios que necesitará y hasta hoteles con tal de consentir a Boris.

Me envió su foto del susodicho y me sorprendió lo guapo que era, dejé caer los lentes oscuros a la punta de la nariz y amplié la imagen para verlo con más detalle. Un hombre en sus cuarentas o empezando los cincuenta, con espalda amplia, recta y maciza, mandíbula cuadrada con una fina barba rojiza, ojos claros y el cabello pintando algunas canas. Un delicioso y malencarado teutón.

Debo confesarles que esos hombres maduros, fornidos, bien vestidos, que huelen rico, con ese aire de ser dueños del mundo y tener dinero hasta botar el dinero al cielo me hacen mojar y sé que la tanga de mi bikini ya debe haber delatado. Lo gracioso, es que a veces pienso que con ellos hasta lo haría gratis, pero negocios son negocios, además no tiene nada de malo en esta profesión combinar el deber con el placer.

La respuesta, más que obvia: nos vemos en 2 horas en el aeropuerto.

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El mismo Mr. Smith me fue a recoger y aprovechamos el vuelo de regreso para divertirnos un poco. Si algo le encanta es mi boca y a mí me encanta complacer su fetiche al momento de aterrizar: tenerme de rodillas mientras me meto su miembro en la boca, lo miro coquetamente con las pepas negras que tengo por ojos y recibo su semen justo cuando las ruedas tocan la pista.

Al llegar al hangar, sacó una tarjeta de crédito de su bolsillo entre sus dedos índice corazón.

- Compra todo lo que necesites. Mañana te paso a recoger

Entre Fantasía & Realidad (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora