Inter...cambio

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#lesbico #primeravez #stripper

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Conozco a Helena desde que empecé a cursar la primaria, hemos sido amigas desde el primer día de estudio y desde ese momento nunca más hemos estado lejos la una de la otra.

Inclusive cuando estábamos por terminar la secundaría decidimos estudiar la misma carrera en la misma universidad para seguir juntas y porque no solo somos buenas amigas, también hacemos buen equipo para estudiar o trabajar.

Nos entendemos a la perfección y nos conocemos tanto que muchas veces no nos tenemos ni que hablar para saber lo que la otra piensa, me da risa porque nuestros novios muchas veces nos dicen que parecemos telepatas.

Eramos tan ridículamente unidas que en todas partes nos conocían como las siamesas, no había forma de separarnos, ni con cirugía.

Nos sabemos la vida de pe a pa de la otra, los desamores y secretos más íntimos, TODOS completamente todos hasta los que hacemos y como lo hacemos con nuestros novios.

Si algo es sagrado para nosotras, es una llamada de auxilio, dejamos todo tirado sin importar nada por correr a apoyarnos.

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En los últimos semestres de la carrera se nos abrió la oportunidad de presentarnos a una pasantía de intercambio en Canadá y nos empeliculamos con el hecho de tener que aprender francés, la lengua más romántica y erotica del planeta para podernos presentar.

Hicimos todos los papeles, vueltas de visado y no podíamos de la emoción. Hasta que nos dieron la noticia de que solo habían aceptado a Helena porque el presupuesto del programa lo habían tenido que recortar y ella me había ganado por solo unos puntos en el examen de ingreso.

El mundo se nos fue abajo, por primera vez en la vida después de 16 años de amistad íbamos a estar separadas y lo peor a kilómetros de distancia. Helena inclusive iba a rechazar la propuesta y me toco convencerla de que una oportunidad como esa no se da dos veces, igual con la ayuda de Internet íbamos a poder hablar todos los días.

Nos despedimos casi un mes, hicimos planes para que vernos todos los días, excepto la noche antes de su viaje que la tenía reservada para despedirse de su novio. Mi tusa por la separación era como si me arrancaran el alma. Aunque mi novio hizo planes para no sentirme aburrida le dije que mejor nos quedábamos en su casa bebiendo y "viendo" alguna película.

Ya estábamos bastante tomados y obviamente teniendo sexo, él estaba acostado en la cama y yo encima sin camisa cabalgando sobre su miembro sin quitarme la falda. La pantalla de mi teléfono se iluminó y empecé a escuchar el timbre que tengo diferente para ella. Me estiré para alcanzar el teléfono y mi novio me preguntó.

- ¿Vas a contestar en este momento?
- Lo siento es Hele

Para que no apagar del todo el momento, le contesté y seguí moviendo mi cuerpo sobre él y le pedí que hiciera silencio.

- ¡Manu! --me grita llorando--
- ¿Que pasó Hele? ¿qué pasó?
- El estúpido de Raúl me terminó por teléfono, me dejó tirada con todo lo que había preparado para él y ni siquiera quiso venir a despedirse

Lloraba la pobre como una Magdalena y no tenía que decir más para saber que me necesitaba.

- Ya voy para allá amiga
- ¿Vas para ¡QUE!? --dijo mi novio molesto--

Le callé la boca, le hice muecas de enojo por interrumpir y apreté mis piernas girando para un lado para que no pudiera seguir moviéndose.

- Manu, no te quería molestar, yo sé que estas...
- Ya voy para allá, bye --le lancé un beso y colgué--

Me separé de mi novio levantándome de la cama y me comencé a vestir de prisa mientras pedía un Uber.

- Manuela ¿en serio? ¿me vas a dejar así?
- Amor lo siento, es una emergencia
- Siempre es igual con Helena

Lo miré con fuego en los ojos, él torció la cara al darse cuenta que la había cagado al tratar de ponerse por encima de ella. Levantó las manos en señal de disculpa.

- ¿Al menos podemos terminar lo que empezamos? --me miró señalando su miembro--
- Que te sirvan esas manos para algo

Le grité mientras salía de la habitación azotando la puerta. Me quedé afuera de su casa esperando a que llegara el Uber que afortunadamente no estaba tan lejos.

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Ella abrió la puerta, estaba bañada en lágrimas completamente destrozada. Yo me lancé a darle un abrazo para que apoyara su cabeza en mi hombro y consentirla con mis dedos entre su cabello.

- Ya mi bebe, ya estoy acá

Cerré la puerta con el pie y la llevé abrazada hasta el sofá. La pobre estaba completamente destruida, ahora no solo tenía que lidiar con nuestra separación sino con el rompimiento de un hombre desalmado.

Me contó todo como había sucedido, me daban ganas de ir hasta donde estaba y darle una buena golpiza por imbécil.

- ¿Cómo se atreve ese idiota? mi pobre niña
- Compre vino, una tabla de quesos, velas y hasta esto --se abrió el vestido para mostrarme la sexy ropa interior--
- Que rabia, maldito infeliz.... pero ya estoy acá y no quiero que estés triste porque mañana comienza una nueva aventura
- Si, una en la que tu no estas --más lloraba--
- Ya hablamos de eso Hele, solo va ser un año
- Un año es como toda una vida

Ella vivía en una pequeño aparta-estudio sin divisiones por lo que sala, cocina y cama se encontraban en el mismo lugar. Traté de cambiarle el tema para sacarla de ese estado.

- ¿Ya terminaste de empacar? --le pregunté al ver que aún tenía maletas abiertas--
- No lo deje para mañana temprano para poder despedirme de Raúl
- No vuelvas a mencionar a ese infeliz, nunca más, no se merece ni eso

Estuvimos terminando de empacar todo lo que aún estaban pendientes. Organizamos maletas, las cajas y cosas que le iba a guardar en mi casa mientras tanto.

- ¿Y ahora que hago con todo esto?
- Pues, para que estamos las amigas

Prendimos las velas, colocamos musiquita a volumen moderado. Una lista compartida en Spotify que llevábamos años construyendo juntas. Empezamos a beber y recordar historias de toda nuestra vida. Al fin logré cambiarle la cara, ahora reía a carcajadas y estaba feliz, justo como me gusta verla.

El vino que ni siquiera nos preocupamos por servir en copas, sino que tomábamos directo de la botella como buenas despechadas ya nos tenía bastante mareadas y nos ayudó a relajar.

Inclusive repasamos la historia con nuestros mejores ex y vaya cara que hizo cuando le recordé a Jorge, su segundo hombre con el que a diferencia del primero si pudo explorar plenamente su sexualidad y a día de hoy aún la hace dar escalofríos, lastimosamente también cayó en la lista negra cuando lo descubrí montándole los cachos.

- Ay Manú, mira cómo me pongo --levantaba su mano con los pelitos erizados--
- Ese si no habría desperdiciado ese regalo

Le dije entre risas levantándole la falda y descubriendo que no solo tenía ropa interior de encaje sino también unos ligueros.

- Pero que zorra

Ella se bajó la falda y se tiró hacía atrás en el mueble riendo a carcajadas.

- Era la despedida, tenía que hacer algo para que no me olvidara
- Y el muy imbécil se lo perdió
- Si, hasta iba a bailar para él y que me tomara fotos
- ¿Fotos? eso no es muy...
- Peligroso, sí, pero así soy de estúpida

Sus ojos se encharcaron, le pasé los dedos bajo los parpados y sequé sus lágrimas.

- No, ese idiota no se merece ni siquiera que llores por él

Vi un sombrero que habíamos comprado en uno de los viajes colgado en el perchero y se me ocurrió algo para subirle el ánimo.

- Espérame acá --con risa misteriosa--

Me levanté a coger el sombrero, saqué una corbata que usamos para disfrazarnos en Halloween de "MIB" y me metí al baño cerrando la puerta.

- ¿Qué haces Manuela? estas loca --golpeaba la puerta-- ábreme

Sin que ella dejara de tratar de abrir golpeando la puerta y girando el pomo, me pinté una barba a toda prisa con el lápiz para las cejas, me coloqué la corbata y el sombrero. Abrí la puerta y ella se partió de risa.

- ¿Que ese esto?
- Hola Helena, tiempo sin vernos --con vos de hombre, estirando mi mano--
- ¿Manu? --torció su cara sin entender de que se trataba--
- No te acuerdas de mi --le hice muecas para que me siguiera el juego--
- Emmm noo
- Tu amiga Manuela me dijo que mañana te vas de viaje y que me querías ver
- Raú... --dijo dudosa--
- No sopendeja --le contesté con mi vos de mujer--, obvio que no
- ¿Jorge?
- Si, el mismísimo Jorge
- Como estas de cambiado --levantó su cara riéndose a carcajadas-- te luce esa barba --dándome una caricia--
- Vos cada vez más hermosa --levanté su mano y la hice dar una vuelta--
- Gracias --brillaba su sonrisa blanca y perfecta--
- ¿Puedo pasar?
- Si, si claro pasa pasa

Nos sentamos en el sofá y simulamos ponernos al corriente, hasta que le saqué el tema de lo que llevaba puesto y se sonrojo un poco.

- Era una sorpresa de despedida para mi novio, pero me dejo plantada
- ¿Cómo puede ser uno tan IMBÉCIL de dejar a una mujer como vos esperando?
- No sé, tal vez tenía algo más importante que hacer
- Más importante que ver como se desnudan para ti con esa ropa interior tan sexy --pasé mis manos debajo de las tiras de su sostén-- no lo creo
- Manu --abrió los ojos un poco apenada-- estas loca
- Que no soy Manu --respondí con mi voz de mujer--, soy Jorge y pienso igual que él, sería un desperdicio que hayas comprado todo esto para nada

Eso no tenía por qué ser un misterio para nosotras. Nos hemos vista desnudas infinidades de veces y de viaje, inclusive si nos cogía el día para llegar al aeropuerto hasta nos duchábamos juntas para no perder el vuelo.

- ¿En serió? ¿quieres que te baile a vos?
- A mí no --refunfuñando-- a Jorge --respondí con voz varonil--

Tomé mi teléfono del mueble, deslicé la list de canciones hasta encontrar la que quería: Skin de Rihanna.

- En serio, lo dices en serio --se rio a carcajadas--
- En serio, no voy a permitir que te arregles tan mamacita y nadie lo disfrute
- Esta bien, pero no te rías
- Te lo prometo

Se levantó del sofa y apagó unas cuantas velas para bajar la intensidad de la luz. Se hizo en el medio y empezó a moverse despacito al ritmo de la música.

- Ay no me da pena --se soltó a reír--
- Boba, dale pues que vas bien

Le pasé la botella le dio un trago enorme y me la devolvió. Se hizo de espaldas para evitar mi mirada y así poder sentirse más tranquila. Estaba divina y se movía super delicioso, sus manos iban por sus piernas, levantaban esquivamente la falda y por segundo dejaba ver su ropa interior y su trasero.

- ¡Wow --gritaba-- hermosa!
- No digas nada que me da vergüenza
- Imposible
- Boba en serio

Tomé un trago de la botella y dejé caer mi mano al lado del sofa sosteniendo la botella en el aire.

Se pasó una mano por encima del hombro y otra subió por su espalda, bajándose el cierre del vestido. Paso sus manos por los hombros hasta descubrirlos y se dio la vuelta y al ver que abrí la boca para hacerle un cumplido se apuró a callarme colocando su dedo índice en la boca.

- No puedes decir nada, solo mirar

Asentí con la cabeza, me senté derecha y bajé un poco el sombrero para ocultar mi rostro, así podía sentirse más confiada e imaginar que de verdad era Jorge el que estaba ahi sentado.

Lentamente dejó caer su vestido hasta la cintura, se veía espectacular con ese brasier de encajé y una leve transparencia que permitía ver sus pezones.

Estaba nerviosa, lo sabía, esa forma en que se remoja los labios con la lengua y luego los aprieta dentro de su boca me la conozco desde el colegio. Le quería gritar de todo para hacerla sentir mejor, pero me tocaba guardar silencio y dejarla concentrar.

Se relajó un poco más y empezó a reírse, ahora se divertía. Me colocó cada pie entre las piernas para que le ayudara a desabrochar las hebillas de los tacones y metida en mi papel acaricié sus muslos antes de quitarlos, era algo que Jorge siempre le hacía y la volvía loca. Inclusive sentí como su respiración se alcanzó a agitar en ese momento y después de darle otro trago a la botella se retiró con rapidez.

Volvió a quedar de espaldas, se terminó de bajar el cierre con sus manos hasta más abajo de las caderas y se quitó la falda, bailo un rato acariciándose, cerrando los ojos dio la vuelta, se tocó los senos, el cuello y paso sus dedos por debajo de los ligueros.

Entre Fantasía & Realidad (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora