Exámenes Laborales

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#trio #mhm #lesbico

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Cambiar de trabajo. A las nuevas generaciones les parece lo más normal cambiar la empresa que trabajan cada año, yo por el contrario que ya soy de la vieja escuela trato de evitarlo y uno de los motivos principales son los exámenes médicos laborales. Detesto perder un día completo en algo que programando citas saldría en menos de una hora.

Sin embargo, se me había presentado una oferta con una empresa donde siempre quise trabajar y no la podía desperdiciar. Lo gracioso de todo fue que ese día mientras esperaba para ser llamado a cada examen conocí a Luisa, una joven a la cual puedo adivinar que duplicaba su edad.

Nos iban llamando por turnos a cada uno de los diferentes exámenes e íbamos casi a la par, si no la llamaban a ella me llamaban a mí, pero en la puerta de los consultorios siempre nos encontrábamos.

Ya nos habíamos lanzado varias miradas, de esas que uno trata de esquivar cuando lo pillan. A su lado había una silla disponible y cuando decidí sentarme a su lado ella disimulo estar metida en su libro, pero se le dibujó una pequeña sonrisa. Éramos los únicos que en vez de estar pegados del celular habíamos llevado un libro para pasar el tiempo y esa fue mi excusa para empezar a hablarle.

Ella era nueva en la ciudad, venía de Manizales y se había venido para Medellín a trabajar con una empresa tecnológica con el área de experiencia de usuario, algo que nunca se imaginó porque había estudiado psicología.

De ahí en adelante procuramos guardar el puesto para continuar nuestra agradable conversación que solo era interrumpida cuando nos llamaban para continuar con algún otro examen.

Su camiseta estampada con la pintura de "El nacimiento de Venus" de "Sandro Botticelli" fue otro tema más que ayudó a darme cuenta de que aquella jovencita aparte de ser amable era bastante educada y asumir que venía de una buena familia. Hablamos de obras de arte famosas y en abundancia de literatura, tuvimos tema para las 7 horas y media que duramos en el maldito lugar.

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Al finalizar el último examen nos llamaron al tiempo para entregarnos los resultados impresos y al salir, un tanto incómodos y nerviosos nos despedimos con un buen apretón de manos. Cada uno dio media vuelta y continuó su camino.

No sé porque lo hice, no soy del tipo de hombre lanzados que aprovechan cualquier oportunidad, pero no lo pude evitar. Me quedé quieto tratando de tomar fuerzas para no sentirme avergonzado por lo que iba a hacer, tomé aire y lo dije sin pensarlo.

- Luisa!

Ella volteó y caminó hacia mí con sus cejas levantadas esperando que le iba a decir.

- Ya que sos nueva en la ciudad ¿te puedo invitar a tomar algo para celebrar nuestros nuevos trabajos?
- Claro, yo ya iba para el apartamento de una tía a encerrarme

Descansé con esa respuesta y mientras caminábamos a un centro comercial que estaba cerca, le fui dando trucos de como orientarse en la ciudad o al menos en el sector que más se iba a mover.

Por su edad trate de llevarla a un lugar juvenil, con la música de moda nos tomamos una cerveza y no parecía ser la misma persona con la que había pasado horas hablando.

- ¿Luisa qué pasó? ¿estás aburrida?
- No es que --dudo un momento-- me daba pena decirte
- ¿Qué cosa fresca? --me esperaba lo peor--
- Es que no es mi estilo de música y está tan duro el volumen que ni podemos hablar

De nuevo me volvió el alma al cuerpo y me cogió un ataque de risa. Saqué unos billetes para pagarle a la mesera y dejarle una buena propina. Le hice señas para salir de ahí.

Entre Fantasía & Realidad (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora