Capítulo 03

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Oscuridad era lo único que veía el hombre de cabellera castaña. Sus manos estaban sujetadas detrás de su espalda y sus piernas amarradas a cada estremo de las silla. Las muñecas las sentía entumecidas desde el día de ayer y todo lo que podía hacer era esperar la muerte. Estaba seguro que ese sería su fin despues de todo. Suplicar y rogar por su vida no haría gran diferencia en lo absoluto. Sin embargo, le resultaba sospechoso que aún no le hayan obligado a hablar sabiendo la clase de matones que tenía su ex jefe. Aunque claro, si debía de morir al menos lo haría satisfecho después de todo, las atenciones de ayer fueron realmente excitante. Sus ojos permanecieron todo el tiempo vendados, no obstante, tenía más que claro que era torturardo tan deliciosamente por una mujer. Y sólo había una que solía usar esos métodos tan extraños para doblegarlo.

Goy Arachaporn.

La única mujer que se encontraba dentro de la habitación, pero no estaba sola porque sus compañeros estaban detrás de ella esperando por la diversión. Goy mantenía los brazos cruzados sobre su pecho, su top dejaba ver su busto más aquel tatuaje sobre uno de ellos. Una mujer que unos atributos admirables, sexy y realmente hermosa.

─ ¿Cuantas veces lo has hecho? ─ le preguntó Gulf a su encantadora amiga.

─ Diez veces el día de ayer ─ respondió ella, echando su cabello hacia atrás, un acto que solia hacer constantemente.

¿Diez veces? Bueno, el tipo si que era resistente.

─ Vamos a ver que tan inflexible puede ser ahora─ Goy pasó la lengua por sobre sus labios para humedecerlos y en un segundo ya estaba de rodilla ante él.

─ ¿Que va hacer? ─ preguntó Mew, no entendía absolutamente nada de la escena.

Un hombre amarrado, con su miembro erecto y palpitante a la vista, más que una tortura, era un placer para cualquiera. Aquello no era una escena que se viera todos los días.

─ Ya lo veraz ─ habló Prem al tiempo que le sonreia ─ Surat es un maldito pervertido, por eso se lo doblará con sus propia fantasía.

Surat creia que no podría aguantar otra negación a su liberación, el día de ayer había sido torturado y cuando estaba a punto de llegar simplemete todo se detenia, dejándolo en un estado lamentable y desesperado. Si seguia así su pene terminaría muerto al terminar el día.

En el pasado, cuando solía trabajar para Jung, sus ojos siempre estuvieron puesto sobre aquella mujer hermosa y maravillosa, pero esperar que esa ella lo mirará, era como esperar la lluvia en plena sequía. Simplemente improbables. Al renunciar, no creyó que estaría aquí nuevamente. Al parecer era verdad lo que decían, que uno siempre vuelve al mismo lugar.

─ ¿Realmente va hacer lo que creo? ─ Mew abrió sus ojos de par en par cuando ella se inclinó sobre él, pasando su caliente lengua por toda su longitud.

Estaba como un pez fuera del agua. Se suponia que Jung les había ordenado a interrogar a un ex guardaespaldas que solia trabajar con ellos. Ceía que vería cuchillos y sangre por todos lados, estaba preparado para esa imagen mental y asquerosa. Pero nunca había creído que estaría presenciado una mamada en vivo.

─ Apenas si te he tocado y ya estas muy duro ─ ella sonrió ─ Estoy segura que esta vez me vas a decir el paradero de Kao ¿verdad?

─ No.. ─ a pesar de querer sonar seguro, la voz de Surat fue temblorosa ─ Si crees que con unas cuantas mamadas voy a decirte lo que quieres, estas muy equivocada.

─ Eso ya lo veremos ─ dijo ella muy segura de sus métodos. Acto seguido volvió a recorrer la longitud con su caliente lengua. El pequeño piercing rozó el glande y el cuerpo de Surat tembló ─ Vamos cariño, se que sabes donde se metió Kao. Será mejor que hables de una vez porque aquí mis compañeros te daran un balazo pronto. ¿No quieres eso, verdad?

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