Sólo Kirishima x Kaminari ⚠️ Contenido +17 Mundo alternativo
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En un pequeño pueblo, existía un hombre de muy buen corazón el cual era apreciado por cada uno de los pocos habitantes, sin importar edad o género. Este hombre tenía el nombre de Kirishima Eijiro, un fiel creyente y seguidor del buen camino. Sus correctas acciones lo hacían digno de admirar, y sus amables gestos no pasaban desapercibidas por nadie. Él era catalogado como un hombre perfecto.
Y esto no sólo llamaba la atención de los buenos seres humanos, sino que también de los seres sobrenaturales. En especial de un lindo demonio de nombre Kaminari Denki. Este ser se la había pasado observando a aquel humano, cayendo en sus encantos, y hoy por fin se decidiría a hablar con él.
El juguetón demonio espero a caer la noche para visitar al humano, sintiéndose nervioso por su primer encuentro. Pero el rubio no se echaría para atrás ahora que se había decidido a por fin interactuar con el humano de nombre Kirishima.
- Aquí voy... - decía para sí mismo el rubio para luego dirigirse a tocar la puerta de aquel chico. La casa de Kirishima se encontraba considerablemente lejos de cualquier otro establecimiento humano, lo cual le iba perfecto al demonio.
Unos golpeteos se oyeron en la puerta, así que el pelirrojo rápidamente dejó su libro y se acomodó sus ropas para ir a ver quien tocaba a su puerta en esas horas. Al abrir, lo único que aprecio fue la oscuridad de la noche, levemente iluminada por la luz de la luna y las estrellas. Justo cuando iba a preguntar si había alguien por ahí, un chico dejó se dejó ver.
- ¡Hola humano!- exclamó el sonriente Denki mientras asomaba su cabeza por encima de la puerta, asustando al pobre pelirrojo, el cual cayó al suelo de la impresión.
- ¿Qué? ¿Quién eres? Baja de ahí ¡es peligroso!- hablaba el humano de dientes puntiagudos, preocupado por aquel chico que al parecer se había subido a su techo.
- Oh perdona, no quería asustarte.- dijo el demonio para luego reír, algo nervioso. Entonces volvió a quedar fuera de la vista del mayor para luego ir bajando lentamente hasta quedar flotando cerca del suelo.
Entonces Kirishima pido apreciar a aquel ser, que al parecer no era humano. Este tenía unos pantalones negros, camisa roja a medio abotonar, cabello rubio con un distintivo rayo de color negro, además de unos pequeños cuernos que le sobresalían de su bonita cabellera; pero no sólo eso, también contaba con una delgada cola también de color negro, la cual pasaba moviéndose de un lado a otro jugueteando, y también unas pequeñas alas negras parecidas a las de un murciélago.
Kirishima había recorrido lentamente con la mirada al menor, apreciando todos aquellos peculiares detalles. Al volver a ver el rostro del rubio, este le sonrió ampliamente, mostrando también un ligero sonrojo en sus mejillas.
