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- ¡Mierda! ¡Aléjate! ¡Voy a matar a esa loca! - gritaba con furia una chica de cabellos color rubio cenizo, tez clara y ojos rojos cual rubí. Esta chica estaba siendo sujetada por cierto chico de cabellos bicolores mientras que un peliverde trataba de tranquilizar a su amigo... amiga.
- Cálmate, Kacchan. Fue un accidente... - decía Midoriya nervioso. Mientras que la culpable de este incidente se dedicaba a arreglar su máquina.
- No se preocupen, ya arregle la fuga. - decía la chica de pelo rosa y peculiares ojos. - Y el efecto tal vez dure una semana.- explicó para luego pasar a arreglar más de sus "bebés".
- ¡Maldita! - volvió a gruñir el cenizo, digo, la chica. Esta intentaba luchar más contra el bicolor, pero le fui inútil. Su anatomía había dado un gran cambio: su pelo era ligeramente más largo, su altura había disminuido unos centímetros, su piel se venía más suave, sus curvas se habían marcado más y si antes tenía un pecho grande ahora era mayor y más redondo.
- Calma, Bakugou. Dijo que volverás a la normalidad.- le decía tranquilamente el medio albino.
Ambos se habían hecho bastante cercanos al tener que estar realizando sus prácticas para conseguir su licencia. Shoto ahora veía a Katsuki como un gran amigo y compañero, disfrutando de cada momento que pasaba con el menor, incluso podía decir que le gustaba. Mientras que para Katsuki, el heterocromático le era menos molesto. Bakugou no lo admitiría, pero en más de una ocasión su corazón se había acelerado por aquel chico. Básicamente ambos se sentían atraídos por el otro pero no lo tenían así de claro.
- ¡Cállate tú, imbécil! - le gritó. Y entre los intentos de escaparse de los brazos del mayor, accidentalmente Todoroki terminó poniendo una mano en uno de los pechos de la chica. Katsuki dejó de luchar al sentir aquel ligero apretón, pasando su mirada al bicolor, el cual después de unos segundos se dio cuenta de su acción. Rápidamente Todoroki se sonrojo y quitó la mano de ahí, también alejándose del menor y evitando su intensa mirada. - ¡¿Acaso tú quieres que te explote la cara!? ¡Maldito mitad-mitad! - volvió a gritar con furia, ahora hacia el hererocromático. Y aunque nadie logró notarlo, Bakugou estaba sumamente sonrojado, digo, sonrojada.
Aquel contacto fue sumamente extraño para ambos, pero también había que mencionar lo mucho que sus corazones se agitaron, despertando cierto instinto en ellos.
En fin, Bakugou no iba a admitir nada, de hecho le enfureció más haber pensado que no le molestaba si Shoto era quien la tocaba... así que la chica de cabellos rubio ceniza continuó dándole pleito al medio albino, dejando a la pelirrosada con sus máquinas.
