Capítulo 18: Te Perdono

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Dedicado a:Dani_2_ella yeii 😗✨

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El taxi se detuvo frente a lo que parecía ser una boutique. Alberto y Bruno bajaron del auto, el mayor pagándole al conductor, y caminaron hacia aquel lugar.

Al pararse frente a la puerta de cristal de donde colgaba un pequeño cartel de "cerrado", Bruno tocó el timbre.

—¡Está cerrado! —exclamó una voz dentro del local.

Aprimi stupido! (ábreme estúpido) —contestó Bruno.

Unos segundos después la puerta se abrio haciendo sonar una campanita y de ahí salió un hombre de cabello castaño hasta los hombros, vestido de forma extravagante y con una gran sonrisa adornando su rostro.

—¡Pescadito!

Bruno rodó los ojos sonriendo de lado.

—Hola a ti también, Aurelio.

Aurelio no dejo terminar al hombre de hablar cuando ya lo tenía entre sus brazos abrazándola cálidamente.

Alberto miró con una ceja arqueada de hito en hito a los hombres frente a él.

No entendía lo que estaba pasando.

—¡Pero cuanto tiempo sin verte! —grito el extraño hombre sonriendo de oreja a oreja mientras tomaba la cara de Bruno entre sus manos— ¡Estas igualito! Bueno, un poco más viejo... ¡Pero igualito!

—Muy gracioso —dijo Bruno, sarcástico.

Aurelio iba a hablar cuando noto a Alberto a lado de ellos, mirándolos confundido.

El hombre abrió su boca, sorprendido y se agachó hasta quedar a la altura del menor.

Alberto retrocedió un paso al verlo tan cerca.

—¡Tu debes de ser Alberto!

El nombrado frunció el ceño.

—Como... ¿cómo sabe quién soy?

Aurelio rio.

—¡Como no saberlo! ¡Eres el hijo de este stupido y de la hermosa Alessandra!

—¿La conociste? —preguntó Alberto escuchando a su padre decirle al tipo <<¡no soy estúpido!>> a modo de queja.

Aurelio sonrío con ternura.

—Era una gran mujer —suspiro—. Vengan, hablaremos adentro.

Bruno asintió.

Siguieron a Aurelio pasando entre tantas prendas alrededor hasta llegar a una habitación al fondo del lugar.

—Lamento el desorden —dijo—, es que me concentró más rodeado de mis creaciones.

—Aurelio —lo interrumpió Bruno—, necesito tu ayuda.

El nombrado sonrío nostálgico.

—Siempre venias a eso —se sento frente a ellos dos y les indico que imitaran su acción— ¿Qué necesitan?

—Disfraces —respondió el mayor.

Alberto miró confundido a su padre.

<<¿Disfraces?>>

—¡Oh, ya veo! —exclamó Aurelio felizmente— ¿volverás a los viejos tiempos donde robabas y eso?

—¿Qué? —preguntó el menor, sorprendido.

Tal vez... ¿te quiero? Luca y AlbertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora