✨Capítulo 14✨

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Horacio baja del auto cuando Armando le abre la puerta, permitiéndole abandonar la silla. El pequeño no había visto el lugar antes, por lo tanto, se adelantó corriendo, siendo capaz de lo mismo al no deber cruzar la calle, solo avanzar dejando atrás el pequeño estacionamiento.

Brillosos resultan los ojos del menos al observar el lugar, pues esperaba algo muchísimo más simple de lo que contemplaba a través de un pequeño portón.

El lugar estaba claramente diseñado para cumpleaños infantiles, sin un precio exuberante, lo cual resultaba perfecto. Había dos juegos inflables, dos columpios y un resbalín, además de una zona con mesas cubierta por toldos y acompañadas de sillas, incluso había sillas para bebé apartadas, por si los clientes las requerían.

Donde se hallaban los juegos, había césped, bien cuidado, gracias a que los dueños vivían justo al lado. Por último, junto a las mesas, estaba una pequeña cocina y la puerta a los baños.

El lugar, a pesar de ser pintoresco por sí solo, estaba ahora adornado con globos en los cuales destacaban los tonos azul y dorado, lo mismo había en los manteles que cubrían cada mesa. Colgando de los toldos, se lucía un "feliz cumpleaños" y algunas guirnaldas que compartían colores con el resto de adornos, cuales fueron puestos por los dueños a petición de Armado y Jack, quienes habían preguntado antes a Horacio sobre lo que le gustaría para la celebración. Faltaba solo traer la comida a las mesas, y la piñata sería colocada cuando fuese el momento, así nadie la rompería de antemano.

La primavera había favorecido a que entre el césped aparecieran tímidamente algunas flores, y que el clima hubiese dejado de ser tan frío como en el ya pasado invierno, pintándose el cielo con algunas escasas manchas blancas.

En las sillas divisa a dos mujeres sentadas, ambas esperando a los arrendatarios de ese día, aunque absortas en su conversación, al menos hasta que Armando se acerca y les habla, recibiendo una copia de las llaves del portón y unas breves indicaciones de cosas que Horacio ignoró, ensimismado en los juegos inflables que jamás había visto.

Tras la pequeña charla, las mujeres se retiraron, diciendo al niño que se divierta.

—¿Me ayudas a bajar las cosas? —pregunta Armando, recibiendo un asentimiento.

Le otorgó unas bolsas de dulces al menor, encargándose por su cuenta del pastel. Esperaba que Freddy llegara para echar una mano, así Horacio podía jugar con Gines mientras llegaba el resto.

En la lista de invitados, aparte de Gines y Tonet, había otros compañeros de curso del cumpleañero, además, había insistido en que fueran Volkov, Michelle y Greco, sin contar a los padres o tutores que irían con sus respectivos hijos —como Freddy—. Por lo mismo, había bastante comida en el menú, jugo, bebida y un par de cervezas, suficientes para pasar el rato sin emborracharse.

Freddy con Gines de la mano, sin darles tiempo a hacer más de un viaje desde el auto hasta las mesas.

—Feliz cumpleaños, Horacio —saluda carismático, Trucazo, luego va hasta Armando para saludarle con normalidad.

—Feliz cumpleaños —sonríe Gines, entregando una bolsa de regalo a Horacio, quien agradece sorprendido el gesto, habiendo olvidado que, en ese tipo de fiestas, la gente siempre llevaba algún obsequio.

—Horacio, Gines, id a jugar mientras yo y Armando traemos las cosas ¿vale? —los menores hacen caso, y habiendo dejado el presente en una de las mesas, van hasta los columpios.

Con el pasar de los minutos, más invitados van llegando. Diego, otro amigo del jardín de Horacio, va de la mano de su madre. También llega Manolo con Tonet, aliviado al no ver al superintendente en el lugar después de haber tenido algunos problemas con la policía el día anterior. Dos niñas llegan al cuidado del padre de una y luego aparecen los dos comisarios, cada uno con un regalo diferente para el festejado, quien se acerca a saludarlos, dejando de lado su conversación con los demás.

Estrellas en el techo. [𝘚𝘱𝘢𝘪𝘯𝘙𝘱 𝘈𝘜]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora