¡Hola! Mi nombre es Amanda, y la historia que te voy a contar trata sobre mí y cómo mi peor defecto, la impuntualidad, marcó mi vida. Y también hablaré de eso tan complejo que llaman amor. Ambas cosas se convirtieron en un solo problema. Pero, para que me comprendas, las trataré por separado. Empecemos haciendo un repaso general a mi vida. Todo inicia cuando nací, un primero de agosto de 1991. Mi madre cuenta que fue la primera vez que llegué tarde a una cita, que, desde entonces, no he parado. Quizás por ello la pobre siempre estuvo tan resentida conmigo. Una semana de más en un hospital, soportando el peso en su vientre... no es para menos. Es que la impuntualidad siempre deja consecuencias. Haré un top—ten de las veces en que ser impuntual me hizo pasar malos ratos, o se los hizo pasar a alguien más:
10: Perder media película de "El efecto mariposa" de mi crush Ashton Kutcher el día de su estreno en cines. Verla más de diez ocasiones luego jamás compensó el verla incompleta la primera vez.
9: Lo que pudo ser el mejor viaje de mi vida, hacia las playas más hermosas de mi país, lo perdí porque me dejó el bus de excursión. Ni hablemos de la bronca que me dio cuando recordé que el dinero no era reembolsable, con lo mucho que me había costado ahorrarlo.
8: Open days de mis tiendas favoritas. Se trataba de esos días donde había mercadería nueva, descuentos especiales o promociones. Esa sí que era una actividad recurrente. Detestaba ver que la chica que me caía mal se compraba el mejor vestido solo por llegar antes.
7: En la primaria, la profesora Elieta (A quien odié), me hizo bailar "La Gallinita se durmió" frente a todos mis compañeros. Fue el momento más vergonzoso que he vivido.
6: Llegué tarde a la misa de mis quince años. El Padre, que tenía su agenda apretada y no podía esperar tanto, inició sin mí. En el video de la ceremonia aparezco en el momento en que todos se dan un saludo de paz. Aún recuerdo la "paz" que me transmitían los invitados con sus miradas.
5: Cuando jugué en la secundaria al vóley, llegué tarde a la final de una competencia. Mi equipo perdió por ello. En esa ocasión se me rompió la entrepierna del short, y tuve que costurarlo. Me hice un lío. Me costó un par de amigas.
4: Perdí mi primera cita con un chico. Quedamos de vernos en un punto de la ciudad, y como yo era del pueblo, tomé el bus equivocado. Cuando me di cuenta, ya llevaba media hora de retraso. El tipo no quiso esperar más. Eso me pasó por distraída.
3: No escuché la presentación de mi hermano pequeño en un show de talentos. Al haber pasado por la misma academia, creí saber cómo las organizaban, pues mientras estuve en ella siempre fue en orden alfabético por apellido. Pensé que llegar tarde no sería un problema. A un Torres por lo general le tocaba cerrar el show. Jamás imaginé que en esa ocasión lo harían al revés. Pasó muchísimo tiempo para que mi hermano me perdonara. Exceso de confianza.
2: En mi curso de informática, llegué tarde al examen final, y puesto que varias computadoras dieron fallas, no encontré alguna disponible. Tuve que hacer el examen escrito. Como puedes suponer, me fue muy mal. No existe certificado. Otro esfuerzo en vano.
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Llegaste tarde
RomanceUna chica caracterizada por su impuntualidad enfrenta un cambio drástico en su vida cuando adquiere su primer trabajo. El amor le impulsa a crecer humana y profesionalmente, pero la vida insiste en darle lecciones sobre el tiempo, puesto que la pers...