Cap.17 Yen Wang

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Y ahora, la traducción de un poema chino clásico...

"El poeta devorador de leones en la guarida de piedra"

de Yuen Ren Chao

de Yuen Ren Chao

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...

Nuestro villano permanecía mal sentado y con la cabeza caída sobre el respaldo de una silla acolchada, con la mirada perdida en uno de los mapas que colgaba de la pared. 

Su estudio privado estaba hecho un desastre: Trozos de inventos fallidos regados por el suelo, un abrigo de pieles cubierto de nieve y varias manchas de sangre seca manchando tanto  el suelo, como la hoja de una daga que yacía a su lado. 

Y él, abstraído en sus pensamientos, prácticamente ausente de la realidad, dejando que los recuerdos de su pasado y la introspección lo asfixiaran lentamente... 

Voces, los rugidos de una bestia desconocida y un extraño movimiento involuntario que lo lleva a arremangarse la túnica, descubriendo una mano delgada, sin pelo, con uñas, cuatro dedos y un pulgar. Cualquier habitante de China habría podido jurar que pertenecía a un primate, pero era mucho más fina, ancha y estaba mejor proporcionada...  

Era una mano humana. 

... 

Nuestro escenario cambia y nos encontramos en el interior de una carpa de circo. 

Es de noche y estamos contemplando el acto de varios trapecistas tras la cortina de salida. Lo curioso es que.... Estos no son animales, sino humanos. 

No hay puercos, conejos ni borregos con vestimentas elaboradas ni pandas o monos con ropa de guerreros, no hay búfalos bandidos, solo familias humanas. Niños, adultos y ancianos, todos impresionados por las hazañas de aquellos acróbatas. 

Nosotros estamos en el cuerpo de un niño pequeño, vestidos con un traje de payaso y una pequeña nariz roja. Podemos sentir su emoción, nuestro corazón late y sentimos que se nos va a salir del pecho ¡Se viene algo grande!   

- ¡Damas y caballeros! - anuncia el maestro de ceremonias- ¡Ahora, para su deleite y sorpresa, el gran domador de bestias! 

De repente, sentimos que alguien nos revuelve el cabello. 

- Quédate aquí, pequeño... - Al girarnos para verlo, nos encontramos con un hombre alto y delgado, de rostro amable y que viste con un elegante traje rojo - No tardaré ¿Está bien? Espera a que papá termine de trabajar. 

Ese hombre sale al escenario y los tramoyistas del circo le llevan varios ejemplares de tigres, leones, leopardos y jaguares, siendo todos como los que existen en la actualidad. De un momento a otro, nuestro padre se encuentra frente a aquellas bestias, sin protección ni cadenas para retenerlas en caso de un ataque, solo están él y su látigo. 

Kung fu Panda Hakuna MatataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora