Cap.13 La ciudad de arena

279 14 2
                                    

Favor de reproducir el audio (🎶)

El desierto de Tengger, en lo que hoy sería conocido como la Región Autónoma de Mongolia Interior, es material de leyenda y está envuelto en una cascada de mitos.

Se dice, que la arena de sus dunas es tan dorada como el oro mismo. También que el tiempo no pasa con la misma velocidad que en el resto del mundo o que si se excava lo suficiente, se pueden encontrar esqueletos de dinosaurios.
Pero esto no es lo que lo hace importante en nuestra historia, no... Lo importante es que, según se cuenta,  en la parte más profunda de su suelo, bajo las dunas y relieves se esconde un gran secreto: "La ciudad de Jìng Jì Chǎng"

Se dice que esta ciudad, grande y amplia como cualquier metrópolis de nuestro tiempo, esta constituida en su totalidad por roca y sus límites están rodeados por una gran muralla.  Supuestamente construida y mantenida por espíritus de guerreros antiguos,  la ciudad está escondida bajo la arena y solo se hace visible para aquellos que saben hacer "sonar la campana", un efecto de sonido producido por el aire y el movimiento.

Naturalmente, este se convirtió en el objetivo de búsqueda principal de muchos, ya fuera para esconder sus tesoros o para emplearlo como alojamiento temporal; y en este caso, también era el objetivo de cinco figuras que recorrían el desierto a toda velocidad, a lo largo y ancho de toda su extensión.

Finalmente, se detuvieron al llegar a un punto en concreto del desierto. Uno de los integrantes del grupo saltó, seguido por los otros y en conjunto realizaron una acrobacia en el aire, cuya caída produjo literalmente el sonido de una campana y un destello de luz dorada.

Acto seguido, tembló la tierra y la ciudad se desenterró a si misma, dejando al descubierto un enorme portón de piedra que se abrió lentamente y reveló una gigantesca versión del mercado negro, una plaza y varias casas tras de sí.

- ¡LOS CINCO FURIOSOS!- gritó un cerdo que vigilaba la muralla, aterrado y sonando un cuerno trompeta - ¡LA ALARMA, RÁPID...!

Antes de poder dar el aviso, Mantis y Mono lo jalaron de las pezuñas sin ser vistos, silenciándolo, pero esto no evitó que la primera frase llegara a los oídos de los comerciantes que se encontraban cerca. 

-¡RÁPIDO, MAESTROS DEL PALACIO DE JADE !  

- ¡LOS CINCO FURIOSOS ESTÁN EN LA CIUDAD! ¡REZEN, ESCÓNDANSE Y CUBRANSE! 

Muchos de los habitantes de la ciudad abandonaron sus actividades, sus negocios y hasta su mercancía y corrieron a buscar refugio y esconderse, generando un caos en las calles de la ciudad de arena. Los cinco furiosos eran héroes, sí, pero para la gente buena y honrada, en cambio, eran la peor pesadilla de las bandas criminales y los delincuentes.

Aunque el ambiente tampoco era el más agradable, especias extrañas, sustancias reducidas a polvo, puestos de magia negra, pieles... todo tipo de productos rodaban por el suelo e incluso estaban envueltos en llamas debido a la histeria generada por la llegada de los cinco maestros.

A pesar de ello, la ciudad también tenía sus propios medios de defensa, pues a menudo se comportaba como si estuviera viva...
Aunque los cinco trataron de abrirse paso entre los puestos, la arena del suelo se levantó y se abalanzó sobre ellos, envolviéndolos; pero los furiosos saltaron, alejándose del peligro.

Nuevamente, más capas de arena trataron de frenar su paso, ahora empleando nuevas formas: Un fuerte viento comenzó a soplar, levantando enormes cantidades de arena, generando una tormenta que separaba a los guerreros de los criminales, mientras que el suelo del lado donde ellos se encontraban, cambió y la arena se volvió movediza, tragándose todo lo que estuviera sobre ella, desde puestos, hasta a algunos desafortunados que no habían alcanzado a huir a tiempo.

Kung fu Panda Hakuna MatataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora