T2. Cap.4 Sonrisas de la eventualidad

164 9 0
                                    

Favor de reproducir el audio durante la lectura(🎶) gracias.

Un día antes, en alguna parte de China...

- Serían...Cinco yuanes, señor.

- Claro. ¡Oh! Y deme también una col, por favor.

- ¡Tallarín empanizado! ¿Quién quiere tallarín empanizado? ¡A mitad de precio!

- ¡Limpieza, lleve sus productos para limpieza!

Aquella mañana, el bullicio y un peculiar aroma a incienso de chandan inundaban el aire que rodeaba al mercado de Qián. Docenas de puercos, pollos, patos y algunas cabras recorrían sus estrechos caminos, cargados con bolsas y comprando vegetales, especias o hasta ropa, mientras que otros más esperaban su turno para ser atendidos en pequeños puestos de comida.

Ya saben, viviendo su día a día como cualquier persona. 

Lo que ellos no sabían era que, en la bodega de uno de los negocios, había cuatro visitantes que los observaban a escondidas. 

- Ahhh, qué interesante...Ellos no cazan para alimentarse ¡Tienen todo un lugar para abastecerse! - dijo Má, sorprendida, mientras espiaba el exterior a través de un agujero en la pared de la bodega -Y nadie se come a nadie. 

- ¡Sí! Y parece que se basan en un sistema mediante el cual se adquieren vienes y servicios a cambio de esos trocitos de metal redondos que todo el mundo tiene - pensó Pumba en voz alta- Qué raro.

- Sí, sí, todo es muy extravagante y así, pero en verdad ¿Nadie más se va a cuestionar el por qué deberíamos de confiar nuestra supervivencia a un vil gusano? 

- ¡Oye! ¡¿A quién llamas gusano?!

- ¿No? ¿Y qué eres entonces? ¿Una víbora? - exclamó Timón-  Mira, lo siento ¿Sí? Pero hasta donde yo sabía y hasta apenas hace unos cuantos días, los bichos e insectos del mundo no hablaban. Es más, seguramente no lo hacen ¡Todo esto es producto de mi imaginación porqué la caída fue muy fuerte, lo que tengo es una contusión y ahora estoy alucinando! Sí, seguro que es eso.

- ¡Ja, pfff! ¡No seas payaso! - se burló la lombriz 

- ¿Disculpa?

- No sé cómo sean los insectos de donde ustedes vienen, pero para tu información aquí todos hablamos, siempre lo hemos hecho. ¡Y no me llames gusano! Tengo un nombre y ese es Qiūyǐn.

- ¡Oh-jo! ¿Pues sabes, Qiūyǐn?  Gracias a ti he perdido el apetito de por vida. 

Entonces, el sabio mandril Rafiki abrió la puerta trasera de la bodega y entró rápidamente junto con el tío Max, ambos cargados de retazos de tela de diferentes colores y un gran sombrero de paja chino que se habían robado del mercado. 

- ¡Atención, qué no cunda el pánico! ¡Hemos encontrado el camuflaje perfecto para movernos sin que nos descubran! - declaró Max, triunfal -¡Observen!

- ¿Qué? ¿Qué es esto? ¿Vamos a cubrirnos como los raros de afuera?

-  Ohh, no todos en realidad - repuso Rafiki, poniéndose una capa llanera o poncho de color verde olivo - Esto es para Pumba y para mí. Ustedes pueden esconderse entre la capucha, así parecerá que solo somos dos personas.

- Ajá, ajá, correcto. Podremos movernos libremente. Nada sospechoso, todo normal, solo seremos dos fulanos haciendo sus cosas, como todos los demás. 

- ¡Sí! ¡Bravo, muchachos!- los felicitó Má - Esto es perfecto para desplazarnos sin llamar la atención...Oh pero ¿De dónde lo...?

- Técnicamente, no nos lo robamos...- dijo Rafik, con humor - Pagamos por esto.

Kung fu Panda Hakuna MatataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora