La tarde había pasado más larga de lo normal, o al menos lo que podía llegar a durar para Minho. Tuvo que esperar con paciencia a que el chico terminara su horario escolar para que lo ayudara con lo que le había pedido y juraría que nunca antes las clases se le había vuelto tan tediosas, incluso a ratos bromeaba con Seungmin sobre los maestros, la materia o lo que otros alumnos hacían cuando creían que nadie más los miraba, cosa que el chico le reclamaba a susurros pues reír a media clase aparentemente sólo no era lo más común.
Al caer la tarde, cuando las clases acabaron, Seungmin fue guiado a la casa de Minho por el mismo. Todavía no tenía idea de qué decir, " Hola, señora, le traigo un mensaje de su hijo, está muerto " ¡Definitivamente no! Esas eran cosas de su madre, él no tenía idea de cómo arreglar situaciones de ese tipo pero ya no podía echarse para atrás, no luego de escuchar todas esas cosas lindas que Minho decía de su familia.
Incluso sintió algo de pena por él, un día disfrutar del calor familiar y de un momento a otro, no tener pulso.
Había que Minho no recordaba absolutamente nada de su muerte, tampoco los sucesos anteriores unos días a ello, no sabía cuanto, pero por el tiempo que llevaba descubierto sin presentarse a clases según sus compañeros, era bastante. El pelinegro no era mala persona, o al menos era lo que Seungmin empezaba a pensar, sintió cierta impotencia de ver como alguien que lucía tan amable había dejado este mundo mientras los malos seguían siendo parte del mismo. Pero no era quién para cuestionar las cosas de la muerte.
— Es aquí. —Escuchó de pronto a Minho.
El más joven detuvo su andar y registró la casa al costado de donde estaban. Tragó saliva con pesadez. Ahora que estaba frente a la situación se sintió más difícil pero un trato era un trato. Respiró hondo y se acercó hasta la puerta para tocar el timbre y rezando a los mil y un dioses posibles para que no hubiera nadie en casa, esperó, pero para su desgracia la puerta se abrió.
Una mujer de estatura media, con los ojos un poco rojos e hinchados recibidos. Seungmin no solía criticar a las personas, pero estaba seguro de que esa mujer no se había bañado en al menos dos días, su cabello era un desastre y sus prendas desprendían cierto olor a humedad.
- ¿Señora Lee?
- Sí —respondió con la voz entrecortada, denotaba haber estado llorando no hace mucho—. ¿Quién eres?
- Soy Seungmin, era compañero de colegio de su hijo.
La mujer suspiró antes de cruzarse de brazos, envolviendo su cuerpo en una especie de capa que cubría desde sus hombros hasta su cintura.
- ¿Qué quieres?
- Tengo un mensaje de su hijo.
Entonces el semblante hostil de la mujer cambió. Toda esa semana, desde que se anunció en el colegio harían un homenaje en honor a Minho, había recibido visitas de supuestos amigos del mismo dándole el pésame, pero ella conocía bien a su hijo, él no tenía tantos amigos, solo había cinco nombres y rostros que conocía muy bien, los otros solo iban por compromiso o mayormente, por puro morbo.
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Rubatosis ᵏⁿᵒʷᵐⁱⁿ
Fanfic"Estaba tan acostumbrado a ver anuncios sobre chicos desaparecidos, que nunca espero ver uno suyo". Minho ha muerto, pero él no sabe cómo ni porqué. Su último recuerdo fue haber despedido a un amigo en la parada de autobús y ahora no puede ir al cie...