11. EL VERDADERO AMOR.

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Nas (gula)

Despertar se está volviendo una tortura, es sábado por la mañana y lo único que quisiera es quedarme acostado todo el día ¿Por qué los humanos no pueden dormir un día entero?creo que pereza se ha apoderado de mi cuerpo, con un poco de esfuerzo logro sentarme sobre la cama e inicio a estirarme, me levanto y me dirijo al baño, parece que todos mis movimientos son mecánicos, lavo mis dientes y paso una mano con un poco de agua sobre mi cara, salgo del baño y camino a la cocina, tal vez preparar el desayuno para mis hermanos me ayude a despertar y mejore mi humor.

Me encuentro a unos pasos de la cocina cuando escucho la voz de Kaira, entro sin hacer mucho ruido y me la encuentro lavando los platos mientras canta, soy sincero al decir que me encuentro sorprendido con su voz. Recuerdo haberla escuchado el día que conocimos la universidad, pero no le dí mucha atención en ese momento, ella se gira hacía mi y al inicio parece un poco sorprendida de mi presencia, pero rápidamente vuelve a su cara seria de siempre.

-Oh hola.

-Buenos días -le digo con una sonrisa -. Tienes una voz muy linda, hermanita.

No se si es imaginación mía o logro ver un leve sonrojo en sus mejillas, aún así su expresión no cambia. Inicio a sacar algunos ingredientes que me servirán para hacer el desayuno y poco a poco mis otros hermanos entran a la cocina, inicia a haber un poco más de ruido y debo decir que este ambiente familiar podría ser algo a lo que me acostumbré. Una vez estamos todos a excepción de Theo que vive por su cuenta, noto como nuestras diferencias resaltan aún más.

Tomo asiento y estoy atento a las caras de mis hermanos, quisiera decir que no me importa lo que ellos acerca de la comida que he preparado, pero mentiría al hacerlo, al menos a ellos parece gustarles.

-He conseguido trabajo -anuncia Blas, después de unos minutos, mientras limpia su rostro con una servilleta.

»Lo único que me disgusta es que tendré que mudarme, sinceramente no se muy bien como funciona, pero lo acepte.

Al principio nadie dice nada, pero después de unos cuantos segundos Micaela se levanta de su asiento y lo abraza por atrás, felicitándolo. Livia y yo solo le sonreímos y lo molestamos un poco, a Kaira parece darle igual y Victoria parece un poco irritada porqué sigue sin conseguir algo en lo que pueda trabajar.

-¿De que es el trabajo? -pregunto.

-Seré guardaespaldas o algo así -él hace una mueca -.La chica es una niña mimada que parece tener instintos suicidas, solo debo vigilar que no se mate o haga daño y listo, pero para eso debo pasar con ella 24/7 y por eso es que me mudaré, vendré aqui cuando sea mi día libre.

Seguimos comiendo y hablando un poco, nos preguntamos por nuestros primeros días de universidad, Micaela le pregunta a Livia por el instituto a lo que responde que esta lleno de niños ricos y envidiosos, justo como lo había imaginado, Kaira hace dos comentarios como mucho, Victoria alardea sobre como ya tiene un puesto para un concurso de debate y de lo rápido que consiguió encajar en su clase, Blas hace una que otra broma y yo inicio a pensar que parecemos un grupo de hermanos normales y al mismo tiempo sigo resaltando nuestras diferencias, resultan tan evidentes, no solo físicamente, más bien nuestro carácter.

Nos levantamos de la mesa y cada uno desaparece por la puerta dejándome solo en la cocina, tenía la esperanza de que alguien me ayudará a lavar los platos, pero veo que no será así. Estar solo no me ayuda, me hace pensar en lo que paso anoche con Bianca y en si debería enviarle un mensaje, pero al final decido que mejor no.

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Han pasado algunos días desde la cena con en la casa de los Aubriot y se está acercando el día de la primera sesión de fotos y he estado practicando mis poses y expresiones, Bianca ha pasado mucho tiempo conmigo en estos últimos días, ninguno de los dos ha mencionado el casi beso, sin embargo, ambos notamos que el ambiente es tenso entre nosotros. Los pequeños momentos en los qué nuestras miradas se encuentran son intensos, los roces inocentes de nuestras manos cuando caminamos uno al lado del otro me están enloqueciendo y ni hablar de la forma en la que me siento cuándo la veo sonreír.

GULA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora