Bianca.
No... No puede ser, no de nuevo... Por favor, Dios. Esto no está pasando, no otra vez.
Levanto la mirada para ver mi reflejo en el espejo del baño y me encuentro con la misma chica de hace unos años, la misma que odiaba su cuerpo, la misma que se dejó ganar por los estereotipos de la sociedad, veo a la misma chica que se lastimó tanto mental y físicamente, veo a la chica que prefería vomitar después de comer o reducir sus porciones de comida, a la que se desmayó tantas veces porqué se forzó a hacer más ejercicio del que podía aguantar, la que se dormía llorando todas las noches porqué deseaba ser diferente, tener un cuerpo diferente. Pensé que esa chica ya no existía, que había quedado atrás, enterrada en el pasado junto a todas las bromas, comentarios hirientes y opiniones de personas que yo ni siquiera conocía.
Mi familia siempre estuvo vinculada con los medios y de alguna u otra forma siempre terminaba siendo el foco de atención, recuerdo como muchas veces el titular de las noticias en las que yo aparecía era: "La hija con sobrepeso de los Aubriot" O "Bianca Aubriot sigue subiendo de peso" O "la decepción de la famosa ex modelo Amanda Peterson".
Muchas veces llegué a cuestionarme si realmente era una decepción para mi madre... Para mi familia. Me avergonzaba que los vieran conmigo, que los relacionaran a mi y por eso evitaba las salidas familiares, muchas veces ponía excusas tontas con tal de no salir con ellos y que los medios no hicieran comentarios estúpidos sobre mi apariencia.
Recuerdo como al inicio nada de eso me importaba, Jordan siempre estuvo cuidando de mi, me ayudó a ignorar los comentarios crueles que solían hacer mis compañeros de clases y solía repetirme que los comentarios de redes sociales no debian importarme, que eran comentarios de gente vacía e ignorante, que eran personas que no tenían amor propio y se veian en la necesidad de hacer sentir mal a otros. Sin embargo, por mucho que me repitiera eso, por mucho que intentará convencerme a mi misma de que no debía darle importancia a ese tipo de personas y por mucho que intentará aceptarme a mi misma, me era imposible no dormirme llorando, no rogar al universo que cambiará mi cuerpo y me hiciera despertar el día siguiente en un cuerpo que fuera "aceptado".
No se trataba de cambiar mis hábitos alimenticios o tener una rutina de ejercicio, intenté de todo, fui con muchos nutriólogos y entrenadores y siempre obtenía la misma respuesta, mi complexión era así por genética y podía optar por alguna rutina o una dieta que me mantuviera sana pero no obtendría la figura que yo deseaba porqué no sería sano para mi, pero mi mente de doce años no lo comprendía. No entendía porqué no podía tener la imágen de las chicas a las que veía en la televisión, esa niña de doce años no entendía porqué se avergonzaba de usar faldas, porqué no se atrevía a usar trajes de baño, porqué prefería dejar siempre pocos de comida o como el simple hecho de sentarse le causaba terror ya que hacía que sus muslos se vieran enormes, mi yo niña no entendía porqué no podía verse en el espejo sin que su reflejo le causará asco.
Pensé que con el tiempo mejoraría, intente convencerme de eso, mi familia estuvo conmigo siempre y realmente sentía su apoyo, pero las cosas empeoraban mes tras mes, de alguna manera siempre terminaba pensando en una forma para bajar de peso, me excedía con rutinas de ejercicio que ni siquiera eran las adecuadas para una persona de mi edad, hasta que a los quince descubrí que había dañado mi cuerpo. Solía tener pequeños atracones de comida, los cuáles me produjeron una ruptura gástrica, quemé mi esófago a causa de los vomitos que yo sola me provoqué, sin hablar que en algún momento si que llegué a tener un peso excesivamente bajo, los desmayos y el daño mental que me ocasione. Mis padres habían intentado llevarme con un psicólogo muchas veces, pero yo me negaba a hacerlo, pensaba que era normal querer trabajar en mi apariencia, pero no me había dado cuenta que lo había convertido en una obsesión dañina, o mejor dicho no había querido aceptarlo. Hasta que un día acepté que necesitaba esa ayuda.
ESTÁS LEYENDO
GULA
FantasyLIBRO #1 Gula. Una palabra que muchos hemos escuchado, pero muy pocos conocemos su verdadero significado... ¿Te concideras víctima de este pecado? ¿Realmente has llegado a comer hasta no poder más? ¿Has consumido de forma desmedida alguna comida o...