Capítulo 32 [Confianza]

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Observa su reloj sintiendose impaciente mientras le espera, acomodando el ramo de rosas qué tiene entre sus manos,  regresando su mirada a la puerta, se siente aliviada cuando ve salir a lisa de su habitación caminando con pena hasta ella, haciendo una reverencia para disculparse por la tardanza. Caminan juntas hasta una de las camionetas abordandolo y seguidamente el panorama se vuelve silencioso, la mayor conserva su mirada en las rosas siendo ajena a los ojitos de preocupación de lisa. Visitarian la tumba de su madre y si bien en un principio la castaña se nego a llevarle pero lisa le insistió tanto que a la castaña no le quedo de otra más que acceder.

La camioneta se detuvo frente a aquel cementerio, ambas bajaron caminando hasta los interiores del lugar, la menor sintió un ligero escalofrío a medida que daba un paso más hasta adentro.

—Quedate aquí —pidió jennie, deteniendose en un punto del camino, girando su mirada a la menor.

Lisa quiso cuestionar aquello o siquiera decirle que quería seguir con ella y estar a su lado, pero no lo hizo, se limito a asentir y se acomodo en una de las bancas viéndole alejarse hasta perderse entre el camino. Jennie avanza de prisa, sus piernas tiemblan cuando finalmente esta parada enfrente de la tumba con el nombre escrito de su madre, caminando hasta ahí, limpiando el área, poniendo las rosas con suma delicadeza mientras se esfuerza por no soltar sus pesadas lágrimas por que después de tantos años.

Todavía le extraña.

Recuerda lo crudo qué fue verle consumirse por su dolor hasta el punto en que sus ojos se cerraron y su voz temblaba como si se esfumara lentamente y sus latidos se detenían, se esforzaba por mirar los ojos de su hija y hacerle sentir que siempre estaría con ella, incluso jennie pensó que su madre obligaba a su corazón a seguir bombeando solo para despedirse correctamente de ella. Al final aun era una niña que tuvo que atravesar por todo eso sola y los duros recuerdos siempre le causan ganas de llorar.

Toma asiento sobre la lápida acariciando con una de sus manos el lugar sintiendo qué esta ahí a su lado y que aun no se ha marchado del todo. Fue duro aceptar su muerte, fue duro seguir adelante y decirle adiós, no estaba preparada para eso y nunca pensó que le perdería en ese entonces.

Una de las consecuencias de dar todo por sentado.

—Te extraño —Su voz tiembla, deteniendo sus palabras cuando siente un nudo grande en su garganta.—Yo..—No le es fácil hablar aun, sin sentir que su corazón es estrujado de manera ruda.—Estoy a nada de vengar tu muerte mamá—Aspira con fuerza, mordiendo sus labios para evitar sollozar.—Espero que eso sea suficiente para sentirme feliz conmigo misma—Una sonrisa rota adorna su empapado rostro, se siente incapaz de recordar en que punto comenzaron a bajar las lágrimas.—Incluso si vengarme no hará qué vuelvas, te prometo que el no será feliz.

Lleva una mano hasta su pecho sintiendo su corazón arder como si en sus adentros todo estuviera ardiendo.

—Daría lo que fuera por verte una última vez —solloza bajando la mirada hasta La lápida.—Para decirte que fue demasiado duro vivir sin ti—Suspiro conteniendo sus lágrimas.—No es un reproche tu sabes..yo solo quiero que..—Balbucea sintiendose incapaz de encontrar las palabras.—Vuelvas a enojarte conmigo —Su sonrisa triste volvió a asomarse.—qué me regañes por comer demasiadas golosinas o que me obligues a dormir —Soltó una pequeña risa seca.—Que leas ese cuento de amor aburrido y luego dígas; "oh existe realmente un final feliz"—Imitó su voz riendo en lo último.—No importa de que manera sabes, solo quiero poder verte una última vez —Aseguró.

Guardo silencio los cortos segundos qué permanecio ahí, acariciando la lápida, tomando aire suficiente para ponerse de pie y sacudir sus prendas, no había más que pudiera decir, incluso si en un punto desea creer que su madre esta ahí a su lado escuchando sus palabras y consolandole en sus brazos, la realidad era totalmente diferente. Limpio sus pesadas y molestas lágrimas girando para finalmente marcharse. Nisiquiera pudo dar un paso adelante cuando le encontró ahí, a cortos centímetros de ella mirandole con ojitos totalmente cristalizados y jugando con sus manos al ser descubierta.

Dulce Venganza [Jenlisa] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora