Dulce Venganza [Jenlisa]

Capitulo 20 [¿Seguirias queriéndome?]

Caminan en completo silencio. La mirada de lisa es baja mientras sujeta su mano y los nervios le carcomen durante el camino, se siente sumamente feliz de que la castaña no le haya cuestionado los motivos del por que tomar su mano le hacia feliz. Luego de pasar la noche en el mirador, Se habia hecho un poco tarde y jennie le habia llevado a su casa pero lisa le pidió que le dejara a unas esquinas para evitar que la mayor tuviera que adentrarse a su privada, pero jennie se habia negado y en su lugar habia decidio a acompañarle a pie hasta asegurarse de que la rubia no corriera peligro.

Jennie en su lugar, se sentia vulnerable ante ella, no sabia como mirarle y el solo hecho de recordar a ver llorado ante ella le hacia temblar y sentir vergüenza de si misma.

—Esta bien, puedo seguir sola —Se detiene mirandole.—Mi casa esta ahí —Señala una de las casa glamurosas mientras regresa su mirada hacia ella.—Gracias por lo de hoy unnie, compartir un momento contigo me hizo feliz, no te imaginas cuanto —Hizo una reverencia soltandole.

Jennie asiente, guardando silencio mientras evita su mirada.

—Deseo seguir conociéndote —Admite llevando una mano a su pecho ardiendo.—Y pensaré en una manera de recompesar todo lo que haz sufrido, Intentaré hacerte feliz.

—Lisa..

Su voz se detiene cuando la menor deposita un beso sobre su mejilla, sonriendole ampliamente mientras se despide de ella y se aleja corriendo. Jennie le observa, llevando una mano hasta su mejilla sintiendo aun su calor sobre ella. Entonces sonríe, Siquiera ella misma es incosiente de su sonrisa, como si su cuerpo hubiera reaccionado por ella, su mirada es tenue mientras aun logra distinguirla a distancia y aquel destello en el fondo de su corazón solo vuelva a hacerse presente.

Esta niña es extraña.
Piensa detenidamente mientras suspira y empieza a caminar para alejarse.

Lisa quien por él contrario da brinquitos mientras alegremente se adentra a su casa, saludando amable a alguno de los empleados qué le reciben, su corazón palpita cada que le recuerda y sonríe siendo sobrepasada por sus sentimientos. Quizás le queria, solo quizas esta queriéndole un poquito.Se sobresalta cuando encuentra a su padre sobre el regazo de el sofá de su sala leyendo algunas cosas en su computadora, así que cuando su mirada rígida de su padre se posa en ella, hace una reverencia mientras aquel hombre al mirarla le sonrie.

—¿Que te tiene tan feliz?—Pregunta, invitandole a sentarse a su lado.

—Nada papá, Solo fue un buen día —Le cuenta, tomando asiento mientras el hombre le mira sonriente.

—¿Estas segura?—Cuestiona mirandole fijamente.—No será que esa sonrisita se debe a algún pillo queriendo robarme el corazón de mi hija —La menor aparta la mirada sonrojada, mientras el mayor hace seña a su estado.

—No papá —Balbucea nerviosa.—a mi los chicos no me interesan —Confiesa, mirandole de reojo mientras aquel hombre le observa.—Papá, si no me gustan los chicos, ¿Seguirías queriéndome?—el hombre ladeo la cabeza sin comprender mientras sus mirada era cuestionadora.—Es decir, mamá dice que dios creo al hombre y la mujer para estar juntos y que cualquier amor fuera de ese es antinatural—Le contó, girando a verle mientras su cuerpo se tenso.—Si me gusta alguien lejano a eso, mamá y tu no me van a querer, ¿Verdad?—Pregunto.—Papá creo que no me gustan los chicos, creo que en realidad me gustan las chicas..

Los ojitos de lisa fueron brillantes ante aquella última declaración, el hombre solo suspiro algo abrumado pues aquella repentina confesión le tomo por sobresa y alguien que ha vivido de manera contraria a ella y habia sido educado de otra manera no sabia que responder ante su reciente confesión, no quería hacerle sentir herida por que lisa es lo que más quiere, si tolera su matrimonio destruido y todo el peso de sus hombros es por ella, por su hija.

Por que el le ama.

—Hija yo te voy a querer toda la vida—Admitio, su voz repentinamente fue más dulce.—No importa que es lo que pase o lo que te guste o como te veas, mi amor por ti continuará aquí —Señaló su pecho, sonriendole para intentar despreocuparla.—Si tu decides que es una mujer quien te hace feliz y te hace sentir amada, Adelante, te apoyare en tus decisiones —Dijo, acariciando su mejilla.—Lo importante es que seas feliz, solo eso.

Lisa asintió, sonriendole mientras su respuesta le tranquilizó haciendole sentir querida y apoyada, pero entonces sus pensamientos se detuvieron en su conservadora y amada madre.

—Pero mamá, no creo que piense lo mismo—bajo la mirada luciendo triste.—He visto como mira mamá a las parejas de ese tipo en la calle, los aborrece —cuenta, el mayor solo tensa su mandíbula ante las actitudes de su mujer.

—Tu madre entenderá —Tomo su rostro para atraer su mirada.—Te prometo que será así —Le animo.—Ahora, ve a dormir, es tarde y mañana tienes que asistir al colegio —Le recordó.

Lisa asintió repetidas veces, depositando un beso sobre su mejilla y abrazandole mientras le deseo buenas noches. El hombre solo le observo alejarse sonriendo a lo lejos mientras esta reciente conversación le hace golpear su pecho y aunque el por lo lejos no esta del todo convencido, sabe que aceptaría cualquier decisión que la menor tomara, incluso si rompía con la monarquía de la qué el esta acostumbrado.

Observa entrar a su hijo, quien a diferencia de su hermana este luce agotado y un tanto desilusionado, así que cuando bambam le observa aquel hombre le hace señal para que se siente. Bambam hace caso mientras toma asiento frente a él.

—Debemos hablar de los negocios—su tono es sereno, luciendo diplomático ante su hijo.—Estos últimos días estuve evaluando y en unos meses la empresa sufrirá una decaída—Le cuenta, el chico le mira preocupado.—Tenemos que encontrar un inversionista, así que ese será tu trabajo.

—Pero papá, otros pueden encargarse de eso, yo no..

La voz del chico se detenie cuando su padre le hace una señal para que guardar silencio.

—Es una orden—Le dice, ignorando sus palabras.—Toma una avión y visita empresas extranjeras, las locales no se han interesado en nosotros—Bambam asiente rendido.—Ahora, fuera de mi vista.

El chico se levanta, alejándose mientras la actitud de su padre hacia el ya no le sorprende. Siempre fue así, a diferencia de lisa a él chico parecia tratarle en cintura, así que bambam esta muy acostumbrado a su falta de amor. el hombre le mira alejarse y la sola idea de que en su lugar hubiera sido su hijo quien le confesara aquello, sabia rotundamente qué no tendria compasión, que le deseredaria y lo sacaria de su familia.

El es un creyente de que tener una actitud dura hacia el lograría formar un hombre hecho y rígido.

Pero los resultados y el observar  a su hijo agacharse ante el le decepcionan, así que solo se concentra en su pequeña y tiene toda su esperanza puesta sobre ella.

Al final de todo, sabe que ella es igual a él.