Fuimos un tiempo en silencio hasta que él rompió el hielo, me miro y medio sonrió.
- Es duro? - pregunto, tratando de sonar suave.
- El qué? - pregunte sin querer entender a que se referia.
- Quedarse sin padres, en la ruina y con una hermana a la que le debes un futuro. - aclaro, yo mire por la ventanilla del coche durante unos minutos y suspire varias veces, por fin decidi mirarle.
- Es horriblemente duro perder a unos padres que siempre te han apoyado, de pronto sientes que el mundo se te queda grande y que ya nada te vale la pena, las ganas de sonreír se van tal y como pasa con las ganas de ser feliz, es muy duro... - susurre. - Quedarme en la ruina no es tan malo, después de pasar los tres meses y medio contigo me subastare nuevamente, y asi haré hasta que tenga dinero para mantener un hogar y darle a mi hermana aquello que necesite, por supuesto trataré de buscar otro trabajo del cual no me deba avergonzar a la hora de hablar... - suspire, pues nuevamente me había empezado a sumergir en la tristeza de mis recuerdos.
- Granger... tu no tiene sueños que cumplir? - pregunto sacandome de mis pensamientos, de nuevo desvie la mirada, pues las preguntas que me hacia me dañaban, y casi me hacian llorar, de hecho estaba manteniendo el llanto, pues ya tendría tiempo de llorar más tarde.
- Los tenía. - susurre en un tono apenas audible.
- Qué tus padres hallan fallecido no significa que no los puedas cumplir. - opino, me quede callada y trate de ocupar mi mente en otras cosas, por ejemplo en como estaría mi hermana. Malfoy no dijo nada más hasta que por fin divisamos un porton enorme negro. - Hemos llegado. - anuncio con una timida sonrisa, yo mire alrededor y quise gritar y gritar, no había nada más que bosque, ni siquiera existian vecinos por aquella zona. No dije nada, me limite a suspirar. Los jardines estaban bien cuidados, la Mansión era hermosa. - Te gusta? - cuando le mire no me di cuenta de que él me había estado observando, respire suavemente.
- Es bonita. - susurre, salimos del coche y caminamos hacia la puerta, en ese momento me di cuenta de que no había traído ropa. - Ehmm, no tengo ropa. - anuncie desganada.
- No pasa nada, hoy te presto el pijama y mañana compramos ropa. - dijo indiferente.
- No hace falta que me compres nada, yo ya tengo pijama. - dije mirandolo.
- Pero yo te quiero comprar ropa. - dijo en un suspiro.
- No necesito que me compres ropa Malfoy! - exclame, me estaba empezando a sacar de mis casillas.
- Granger estoy cansado mejor mañana hablamos. - repuso con fastidio, y como niña pequeña imite sus gestos provocando que él me mirase de mala gana, acto seguido me arrepenti, pues su generosa oferta había sido muy importante.
- Lo siento. - me disculpe.
- Ya veo, ahora sientes que me debes las cosas porque mi oferta a sido grande y vas a ser un aburrimiento de persona que va a tratar de ser perfecta. - añadió con fastidio al ver mi cara.
- Bueno... - me quede callada.
P.V.O Draco Malfoy.
Observe como se había sonrojado después de imitarme, y aunque no me había gustado su gesto tan infantil lo que menos me había gustado eran sus disculpas, note que ella se había quedado pensando unos segundos, y luego había cambiado su comportamiento.
- Me gusta más cuando te comportas a los Granger. - replique. Ella me miro y abrió sus ojos almendrados, quedando con la boca ligeramente abierta. - Además, tu tranquila porque cuando te vayas de mi Mansión no me deberas nada... Quizá te acabe deviendo yo a ti. - comente provocando que se ruborizase más.
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Cuando Malfoy me compró
FanfictionYa no le quedaba nada más que venderse a un desconocido. Todo lo hacia por darle un futuro a su hermana de 13 años... Helen. Pero lo que Hemione Granger no esperaba, era que su comprador fuese un viejo conocido y enemigo llamado Draco Malfoy. ¿Podrá...