P.V.O: Hermione
Hoy era el último día de trabajo para mi hasta después de navidad, y en tan solo dos días tendría a mi pequeña hermana en casa. Draco me llevaba a la discoteca y se quedaba con sus amigos en cualquier lado siempre y cuando no me perdiese de vista. Nos solíamos ver todos los días desde que deje el restaurante y aunque no nos habíamos acostado, todo iba bien, al parecer Draco no tenía prisa. Estaba muy tranquila en mi sitio bailando y mirando a cada momento a mi rubio, sonriendole discretamente y él también, cuando senti que alguien tiraba de mi pierna. Mire abajo un momento y un grupo de chicos jovenes como yo me habían rodeado, al parecer estaban algo borrachos.
- ¡Baja a bailar conmigo, es mi cumpleaños! - grito uno jalandome de la pierna sin descanso.
- No. - fue lo unico que dije tratando de volver a la normalidad, pero lejos de dejarme el chico volvió, y esta vez no se conformo con tirarme de la pierna si no que se subió a mi lado tomandome de la cintura, le empuje queriendo alejarle de mi pero me agarraba demasiado para estar borracho.
- ¡Estás buenisima, mejor de lo que imaginaba! - dijo tratando de besarme, entonces le empuje y él se desequilibro. En ese momento alguien tiro de el hacia abajo y él me llevo consigo al suelo. Ambos nos caímos, me levante rapidamente y vi a Draco cogiendo al tipo que estaba conmigo.
- ¡Draco no! - dije tirando de él, me miro a los ojos. - ¡Por favor! - pedí, me tomo por la cintura y cuando me iva a dar un beso un golpe choco contra mi rostro haciendome caer del mareo que sentí, volvi a incorporarme y vi que Draco estaba sobre alguien, dando puños y más puños, parecia que no iba a parar. Quise meterme de por medio pero la gente me impedia, hasta en un momento lo consegui y me meti de por medio, cuando me miro a la cara paro de golpear y me miro a los ojos, se levanto lentamente y me tomo la mano. - Vamonos, por favor Draco ya vale. - dije mirando la unica marca que le habían dejado en el ojo. Fui haciendo espacio entre la gente hasta que conseguimos llegar a la salida. Lo lleve a mi casa, y se sento en el sofá.
- Quiero que dejes ese trabajo. - dijo seriamente.
- Draco ya te he dicho que voy a seguir alli hasta que tenga un trabajo mejor. - comente.
- Quiero que lo dejes, si quieres te apunto en un pergamino el dinero que tomas prestado de mi cuenta para que me lo puedas pagar cuando tengas trabajo pero ¡dejalo! - exigió.
- Draco, estás muy alterado...
- ¡O dejas ese estúpido trabajo o me dejas a mi! - exploto al fin poniendose de pie. Me quede callada unos segundos. <<No le puedo perder ahora... no ahora que nos va bien>> pensé, recorde lo bien que la pasabamos juntos.
- Mi amor, tranquilizate, no volveré a bailar en la discoteca. - susurre acercandome a él, me abrazo y luego se aparto para mirarme a la cara.
- Delante de mi, jamás nadie te tocara sin consentimiento, jamás dejare que ninguno te haga daño, te prometo que no permitire que nunca nadie te haga sufrir. - dijo besandome una vez más. Entonces recorde su ojo y me aleje, cogi mi varita y le baje la inchazon, después le puse una poción para quitarle el moraton. Nos sentamos juntos en el sofá, me abrace a él. - Prometeme que estarás conmigo. - dijo.
- Yo te prometo un para siempre, ¿tú me lo prometes?
- Eso es demasiado tiempo, todo se puede torcer y podemos acabar odiándonos. - comento.
- Bueno, aunque te odie, si me necesitas iré. - dije.
- No lo creo...si me odias no me querrás ver... - contrario.
- Pues cierro los ojos.
- No me querrás oír. - aseguro.
- Pues no te dejaré hablar...
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Cuando Malfoy me compró
FanfictionYa no le quedaba nada más que venderse a un desconocido. Todo lo hacia por darle un futuro a su hermana de 13 años... Helen. Pero lo que Hemione Granger no esperaba, era que su comprador fuese un viejo conocido y enemigo llamado Draco Malfoy. ¿Podrá...