XIII

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Digamos que Heesung no le cayó del todo mal a Niki, sí, era otro alfa, pero sabía que también cuidaba de su dulce omega cuando él no podía hacerlo, junto a Jungwon, claro está, pero tampoco le cayó de maravilla, porque, pues era otro ALFA.

Estaban llegando a casa de nueva cuenta, Sunoo sonreía feliz de que uno de sus mejores amigos y su alfa se hayan conocido.

-Niki...- Sunoo habló mientras pasaban por una carretera alejada de la ciudad, ¿Porqué estaban ahí? simple, Niki fue a cargar gasolina y afuera es un poco más barato que dentro de la ciudad.

-¿Sí?- bajó un poco la velocidad a la que viajaban.

-¿Puedes estacionar un momento?- ya hacía algún tiempo que no lo hacían.

-Claro ¿Te sientes mal? ¿Te mareaste o al-- sus palabras se cortaron cuando Sunoo en un rápido movimiento se sentó en sus piernas.

-¿Podrías darme un beso?- lo miró a los ojos.

-Claro que si- sostuvo su cintura y con una sonrisa unió sus labios, se separó un momento para apagar el radio, estaban fuera de alcance así que solo se escuchaba una molesta estática, pero talvez fue por equivocación, talvez no, pero la música cambió a una lenta y sensual música que tenían en CD, quiso cambiarlo, pero Sunoo tomó su mano impidiéndole hacerlo.

-Déjalo ahí- y volvió a besarlo, acomodando sus piernas a los costados de las caderas de Niki y colocando sus manos en su nuca para atraerlo.

Niki solo se dejaba llevar, ambos se estaban dejando llevar, las manos de Niki bajaron desde su cintura hasta sus caderas y de sus caderas hasta sus muslos acariciándolos y apretándolos inconscientemente.

Las manos de Sunoo acariciaban el rostro contrario, sus caderas empezaron a menearse aún en la posición en la que estaban y sus feromonas empezaron a liberarse.

-Sunoo... ¿Quieres?- Niki quería seguir, pero tenía que saber si Sunoo quería seguir, puede que en ese momento esté en su límite, pero no podía seguir si Sunoo simplemente no quería.

-S-sí... por favor- miró sus ojos -solo... ten cuidado- hablaba por el cachorro que tenía en su vientre.

-Lo tendré- y recostó el asiento para estar más cómodos además de cambiar de posición dejando a Sunoo abajo.

Y así pasaron 3 horas hasta que finalmente quedaron unidos, además de un cachorro, ahora Sunoo cargaba con una mordida en la clavícula.

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-Te amo- Niki hablaba a su lindo omega acostado a su lado, después de lo que hicieron la noche anterior en su auto, Niki condujo a casa y limpió y acostó a Sunoo para dejarlo descansar.

Su novio estaba durmiendo a su lado con una marca muy notoria en la blanca piel de su clavícula, sonrió besando aquella marca para después levantarse de la cama y hacer el desayuno.

Empezaba a trabajar en 2 días, por lo que estaba más feliz, todo estaba yendo bien en ese momento y esperaba que siga así por mucho tiempo más, solo faltaban 2 meses para que su cachorro naciera y estaba más que emocionado.

-Te estamos esperando- Niki habló a una fotografía de la última ecografía de su bebé en la nevera, ya quería tenerlo entre sus brazos para decirle lo mucho que lo ama, para enseñarle a caminar y a hablar, hasta enseñarle a insultar, quería enseñarle de todo.

-Niki...- Sunoo hablaba bajando las escaleras.

-Buen día- Niki fue hacia él para abrazarlo y llenar todo su rostro de besos.

-Tengo hambre- aceptó gustoso el abrazo mientras se frotaba en el pecho contrario.

-Preparé el desayuno- besó su frente una última vez para soltar su abrazo.

Al separarse vio que la pijama de Sunoo estaba un poco mal acomodada y podía verse con total permiso la reciente marca en su clavícula, no aguantó y con una sonrisa volvió a abrazar el cuerpo contrario, esta vez besando esa marca que ahora los unía.

-Te amo- susurró Niki dejando besitos por todo su cuello.

-Y yo a ti- estar unido a Niki se sentía de maravilla, es como si su felicidad se multiplicará por dos y su tristeza se dividiera en dos, se sentía... wow.

Niki servía el desayuno con una sonrisa en el rostro y una calma profunda en su corazón.

-Aquí tienes- le entregó un vaso de jugo de frutilla y un plato con panqueques de plátano.

-Gracias- le sonrió empezando a comer, de alguna manera su alfa había adivinado que se le antojase fresas y plátano.

-No hay de qué- le sonrió dejando su propio desayuno al lado para desayunar junto con su omega.

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-Muy bien, te vas a cuidar y aquí está tu merienda, si algo pasa no dudes en llamarme y yo--

-Amor- Niki habló, ese era su primer día de trabajo -voy a estar bien- tomó el rostro del omega en sus manos -y si algo pasa, tú eres mi contacto de emergencia- puso el número de Sunoo como número de emergencia en su contrato.

-Bien... te estaremos esperando- colocó una de sus manos en su vientre y con la otra se despidió de Niki.

-Adiós, te amo- besó su frente saliendo de la puerta.

Y como Niki dijo, en su primer día de trabajo no pasó nada malo, le presentaron a los 3 grupos de idols que estaría asesorando y coreografiando, uno acababa de debutar hace medio año y los otros dos eran todavía trainees, así que no sería difícil trabajar con ellos.

Le enseñaron los estudios y demás, todo lo necesario para evaluar a los grupos, si hacía un buen trabajo, entonces su sueldo aumentaría aún más.

Eso fue todo por el primer día, obvio, no es que te manden a hacer de todo en el primer día de un trabajo con contrato, tan solo pudo presentarse ante los grupos y convivir con ellos un tiempo, eran boy-groups, por lo tanto sería más cómodo y divertido trabajar con ellos.

Ahora volvía a casa, con una sonrisa en el rostro y cena recién comprada, conducía tranquilamente pues no había apuro.

-Amor~- Niki abrió la puerta principal avisando que ya había llegado, ahí se encontró a su lindo omega en el sofá viendo una película.

-¡Niki!- Sunoo se paró y se lanzó a su alfa.

-Traje la cena- sostuvo a su pareja besando su mejilla.

-Entonces vamos a comer- su pequeño corazoncito estaba feliz.

Y es que faltaba solo un mes y 3 semanas antes de que su cachorro naciera, aún no tenían un nombre, pero el día ya estaba fijo y debían alistarse además de la revelación de género y el baby shower, cosas que querían hacer y aún había algo de tiempo para hacerlo.

Sí, Sunoo tenía 17 años, todavía era algo inmaduro, pues no vivió su adolescencia como otros chicos de su edad, pero pese a eso amaba a su alfa y al pequeño niño que estaba en su viente, agradecía a Dios el haberle dado un alfa tan comprensivo y amoroso como lo era Niki.

Tan solo quédate a mi lado.





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Cami~

Accidentally - SunKiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora