XIX

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-¡¿Te gusta Heeseung?!

Sunoo estaba asombrado de que su amigo, Yang Jungwon le confesase eso, fue justo lo primero que dijo al entrar a la sala de partos.

-Es que... él estaba ahí... sosteniendo mi mano, me dio su chaqueta aunque hacía frío.. y me abrazó cuando tenía miedo... sucedió tan rápido que no me di cuenta, te juro que no quise, bueno si, es que es alto y guapo y... es... ay... no sé cómo pasó.... pero pasó.

-Si te gusta tanto como dices, dale con todo, que buen partido si es.

-Es que...recuerda que le gustabas tú primero y no quiero ser rechazado...

-Wonie... él nunca fue mi alfa... nunca sentí una conexión... ya sabes, ESA conexión y estoy seguro que él tampoco la sintió, solo estaba encaprichado con sus sentimientos, estaba confundido, y talvez lo siga, pero de que no es mi alfa, no lo es.

-¿Seguro qu--

-Sunoo- Heeseung entró a la sala con algo de comida para su amigo -Ni-ki me dijo que te traiga esto, él está arreglando algunas cosas en casa, viene de una o dos horas.

-Sí, estoy bien así que no hay de qué preocuparse- les sonrió.

-Me alegra que te quedes con nosotros- Heeseung revolvió el cabello de Sunoo -Jungwon lloró toda la noche cuando Ni-ki dijo que-- un golpe en el hombro calló sus palabras.

-¿Qué?- Sunoo pestañeó varias veces, que Jungwon llorara no era común.

-No... nada- Heeseung se calló y miró a Jungwon -es muy lindo cuando duerme, parece un gatito- su mano viajó pronto hasta la cintura del omega pelinegro -es literalmente como uno, berrinchudo, dormilón y muy cálido.

Parecía que esos dos estaban en su mundo y Sunoo no quería interrumpir... pero Yongbok sí.

El llanto del infante se hizo escuchar en toda la sala, acababa de despertar y tenía hambre, o talvez solo quería atención.

-Esto será difícil...

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-Gracias por la atención- Ni-ki agradecía a las enfermeras que cuidaron de su omega y de su cachorro hace 3 noches cuando dio a luz.

-Por favor, no se olvide de volver en dos meses para verificar que todo está en orden- la enfermera avisó.

-Así será, hasta luego.

La pareja salió del hospital, Sunoo tenía en su brazos a su pequeña criatura y Ni-ki sostenía el bolso y su carrito recién comprado por su segundo padrino, Lee Heeseung.

-¿Vamos a casa?- Preguntó Ni-ki tomando la mano de Sunoo.

-Vamos- reforzó el agarre listo para volver a su cálida vivienda.

.

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-¿Quieres agua? ¿Un juguete?- Sunoo estaba en crisis frente a su hijo que no paraba de llorar, ya le cambió el pañal, le dio leche, lo cargó y todo, no sabía cómo calmarlo -¿Qué es lo que quieres de mi?- cansado de su vida entró a internet buscando una solución, pero un comercial de un juego se hizo presente, música repetitiva se hizo escuchar, casi pasa el anuncio cuando su hijo calló su llanto al escuchar la música, se detuvo hasta que el comercial acabó y volvió a llorar.

Sunoo buscó rápidamente aquella canción en Spotify, cuando empezó a reproducirse el llanto de Yongbok terminó dando paso a una linda sonrisa sin dientes y mejillas regordetas.

-¿Cómo vas?- Ni-ki entraba a la habitación con dos tazas de chocolate en sus manos.

-Descubrí el antídoto.. pero lo malo es que escucharemos esta canción hasta sus cuatro años.

-Prefiero eso a que llore- apoyó su rostro en la cima de la cabeza de Sunoo.

-Rápido, duerme mientras puedas.

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-Kinnie... oye.. oyeee- Sunoo removía a su alfa para que despierte, Yongbok lloraba y parecía no querer parar.

-Agh... es tu turno.

-Pero no sé qué hacer, acompáñame- lo removió de nueva cuenta.

-Tú lo hiciste... encárgate tú.

Esas palabras enfadaron a Sunoo quitándole por completo el sueño, agarró el rociador que solía utilizar para mojar su pelo y eligiendo el modo de chisguete apuntando a su rostro y sin piedad disparó para que el agua choque a su rostro, disparó 3 veces ignorando las quejas de su alfa y se paró cerrando la puerta de un portazo para atender a su pequeño hijo.

-Debes de tener hambre...- Sunoo entró a la habitación de su pequeño hijo acomodándose en una silla especial para que se acomode y poder alimentarlo.

Yongbok de inmediato calló su llanto empezando a beber de la leche materna que Sunoo le proporcionaba.

-Amor...- Ni-ki abrió la puerta aún con su pelo y rostro mojado al igual que su pijama.

Ni-ki entró un poco más y una sonajera se estrelló en la pared muy cerca de su rostro.

-No quiero verte- Sunoo estaba dispuesto a atacar con más juguetes de cualquier material.

-Lo siento por lo de antes...

-Ay si tú.

-Pero... quiero... quiero acompañarte.

-Mejor ve al patio a ver si llueve.

-Pero yo--

-Fuera o dormirás en el sillón por dos semanas.

-Sí, mi amor... si necesitas algo dímelo.

Ni-ki se quedó afuera de la habitación esperando algún llamado de Sunoo, pero nada hasta que este salió, pero no para buscarlo, sino porque Yongbok ya se había dormido y él igual quería dormir.

Ni-ki lo siguió como un perro regañado, por poco y se veía su rabo metido entre sus piernas y sus orejas caídas.

-Lo sien--

-Cállate.

-Sí, amor, lo que digas.











Cami~

Accidentally - SunKiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora