—Entonces, mañana nos casamos, ¿Cierto?— preguntó el joven de pelo azabache.
—Si, sabes, es curioso como todo inicio— hablo la joven pelirroja —Ja, eras tan torpe, recuerdo que terminaste tirando café en mi ropa, varias veces.—
—¡Oye! Tu no eres la persona más indicada para decirlo, ¿recuerdas que te intentaste subir a una moto, pero te subiste del lado equivocado y tumbaste la moto?, El dueño se enojo mucho jajaja.—
—Ah, con que en esas estamos, ¿Recuerdas cuando intentaste cocinar y casi incendias la casa.—
—Oh, si, y cuando usaste por primera vez un horno, se quemó toda la comida.—
—Oye, tu tampoco te salvas, no eres muy bueno en muchas cosas, Carl, recuerda una vez casi pierdes tu paga mensual en apuestas, casi pierdes la casa, estabas por apostarla— para este punto, la pelirroja casi se aguantaba la risa.
—Oh, vamos, Mindy, estaba por ganarle a Jason, y tú lo sabes.—
—Jajajaja, ¿Cuál ganarle?, Sí casi que te saco en ropa interior porque hasta tu ropa apostaste.—
—Sabes, es bonito tener tantos recuerdos, quien diría que todo esto iniciaría conmigo derramando café en tu blusa.—
—Si, ya pasaron 10 años desde entonces, 5 desde que me declaraste tu amor, y 6 meses desde que me pediste matrimonio.—
—Te amo, Mindy, te amare en esta y cada vida que tenga di es que existe una reencarnación— Dijo para darle un beso, fue fugaz pero apasionado, fue un beso que le mostraba todo el amor que sentía, algo que no puede llegar a ser descrito en palabras.
—Te amo, Carl, y sabes que por ti estaría dispuesta a morir si hace falta, entonces, espero que nos encontremos, en esta en la otra vida— fue entonces cuando le extendió el dedo meñique. — ¿Promesa?.—
—Promesa.—
