La luna estaba preocupada, buscando algún vestido, preocupándose si dejaba ver mucho de sus cráteres, desconfiaba, pues la tierra solo se había tardado poco más de unos cientos de millones en invitarla salir después de conocerse. tenía miedo de que solo la quisiera por la vista que generaba junto al polvo estelar.
La tierra por otro lado estaba preocupado por que decir, miedo de no ser interesante, de que haya aceptado por lastima, buscaba temas de conversación más de los típicos, tal vez contarle de los dinosaurios, de la humanidad y sus esfuerzos, de sus logros, del nacimiento de la vida, o tal vez simplemente iniciar la cita diciendo que era su su cumpleaños.