Cuando la humanidad consiguió por fin aquellos viajes interestelares con los que tanto había soñado en las películas de ficción, ganó también el derecho a entrar en la Comunidad Intergaláctica. En el momento de su primer encuentro, los globnars pensaron que la humanidad era no más que una especie joven y débil, que no sería capaz de resistir una invasión de aquellos crueles imperios que gobernaban el universo, temerosos de que eso pasara, intentaron advertirle a la humanidad que ellos no necesitaban su cuidado, pero que agradecían el aviso.
A medida que los humanos se expandían a lo largo de la vía láctea, más y más especies vieron como de amables podían ser los humanos, quien ante cualquier acontecimiento parecían buscar soluciones pacíficas, algo con sus respectivas ideas de Ética y Moral. Tal vez esto hizo que el imperio de los Gredos confundieran la búsqueda humana de la paz con el hecho de ser inofensivos. Grave error.
Las primeras colonias humanas fueron atacadas por los Gredos, destruidas en cuestión de horas a causa de la superioridad tecnológica de aquella especie. En primeras instancias, la humanidad despegó una unidad diplomática hacia el imperio, pidiendo no solo paz, si no también un compensación por la destrucción de sus colonias, fue entonces que aquel imperio no hizo más que reírse de los humanos y destruir a todos aquellos que vinieron en busca de diplomacia. La humanidad parecía estar indefensa frente a aquel imperio esclavizador, esto causo que los globnars se ofrecieran a ayudar, el hombre, por su lado, no hizo más que rechazar su buena voluntad, queriendo mantenerlos fuera de fuego a ellos que les brindaron la mano.
Cuando los humanos acudieron a la Comunidad Intergaláctica para ver si ellos podían hacer un canal de comunicación entre ellos y los Gredos, estos accedieron, creyendo que la humanidad se rendiría públicamente ante el poderosos imperio. Sin embargo, lo que pasó causó shock a todas las razas de la galaxia, ellos declararon abiertamente que no se cansarán hasta destruir al imperio. Esto no hizo más que causarle gracia a todos los que se enteraron de la noticia, incluso lo Gredos públicamente se burlaron de la humanidad mandando a destruir otra colonia, nadie creía en que unos simples monos son pelo pudieran destruir un imperio con una historia de millones de años. Los globnars por otro lado, no hacían más que lamentar aquella decisión, pensando en como la humanidad llegaría a su fin sin haber brillado lo suficiente.
Entonces comenzó la lucha verdadera, el imperio tenía una clara ventaja sobre el hombre, cuyas naves estaban milenios atrasadas de la tecnología que tenían los Gredos, y este atraso estaba causando estragos para el hombre. Fue por eso que cuando la guerra llegó a su primer periodo galáctico, las diversas razas estaban sorprendidas de que los humanos hayan sido capaces de al imperio sin ser aniquilados. Pero la humanidad no estaba solamente resistiendo, estaba adaptandose, estaba mejorando.
Después del segundo periodo galáctico, los humanos ya habían perdido más del 20% de su población total, cerca de 37 colonias habían sido destruidas, fue entonces que el contraataque comenzó. Un mundos controlado por el imperio desapareció en cuestión de segundos, Los Gredos no veían explicación posible de como esto pudo haber pasado, miraron los registros tecnológicos y no encontraron nada, entonces por primera vez, el imperio tembló.
Pronto, un planeta tras otro fue diezmado, algunos desaparecían, otros fueron destruidos con lluvia ácida, unos fueron aniquilados por medio de diversos virus agresivos que destruían los órganos, unos cuantos vieron su atmósfera volverse nada más que un veneno. Los humanos estudiaron la fisiología de los Gredos a detalle, vieron que les hacía daño y que les causaba el mayor sufrimiento, así avanzaron en la guerra, sin una pizca de piedad, riéndose cuando escuchaban los gritos de aquellos planetas bajo el imperio, el hombre estaba volviendo a su etapa más oscura, más sádica, volviendo a aquel lado que solo la guerra podía sacar.
Pronto, la crueldad humana se expandió por la galaxia, los globnars entonces entendieron porque la humanidad no le hizo caso a su aviso, no lo necesitaban. Las demás especies, por su parte, no hacían más que sentir horror por lo que veían, si bien muchas de las razas en la galaxia fueron crueles en las guerras que batallaban con otras especies, nunca habían visto algo como esto.
El imperio, sin embargo, se sentía humillado, ¿Cómo unos simples monos sin pelo podían causarles tanto daño? Empezaron a atacar con más frecuencia al hombre, pero las naves poco a poco hacían menos daño a las naves humanas, poco poco ellos eran los que se convertían en los perdedores, en aquellos que tenían miedo del otro lado. Así dió inicio al tercer periodo galáctico, con un imperio que alguna vez fue uno de los más grandes viéndose como una presa de aquellos que alguna vez fueron sus víctimas. Los Gredos ya habían perdido a un tercio de su población total, más de 200 mundos a su mandato habían sido diezmados, y en cierto modo, no podían hacer nada para evitarlo, iban a morir si no se rendían.
Fue así que los Gredos, aquel orgulloso imperio admitió la derrota frente a los humanos, buscando que estos les dejarán con vida, enviando un tratado de paz por medio de la Comunidad Intergaláctica, pero al contrario de lo que esperaban, no recibieron más que risas de los delegados de la humanidad. La guerra continúo aún cuando los Gredos se habían rendido, mundo tras mundo seguía siendo destruido, la población de aquel imperio no hacia más que querer parar aquella masacre, pero no podían, cada que intentaban enviar un mensaje de paz, estos iban a oídos sordos, entendieron entonces que estaban condenados, buscaron ayuda con aquellas otras especies de la Comunidad Intergaláctica, pero el miedo hacia los humanos se había extendido tan que no hacían más que darles la espalda.
En el cuarto periodo galáctico, cuando el centro del imperio era lo último que quedaba de aquella especie, el delegado del hombre fue enviado hacia el planeta, con la única intención de informar que dentro de 24 horas humanas el último planeta del imperio sería destruido, lo dijo con una sonrisa en la cara, viendo a los Gredos como si no fueran nada, hizo esto buscando la desesperación de la especie, diciéndoles además, que si alguno se atrevía a intentar salir del planeta, sería lentamente torturado. Pronto, el plazo llegó a su punto y los Gredos desaparecieron sin más, un imperio de millones de años, con una gran tecnología y una crueldad increíble desapareció en un tiempo de 4 periodos galácticos por una especie que no llevaba ni siquiera un tercio de lo que ellos llevaban existiendo, no habían transcurrido ni siquiera 12 periodos galácticos desde que fueron descubiertos y eso era aterrador.
Las especies en la Comunidad Intergaláctica comprendieron que los humanos eran Demonios espaciales, y que nunca debian meterse en guerra con ellos, porque no ganarían.