— Maldita sea, Jhon, te dije que teníamos que tener cuidado y ser rápidos, pero no, mierda, ahora nos persigue la policía, ¡Conduce más rápido, maldición!
— Joder, calma Dan, que a fin de cuentas esto fue tu idea, todo por estás putas drogas, creo que ya no quiero estar más metido en algo así.
— Oh no, ya cruzaste la maldita línea de lo que no debías hacer, ya de aquí no sales hasta que todos nos salgamos, Kein.
— ¡¿Qué mierda?!, No, simplemente no, yo tengo que dejar esto si o sí, mi madre está preocupada que haga algo de lo que me pueda arrepentir, ¿Y sabés que?, Ya lo hice, no quiero ver su cara si se llega a enterar, ni loco voy a seguir en estás mierdas criminales.
— ¡Puta madre, cállense!, ¿Creen que es un buen momento empezar a discutir eso ahora?, ¡Acabamos de robar un jodido banco!
Llega un momento silencio para todos, sabiendo que no era el momento solo se quedan amargados, esperando que nada ocurriera.
Es entonces cuando un carro choca contra ellos, el impacto lo sintió Dan a camara lenta, es como si el tiempo corriera diez veces más lento. Pudo ver cómo se acercaban los fragmentos de vidrio a su cara, cerro los ojos esperando que todo terminara.
Los segundos pasaron, y no sentía nada, no sentía que tuviera heridas o incluso el ruido del carro chocado con la pared, de hecho, estaba acostado en un lugar cómodo; un pensamiento golpeó su cabeza, la idea de que estaba en una cama de hospital era lo que se le ocurrió.
Abrió los ojos esperando una habitación completamente blanca, pero cuando pudo vislumbrar lo que había a su alrededor, se quedó mudo. Su habitación, estaba en su habitación, ¿Había sido todo un sueño?, ¿Se había quedado dormido después de consumir marihuana y todo ocurrió en su mente?, No, eso era tan real, estaba seguro que Keiner, Jhonatan y el habían robado un banco, entonces, ¿Por qué estaba en su cuarto?
Se paró de la cama y se fue directo a comer, notó el periódico que había en la mesa, lo abrió solo para sorprenderse por segunda vez, allí estaba una foto de Jhonatan, como el presidente del jodido país.
Sentía que se iba a morir de la risa, Jhonatan no podía ser el presidente de un país, si de cosa y sabía hacer conducir, y allí estaba, manejando un país; creía que lo había visto todo, pero esto lo superaba por mucho, imagino que su amigo decidió jugarle una broma, así que solo se movió a la hoja siguiente.
Vió la imagen de Keiner junto a Jhonatan, saludándose como amigos cercanos, y además de título había *El hombre más rico del país, Jhonatan Lopéz ha tenido el día de ayer una reunión con el presidente.*, ¿Pero que mierda?
— Esto debe ser la broma más putamente absurda que ví en mi vida.
Sonrió, creyendo que lo que vio en el periódico era una locura, una broma montada por ambos con la ayuda de alguien. Se baño, se puso su ropa del día a día solo para ir a una tienda, notó que en la pared de esta tenía pintada la cara de Jhonatan, junto a algunas típicas palabras de personas que se postulan, su cara se crispó, creyendo que la broma ya había llegado lejos, se acercó un poco más a ella, solo para notar que la pintura ya llevaba su tiempo ahí, probablemente un año o dos; dudó un momento sobre toda su vida.
Luego de comprar las cosas al señor de la tienda, agarró su celular para buscar el número de Jhonatan y Keiner, no estaban, ¿Por qué demonios no estaban sus putos número?, Miró en sus recuerdos por el número de esos dos idiotas, recordó el de Jhonatan y llamó.
— Aló, ¿Quien llama?
— Hola, si, ¿Habla Jonathan?
— No, señor, parece que se equivocó de número, no conozco a nadie con ese nombre.
— Oh... Bueno, gracias, disculpe las molestias.
Colgó, su cara tenía la palabra confusión casi que escrita, hurgo otra vez solo para recordar el número de Keiner, llamó solo para que lo recibiera una voz desconocida.
— Hola, eh, ¿Tengo el placer de hablar con Keiner?
— Número equivocado.
— ... Veo.
Está vez se sentía raro, ¿Que estaba pasando aquí?, ¿Por qué no estaba en una cama de hospital?, ¿Cómo demonios Keiner y Jhonata eran gente importante?, ¿Acaso estaba en un coma?, ¿Por qué ellos eran gente rica y con poder, y el era pobre?
Estaba abrumado a causa de los diversos sucesos ocurridos en un mismo día, claramente nada estaba bien, se supone que había asaltado un banco con ellos hace poco tiempo, y ahora estaba en su barrio, viendo cómo sus compañeros eran las personas con más poder del país.
Nada tenía sentido para el en este instante, poco a poco se estaba volviendo más loco, quería calmarse, pero no podía, el aire le empezaba a faltar de los pulmones.
Los minutos pasaron, ya estando más calmado decidió que necesitaba un descanso o terminaría en un manicomio. Quiso dar una vuelta por un parque cercano, solo sentarse y comer un poco del pan que compro en la tienda. Sin éxito, en todos lados hubo publicidad sobre Jhonatan y Keiner, ya ni comer tranquilo podía.
Otra vez empezó a sentirse abrumado, el aire volvió a faltar en su pecho, solo que... Solo que esta vez empezó a reír, empezó a reír desquiciadamente, como si estuviera ante la mejor broma del mundo.
El había descendido a la locura.