maldita abusadora || litiago

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(Tiago/PZK y Lit Killah/Mauro)

-¿Ya te vas?- Dijo mientras lo veía ponerse su remera frente a la cama.

-Si, ¿Necesitabas algo Mau?

-No nada, pensé que te quedabas un rato más.

Se semi sentó en la cama mientras se tapaba el pecho y lo seguía mirando. Era tan lindo cuando estaba con él y no con su pareja.

-Es que Thomi llega ahora a las dos y bueno, pero mañana nos vemos amor, o no sé cuando.

Se acercó y le dió un beso largo, dejandolo con más ganas de que no se vaya nunca.
Lo vió irse por la puerta de su habitación y sintió la misma soledad de siempre. El mismo vacío.

Se levantó de la cama y se asomó por la ventana para verlo irse.

Ya lo extrañaba, comenzaba a odiar ir dependiendo emocionalmente de alguien que ni siquiera era su pareja, solo su amigo.

Se puso alguna remera que tenía tirada en el piso y fue hasta la cocina. Comenzaba a odiar vivir solo, aunque el departamento sea chico, para él el vacío que había era muy grande. Ni siquiera una mascota podía tener en ese edificio.

Su teléfono comenzó a vibrar en la mesada y atendió.

-Que onda gato, ¿Cómo amanecimos?

-Bien amigo, qué sé yo, ¿Vos?

-Que importa cómo dormí, escuchame que tengo una noticia re piola.- Mauro hizo un ruido de mostrándole que lo escuchaba. -Conseguí una casa, no sabés lo que está.

-Re piola amigo, ¿Cuándo te mudas?

-Cuando vos te mudes, fue vamos a vivir juntos amigo.

Sonrió mientras lo escuchaba hablar, Enzo era él único que sabía lo que le pasaba y el que lo escuchaba.

-De una gato, pasame la dirección que mañana o pasado estoy allá.

Su amigo le cortó y lo más rápido que pudo puso música y empezó a ordenar todo, al fin podría estar en un verdadero hogar.

[...]

Uno de sus tíos se ofreció para ayudarlo con la mudanza ya que tranquilamente entraba todo en su camioneta.

Enzo ya se había mudado horas antes que él así le podría dar una bienvenida y ayudarlo con sus cosas.

-Gracias por ayudarme.- Le dijo al hombre al terminar de bajar todo afuera de la casa.

-Ahora me debes un asado en casa.

Lo saludó con la mano mientras se iba. Ahora tenía que ver como hacían con Enzo para entrar los pocos muebles.

-¿Necesitas ayuda?

-¿Tiago?

-Ahora me decís Tiago, te extrañe.

-Yo igual, pensé que ibas a ir a casa ayer.

-No quería molestar, Enzo me dijo que ibas a venirte con nosotros y pensé que estarías ocupado.

Comenzaron a entrar un par de bolsos, cruzándose con Enzo el cuál iba a tratar de entrar un mueble aunque sea, con Ezequiel.

-¿Cómo con nosotros?

-¿No sabías? Vivimos hace una semana acá con Tho-

-¡Mau! Hace bocha no te veo, te ayudo a traer cosas ahora vuelvo.

Si antes era difícil para él tener que lidiar con solo saber que Tiago y Thomás eran algo, ahora lo iba a ver a diario.

Subieron a la habitación que ahora sería suya y quedaron en silencio.

-Ahora no me vas a poder dar ni un beso, nos llega a ver y me hechan de acá.

-Tranqui,- Dijo mientras soltaba el bolso y se apegaba a su cuerpo mientras su mano tomaba su cuello. -soy muy bueno para las escondidas, además no me gusta perder y que me encuentren.

Le guiñó un ojo en vez de besarlo y se fué dejándolo con las ganas de ese beso, ahora le debía uno, o quizás más.

Le quedaba seguir cruzándoselos para subir sus cosas, ordenaría y se iría a "dormir" como excusa para no verlos juntos en la cena, tendría la noche entera para obligarse a aceptar lo que estaba pasando.

[...]

Comenzó a oír voces del pasillo aunque parecía que hablaban en la puerta de su pieza, vió la hora y eran las seis de la mañana, ni el sol había salido. Pasó sus manos por su cara, odiaba que alguien lo despierte y más si era sumamente temprano.

Salió de su habitación ya que cada vez las voces eran más fuertes, aunque desearía no haberlo hecho. Verlos semi desnudos mientras se besaban de la misma forma que lo hacían ellos.

-¡Mauro!

Thomás lo vió parado en medio del pasillo. Mauro desvío la mirada y bajó a la cocina mientras jugaba con sus dedos nervioso.

-Ahora vengo lindo,- Le dijo Tiago dándole un beso en la mejilla mientras se ponía la remera. -voy a ver si está bien.

Tobar asintió mirándolo raro y se metió a su pieza. El menor sonrió mientras trataba de calmar su respiración para poder bajar y ver como estaba Mauro.

-No, dejá está todo bien, no pasa nada.- Dijo mientras escuchaba sus pasos llegar a él, el cuál estaba poniendo agua para un té.

-No te ví en todo el día, ¿Pasó algo lindo?

-¿No tenés miedo que Thomi te escuche?- Se dió vuelta para mirarlo y lo vió muy cerca de él.

-No... ¿A vos?

Susurró en la oreja ajena. Sabía claramente como lo ponían los susurros cerca, y si ya su papel de querer ignorarlo se iba debilitando, el beso en el cuello que le dió lo termino de romper.

No pensó dos veces en nada y se abalanzó hacia sus labios, aquellos carnosos y rojizos labios que lo traían completamente loco.

Los jadeos se iban haciendo presentes en la silenciosa casa. Levantó a Mauro y lo sentó en la mesada de la cocina, mientras el se metía entre sus piernas.

Pacheco se separó de él y le sonrió mostrando sus dientes mientras el otro sentía que podría morir.

-Thomi me está esperando, andá a dormir.- Le dió un corto beso y se alejó del todo. -Te amo.

El ruido del agua ya hervida hizo que dejara de verlo como se iba alejando. Odiaba que lo deje así y se fuera, pero ahora tenía la excusa de que estaba su novio en la misma casa.

Y aunque ya sabía como era él antes de aceptar ser su amante, prácticamente, aún así aceptó estar con él. No se arrepentía, en lo absoluto, solo sentía que estaba al borde de caer en la locura al ni saber que hacer.

Aunque Tiago en sí lo traía loco, todo de él le encantaba y lo hacia sentir fuera de la tierra, como si los problemas no existieran.

No estuvo con él por miedo, ya lo conoce bien y por eso no decía nada, aunque era obvio que ambos se amaban.

Subió a su habitación con el té y se sentó en su cama, el sol ya comenzaba a salir pero ni se notaba por las cortinas oscuras.

Su celular vibró en la mesa de luz.

goti 💟

thomi se durmió y ni me acosté,
éstas despierto?

Sonrió de lado y a los segundos golpearon su puerta.

Amaba estar con él y se sentía tan bien, pero todo lo bueno tiene algo de malo.

-No te quedes dormido que Thomás se va a despertar en cualquier momento.

-Te amo a vos, Thomi es re lindo y re cariñoso pero sos vos el que de verdad me hace sentir bien Mau... ahora dejame dormir y callate un toque.

Lo malo. Ahí estaba lo malo, siempre le decía lo mismo y al día siguiente se iba antes que se dé cuenta que no estaba.

-Sos re mentiroso Tiago.- Susurró cuando lo vio dormido en su pecho. -Pero te amo de todas formas.



1252 palabras
tiramisú

ramé || trapers (os)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora