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Era nuevamente lunes, y eso sólo podía significar una cosa: volver nuevamente a estudiar en la universidad. Pero Gun estaba especialmente estresado por algo en particular.

— No lo sé, Tay. — soltó un suspiro. Se encontraban caminando en dirección al aula que está implementada con todo lo necesario para cantar una canción delante de una o dos clases. — Tengo confianza para cantar la canción, de verdad, pero los nervios me carcomen ¡Y a eso agrégale que no sé en qué empleo puedo presentarme! Necesito hallar uno para ayudar a New ya que vivo con él. También tengo una que otra preocupación, pero ese no es el caso.

Y claro que "una que otra preocupación" era más bien conocida como aquella extraña noche con Off en el karaoke y cuando estaban frente a su casa. ¿Qué mierdas le estaba ocurriendo? No podía permitirse sentir algo así por alguien así.

Pero obviamente esta preocupación no saldría de la profundidad de su mente.

— Pues... — comenzó Tay pensativo. Dieron vuelta en un pasillo para al final ver la puerta junto con el letrero que decía aula especializada en vocal. Estaban ambos junto con la maestra y sus alumnos pasando ahora la puerta. — por ahora concéntrate en cantar, y en el almuerzo te recomiendo pedir la opinión de algunos alumnos, tal vez ellos conocen de alguien que busque un empleado.

Gun sólo pudo resignarse.

Al ya estar en el aula, escanearon todo a su alrededor, era espaciosa, con un espejo de toda la pared en el fondo del aula, justo al frente de esta pared estaba un escenario lo suficientemente grande para que quince personas estén allí con total comodidad.

Tenía tres grandes bafles a su lado, uno de ellos parecía ser más bien un repuesto por emergencia, siendo levemente más pequeño. Mientras que los otros dos claramente eran los principales. En la tarima se podía ver una puerta que aparentemente conducía al sistema de sonido de todo aquello.

Había un piano, uno que otro instrumento y una larga mesa con alrededor de veinte micrófonos bien ubicados en una caja negra, acolchada roja por dentro.

Toda la clase veía la sala estupefactos y con admiración, hasta que la voz de la maestra se hace presente por todo el lugar.

— Bueno, chicos, por favor ubíquense en el centro del aula, mirando hacia la tarima y la pareja que desee salir primero que levante la mano.

Tay al ya estar sentado como todos los demás, no duda ni un segundo al levantar su mano, junto con otras cuatro parejas que también la alzan casi a la misma velocidad.

— Bueno, primero van ustedes. — dice señalando a una chica a lo último de la sala. — Luego Phunsawat y Tawan.

Gun golpea levemente con su codo, el brazo del Alfa. Tay le sonríe restándole importancia.

— ¡Yah! Tay, tú realmente eres muy confiado, ¿Cómo te debería llamar? ¿Alfa castaño de oro? — Tay suelta una pequeña carcajada.

Gun lo fulmina con la mirada y pone su mirada al frente, viendo cómo las dos chicas toman un micrófono para cada una, mientras le pasan la memoria USB a la maestra para que ponga la pista.

— Eres un exagerado, ensayamos muy bien el domingo y tuvimos un excelente resultado. — Gun vuelve a fijar su atención en él. — A demás, es mejor salir de esto lo más rápido posible ¿Verdad?

Gun iba a responder afirmativamente a esto, pero la música empieza a sonar y se limita a asentir.

God is a woman de Ariana Grande comienza a escucharse por toda la sala, y con ella, las hermosas voces de sus compañeras, impresionando a los presentes con las impecables notas realizadas por las Omegas.

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