Estereotipos ||OffGun||Omegaverse||

22

— ¿Qué peli quieren ver? — preguntó Tay, con el control de la televisión que hay en la sala, en sus manos.

Estaban tanto en el gran sofá como en la alfombra. Tay en medio de Gun y Gulf, mientras que Off, Mew y New estaban acomodados en la suave alfombra.

— Creo que El Titanic es una buena opción. — sonrió el mayor con orgullo ante su propuesta. Todos giraron a su dirección, mirándole raro.

— ¿Quieres ver mis mocos chorreando? Tengo gripa y llorar no sirve de mucho. — dijo el anfitrión.

New se movió incómodo en su puesto. Pensándolo bien, sería una buena idea, ya que tendría una excusa para poder derramar las lágrimas que contenía.

— Me gusta la idea. — opinó finalmente, fingiendo serenidad.

— Oh, no. No querrás ver a Gulf llorar. — bromeó Off, recibiendo un fuerte golpe con un cojín, por parte del ofendido.

— ¿Qué te pasa, imbécil? Si hasta llorando soy arte. — el amor propio era su segundo nombre.

— ¿Piedra, papel o tijera? — propuso Mew. Él tampoco quería ver severa película más aburrida.

— Hecho. — retó New.

El Omega pelinegro, quien estaba a lado izquierdo de Mew, se giró de tal manera que ahora estaban de frente. Se prepararon para comenzar a jugar "piedra, papel o tijera".

— ¡1, 2, 3! ¡Piedra, papel o tijera! — dijeron todos al unisono.

New sacó piedra y Mew tijera.

— ¡Joder, no! — exclamó decepcionado.

Gun suspiró. — Será complacer a Gulf y New.

Aunque todos - la gran mayoría - renegaron sobre ver esa película, ahora se encontraban totalmente concentrados en la trama. Los Alfas hacían un gran esfuerzo por no llorar - algo así como por el orgullo Alfa -, mientras que los Omegas ya lloraban desde los primeros cuarenta minutos, sin parar.

New, joder, New estaba empezando a sorprender a todos. Creían que en cualquier momento podría deshidratarse. Sollozos fuertes y claros salían de sus labios. La tristeza que emanaba el Omega pelinegro de tiernos cachetes, era tan inmensa que contagiaba aún más a los otros.

— ¡Jack! ¡Come back! — ese diálogo fue seguido de un sollozo más fuerte.

— ¡Yah! ¡¿Por qué eres así?! — pronunció New, con rabia contenida. Si era sincero, esa exclamación no era sólo dirigida al hermoso personaje, era también para cierto Alfa llamado Tay; quien aceptó gustoso el coqueteo de otro Omega y aparte está de acuerdo con que harían linda pareja.

El pelinegro no pudo más y se levantó, mientras con sus pequeñas manos se secaba las lágrimas que aún descendían en su rostro. Todos enfocaron su atención en él, pensando que iría por más refrescos o comida.

Contrario a que se acercó a el recibidor de la casa, tomó su abrigo - aun llorando, cabe recalcar - y se puso con prisa sus zapatos.

— Hey, New ¿A dónde vas? — Preguntó impresionado Tay, y un poco preocupado.

New tomó aire.

Saca tu lado actoral, New. — pensó para sus adentros.

— No es nada, Tay. — volteó en su dirección, mostrándole su rostro rojo e hinchado por tanto tiempo llorando. — Sólo... Tengo dolor de cabeza, ya vuelvo.

Eso no convenció a ninguno de los presentes.

— Tengo pastillas para eso. Si quieres pu-

Tay fue interrumpido en su insistencia, cuando la puerta fue cerrada por el más bajo.